Los Planetas: Disco por disco Enrique Moraganoviembre 10, 2014ArtículosDestacados1 comentario Continuando con su gira latinoamericana y la celebración de los veinte años de su primer LP, el próximo 18 de noviembre -y gracias a la gestión de Celadores- Los Planetas, una de las bandas más importantes de la escena musical española, se presentan por primera vez en Chile en Blondie. Ocasión perfecta para analizar su historia y la evolución de su sonido a través de un breve repaso a su discografía. Bienvenidos. Super 8 (RCA, 1994) Los Planetas ya habían inaugurado la década con el fabuloso Medusa EP (Elefant, 1993). Cuatro canciones de pop ruidoso que desembocarían en la estructura de su primer larga duración, donde la urgencia y la distorsión dan paso a composiciones más complejas y acabadas. Ecos a los hermanos Reid, Joy Division, Spacemen 3 y Teenage Fanclub y canciones del porte de “De viaje”, “10.000”, “Rey Sombra”, “Desorden” o la “La caja del diablo” convierten a Super 8 en un clásico instantáneo y a Los Planetas, en estrellas del indie local. Este es el comienzo de su historia con la multinacional RCA, un paso clave para entender el desarrollo posterior de la música independiente española y, que con los años se transformó en un espejo donde muchas bandas se siguen mirando. Este año y con motivo del vigésimo aniversario de la publicación del disco, Sony Music España lo reedita en vinilo y CD, respetando el diseño original de Javier Aramburu y sumando el EP Nuevas sensaciones (incluído también en su reedición previa). Pop (RCA, 1996) Este trabajo es una delicia desde su portada. Un viaje a todo color con los primeros Mercury Rev de fondo y Kurt Ralske (Ultra Vivid Scene) en los controles. Desahogo, ironía, descaro y provocación pop en el destilado y es, justamente a eso, a lo que nos enfrentamos: a una tremenda banda pop, cuyos límites e influencias siguen en constante expansión. Si no me cree, pregúntele a Jose, David o Claudia. Pop fue reeditado en vinilo, por Subterfuge en 2009 y por El Ejército rojo (Sello discográfico de Jota) en 2011 y continúa siendo uno de los pilares del pop español de los noventas. Con sencillos inmensos como “Himno generacional #83” y “Punk”, alcanzó un número de ventas sorprendente para una banda que acababa de firmar su segundo larga duración. Una semana en el motor de un autobús (RCA, 1998) El tercer disco de estudio de Los Planetas es tan difícil de abordar que, ni siquiera un libro puede explicar con entereza su gestación y, a más de 15 años de su edición, cualquier revisión o dato seguirá entregando pistas, pero nunca justicia a una placa que, desde “Segundo premio” y hasta “La copa de Europa”, no tiene desperdicio alguno. Grabado en Nueva York, nuevamente con la ayuda de Ralske, este disco es el mejor ejemplo de transición. Los Planetas forjan un sonido adulto a punta de guitarras insomnes y letras que hablan de adicción, ruptura y resignación. Las nuevas sensaciones ya no tienen nada de nuevo, pero es mejor dejar las cosas así. Ella no va a volver y arriesgarse traerá más problemas. Parece una solución fácil, pero no lo es. “Desaparecer”, “Laboratorio mágico”, “Montañas de basura”, “Liínea 1” y “Toxicosmos” explican la decisión. Mucho más cerca de The Wedding Present y Joy Division que de Mercury Rev y David Baker. Unidad de desplazamiento (RCA, 2000) La mejor continuación posible a la semana que pasaron en un autobús en el 98 y a la sicodelia del EP ¡Dios existe! El rollo mesiánico de Los Planetas (1999). Los de Granada son ahora una banda que encabeza carteles, y quién no lo haría con canciones como “Vas a verme por la tele”, “Anuncio para coches”, “Maniobra de evasión” o “Plan de fuga”. Las guitarras ahogan más que nunca la voz de Jota, pero esta sale a flote en textos gigantes e increíbles (Sí, como el gol de Mendieta). Musicalmente, la banda trabaja en pos de un sonido más envolvente y expansivo, dejando en segundo plano la rapidez y el apremio de su lado más rock. Unidad de desplazamiento fue grabado en El Refugio Antiaéreo, estudio que el mismo Carlos Hernández (Hombre orquesta de la producción española) habilitara para ellos en Granada. Hernández graba y coproduce la placa. Encuentro con entidades (RCA, 2002) Encuentro con entidades sigue derrochando distorsión y electricidad en busca de un lugar limítrofe donde los riffs y el ruido puedan coexistir con canciones de tono más volátil y acústico. Es cierto, no termina tan bien como empieza, pero “San Juan de la Cruz” y “Dulces sueños” más los cuatro sencillos extraídos de la placa, le otorgan un valor único dentro de la discografía planetaria. Penúltima colaboración con el gran Javier Aramburú en el diseño de portadas de sus LPs y puerta de entrada para esa maravilla sicoactiva que es Los Planetas se disuelven (2003). Para ambos trabajos, Hernández retoma la labor de productor en El Refugio Antiaéreo. Más tarde vendría la edición de Encuentro con entidades DVD. Colección que incluye todos los videos realizados para cada una de las canciones en el álbum. Los Planetas contra la ley de gravedad (RCA, 2004) Discutiblemente su trabajo menos logrado. No es un mal disco pero es continuidad pura. Más de lo mismo y en menos cantidad. Como en cualquier disco de Los Planetas, no faltan los himnos ni los buenos momentos, pero más que una colección de buenas canciones, parece un trabajo enquistado en la presión por finalizar su contrato con RCA. Destacan: “El golpe de gracia” con su teclado sincopado, “Y además es imposible” con Irantzu Valencia (La Buena Vida) jugando a Pimpinela con Jota y el ensueño de “Experimentos con gaseosa” ya incluída en Los Planetas se disuelven. El cambio de piel se vuelve urgente. La leyenda del espacio (2007, Sony BMG/RCA) La voz de Jota es otra, las guitarras de Florent y Banin acentúan el nuevo dialecto y los golpes de Eric revelan el misterio. El primer disco de Los Planetas fuera de RCA, cumple con lo prometido. Los Planetas se aferran al folclore andaluz en trece palos donde habitan en absoluta armonía adaptaciones tradicionales y composiciones originales. Fandangos, alegrías, verdiales y caracoles dan forma a un disco impar, capaz de hacer por el rock, lo que La leyenda del tiempo (Camarón de la Isla, 1979) hizo por el flamenco: Seguir abriendo camino y puntos de expresión para que el lenguaje no se estanque en un punto creativo sin retorno. “El canto del bute”, “Ya no me asomo a la reja”, “Alegrías del incendio” o “Tendrá que haber un camino” (Con el desaparecido Enrique Morente en voz) son ejemplos perfectos de la simbiosis musical alcanzada por este trabajo. Camarón estaría orgulloso. Grabado por Pablo Sánchez, José Antonio Sánchez y Los Planetas en Granada, el disco recibe toda clase de reconocimientos a nivel nacional. Disco del año y de la década para Rockdelux y mejor disco nacional de rock alternativo en los Premios de la Música organizados por la Academia de las Artes y las Ciencias de la Música en 2008. Una opera egipcia (2010, Octubre/Sony Music Entertainment) Habían pasado más de dos años desde La leyenda del espacio, disco que redefinió de forma definitiva, tanto en estudio como en directo, el sonido de Los Planetas. De esta manera, el EP Cuatro palos y esta ópera egipcia son la mejor repetición de aquel disco y, sin bajar la guardia ni la intensidad de su predecesor, ambos trabajos suenan aún más naturales. Ese comienzo que debió cantar Enrique Morente en “La llave de oro” simplemente no tiene precio, como tampoco la quietud de “Virgen de la soledad” o el mantra sónico de “Los poetas”. “Romance de Juan de Osuna”, incluído también en el EP, sirvió como carta de presentación. El último disco de Los Planetas a la fecha, es su disco más transversal, la banda no duda en incluir canciones previamente grabadas para ahondar en la coherencia de una propuesta musical única, esa que abraza la teatralidad y el dramatismo del canto flamenco hasta convertirlo en intensidad eléctrica sin caer en la parodia o la reinvención gratuita.