Fotos: Armando Saragoni

La ex vocalista de Christianes, pieza clave en la historia del pop alternativo en Chile, se lanza como solista en una propuesta marcada por bellas melodías austeras que llenan el espacio con su guitarra y voz. A la espera de su debut, ya podemos escuchar algunos adelantos en su MySpace y presenciar sus shows en diversos lugares de Santiago.

¿Cómo surge la idea de lanzarte como solista?
Sólo por la necesidad de hacer música. Empecé a trabajar en solitario en performances y danza-teatro. Descubrí que podía alcanzar un objetivo con mayor inmediatez al ser la única responsable de los procesos creativos y eso me llevó a completar ese proceso a través del canto. Este año recién logré tener un conjunto redondo de canciones y, si bien no se trata de un disco editado, creo que es mi carta de presentación.

¿Cómo definirías tu sonido y tu forma de entender la música?
Dentro de lo que yo hago, que es melódico y muy cercano al pop, siento la música como un fenómeno físico que, a diferencia de una pieza de danza, al no ser tridimensional no tiene límites. A pesar de ser invisible, la música es sumamente duradera y es muy sencillo recordarla. Cualquiera puede aprender una melodía y reproducirla con facilidad. Por eso me interesa trabajar con mínimos recursos acústicos y vocales.

¿Qué significó Christianes en tu carrera?
Antes de Christianes, yo ya trabajaba la musicalidad desde el movimiento en la danza. Como primera experiencia en el ámbito pop-rock, Christianes generó en mí la necesidad de seguir explorando en la música debido a que descubrí una nueva manera de plantearme escénicamente y así surge mi interés por la composición de música popular.

¿Cómo te propones componer una canción?
Nunca es igual. Mi primera canción fue desde la letra. Luego fui armando letra y melodía en paralelo. Y también nacen desde la melodía. No hay reglas. Cuando descubrí que podía componer empecé a dejarme llevar por las ganas de hacerlo en cualquier momento. Dejé que el azar formara parte del proceso y finalmente también de mi espectáculo.

¿En qué te inspiras?
Procesos existenciales. Estoy todo el tiempo cuestionándome.

¿Qué importancia tienen tus letras?
Relatar un espacio subjetivo es abrir nuevos mundos. La palabra es lo más concreto dentro de una canción. Te hace viajar. La descripción verbal es un paso entre dos espacios, la cotidianeidad y la dimensión alquímica del arte.

¿Cuáles son tus mayores influencias?
Yo no me pongo parámetros para componer. Trato de sacarme cualquier tipo de influencia para que nazca una nueva forma. Por eso me interesa el trabajo de David Bowie, Pink Floyd, Charly García, Jorge González o Florcita Motuda, porque la particularidad que tiene cada uno es lo que lo potencia como artista. Tienen una propuesta clara desde la composición hasta la puesta en escena. Hacia ese desarrollo integral apunta mi trabajo.

¿Cuáles son tus metas a corto plazo?
Tocar, seguir trabajando y seguir componiendo, sólo eso. Mi idea es que la gente pueda escuchar mi música y tener acceso a ella, ya que las presentaciones en vivo quedan ahí, en el momento. Por ahora Internet es un buen soporte, pero me interesaría poder editar lo que tengo.

Finalmente y para terminar, ¿cuáles son tus discos de cabecera?
Mis discos favoritos son The piper at the gates of dawn, de Pink Floyd y Ziggy Stardust de David Bowie. También me alucina Juju de Siouxsie and the Banshees y El derecho de vivir en paz de Víctor Jara. Y, de las cosas nuevas que escucho, mi disco favorito es Water Curses de Animal Collective .