Editado en 1996

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Robert Pollard se la estaba buscando desde hacía tiempo, y con Under the bushes, under the stars (1996, Matador), finalmente lo logró. Llevó su power pop a la perfección tras intentos lo-fi -en sus primeros discos- y abusos hacia la impronta Lennon-McCartney en el excelente Alien lanes (1995, Matador). Pero es en el disco editado en 1996 que logra pasar a la historia. Cada uno de los 18 tracks expuestos (24 en la edición especial) son una joya que traspasa las barreras Beatles-se-junta-con-Dinosaur Jr del conjunto, para incorporar una fuerte dosis de leyendas olvidadas del rock: Genesis, Yes, incluso Rush. La psicodelia y el garaje también son fuertes inspiraciones.

Guided by Voices llega a la cúspide de su estilo y pasa a las grandes ligas con UTBUTS. Si My Bloody Valentine legó un Loveless (1991, Warner) y Red House Painters un Songs for a blue guitar (1996, Supreme), GBV llega a su apogeo con una serie de hits que van desde la primera canción (“Man called aerodynamics???), hasta la última (“Office of hearts???). Pollard logra para Matador un clásico ineludible más, para poner en la estantería al lado de Painful (1993, Matador) de Yo La Tengo y Crooked rain crooked rain (1994, Matador) de Pavement.

Grabado en el legendario estudio Easley, en la misma época en que Sonic Youth registraba el Washing machine (1995, Geffen); Kim Deal (The Breeders, Pixies) su The Amps (1995, 4AD); Pavement el Wowee zowee (1995, Matador) y Wilco sus comienzos, AM (1995, Nonesuch), Under the bushes under the stars logra una síntesis impresionante de lo que sucedía a su alrededor, otorgando por primera vez a Guided by Voices la oportunidad de sonar con una mejor fidelidad de sonido. Mid-fi dirán algunos.

“Underwater explosions??? y “Don’t stop now??? son dos de los mejores temas de la década, en un proceso en movimiento que incluyó a Mission of Burma, los Pixies y la Velvet Underground en el pasado. Desde acordes a la velocidad del sonido hasta baladas eléctricas y conmovedoras hasta los huesos, los Guided by Voices, aún en su formación original, parecen ellos mismos sorprendidos frente a las ideas geniales que descubrieron al tocar. Este asombro y una cierta ingenuidad permean los tracks de una manera sutil en la forma de interpretar las canciones, pero se nota. La emotiva “The official ironmen rally song??? y la punzante y veloz “Cut out witch??? son un buen ejemplo de cómo la espontaneidad y la intuición suelen ser mejores consejeras de lo que se piensa.

Cada textura posee su propio espacio, desde las cuerdas ocasionales hasta los tonos de batería, pero sobretodo la guitarra, donde se adivina que el grupo usó al máximo los recursos del estudio (modelos antiguos y amplificadores) para procurarse un sello distintivo. Es divertido cómo un espíritu cercano al jipismo se filtra en las canciones, con un aire retro de búsqueda de la iluminación, como lo sugiere la contratapa con una joven corriendo en el campo junto a su hijo, ambos desnudos, los brazos en dirección al sol.