Proveniente de un estudio casero en Punta Gorda, uno de los tantos barrios ribereños de la ciudad de Montevideo, nace en 2014 el proyecto solitario de Paul Higgs, uruguayo de 22 años que luego se transformaría en la piedra angular de lo que se conoce hoy como Algodón.

Con dos LP’s bajo el brazo –Algodón (2014) en formato solista, y Eucalipto (2015) ya en formato banda- la agrupación buscó concentrar lo mejor de sus dos primeras creaciones en un compilado llamado Algodón de Montevideo (2016), que luego sería sucedido por su último largaduración, Mariposas Blancas & Los Mágicos Elementos de la Suerte, lanzado en agosto de este año. Actualmente tienen un cuarto disco listo (Jazmín) pero que esperarán hasta el 2017 para lanzarlo (de igual forma que hicieron con el resto, todos los cuales se grabaron con anterioridad al año de lanzamiento).

Gestores de un rock & pop alternativo, la banda deambula a través de sus creaciones entre distintos tipos de géneros –como, por ejemplo, los tintes de góspel en la destacable “Guías del Universo”- con una identidad pop que se hace muy interesante y fácil de escuchar. Tonalidades y acordes que recuerdan en más de una ocasión al Spinetta de Almendra (“Doble L de ballena”), y que pueden hacer creer a más de algún distraído que se trata de un proyecto alternativo de Pedropiedra. Pero no. Algodón logra combinar esas melodías atractivas con líricas simples y algo abstractas, situando al oyente en un trance de rítmicas livianas y pegajosas (“Altamente Recomendable”, “Cara de Cumbia”) capaces de transformar, casi sin esfuerzo, ambientes tensos en ligeros.

Con temáticas relacionadas al amor, lo sensorial y lo cotidiano, Algodón se da el espacio para hacer sutiles referencias entre sus canciones –como el guiño a Bob Dylan en “Dormirbien (Mal)” con el susurro del estribillo de “Lay Lady Lay”- y dar un reconocimiento algo encriptado a aquellos lugares que sirvieron de inspiración para algunas de sus creaciones (Punta Gorda en “Claro que sí” y José Ignacio en “Simultáneo”).

Guitarras que juegan con acordes tocados en tonos agudos y punteos sutiles se complementan con melodías vocales que se entrelazan entre tonos altos y bajos, dejando como resultado canciones muy atractivas y fácilmente adaptables al oído ajeno, que nos recuerdan en no pocas ocasiones a aquella gama del rock argentino que tanto dio qué hablar y que tanto se extraña por estos días.

Si hay un buen aditivo para las jóvenes promesas musicales, es el hambre de crear más y mejor. Y hasta el momento, Algodón ha cumplido con eso. Ahora, a esperar lo que tienen en el horno. Hits? Por el momento, olor a hit.