El debut discográfico de una banda es una declaración de principios, una oportunidad para definir una estética que eventualmente podría llevarte lejos. En los años dorados de la industria discográfica, un buen debut podría significar ventas de 5, 10, 20 millones de copias. En marzo de 1986, Neil Tennant y Chris Lowe se juegan el todo por el todo y editan “Please”, que vendió 3 millones de copias, para dar inicio a una carrera llena de hitos, números uno, giras mundiales, y ventas multimillonarias.

Facturado simplemente con sintetizadores, máquinas de ritmo, un saxo, la voz de Tennant y uno que otro coro Please es disco, europop, reminiscencias del house de Nueva York, insinuaciones sobre mundo gay, fotografías de Londres, rap blanco y esa arrogancia que hay en lo sexy.

Con canciones como “Opportunities (Let’s Make Lots of Money)“, “Suburbia”, “Love Comes Quickly” y la insuperable “West End Girls”que fue hit tanto en Estados Unidos como Inglaterra, los Pet Shop Boys construyen en su debut un disco de dance pop que quizás no es el mejor de su carrera -considerando que después vinieron Introspective (Parlophone, 1988) y Behaviour (Parlophone, 1990), pero sí un disco impresionantemente representativo de su época, y que ha definido el pop británico por tres décadas, que se cumplieron la semana pasada. Tres décadas en que el pop todavía intenta sonar como los Pet Shop Boys.