Guía para entender una de las formas musicales más peculiares del siglo XX

V.
El caso Oswald

Es en este instante en que nuestro héroe hace su aparición:

John Oswald (Canadá, 1953) comenzó a experimentar con material tomado desde fines de los años ’60. Su primer trabajo en esta línea se materializó en su obra para cinta de reel Burrows (1974-5), basada en palíndromos realizados a partir de la voz del escritor beat William S. Burroughs, quien, a raíz de su particular manera de hablar, generaba frases que se oyen de la misma forma a pesar de la dirección de reproducción de la cinta.

Este precedente lo motivó a seguir trabajando, generando un proyecto al que llamó Mystery Laboratory, una organización ficticia, similar a la evocada por The Residents en su sello discográfico Ralph Records. Los resultados de esta exhaustiva investigación con sonido tomado se plasmaron en diversos cassettes, denominados Mystery Tapes.

En 1985 escribió un ensayo respecto del tema -a la luz de su propio trabajo y del impacto producido por la aparición del sampler, herramienta que, en aquel entonces, se presentaba como una grabadora digital en forma de teclado que permitía capturar sonidos desde cualquier fuente y procesarlos. Fue en ese ensayo donde Oswald mencionó por primera vez el término Plunderphonics (que hemos traducido como sonidos tomados) y propuso de manera explícita el trabajo con material sonoro discográfico como materia prima exclusiva, apoyado por un sistema de atribución que mencionaba la fuente -a semejanza de las bibliografías y las citas de los escritos académicos- dejando en claro, además, su uso no comercial (adelantándose por décadas a lo propuesto en las licencias Creative Commons).

Al año siguiente, publicó, con apoyo de fondos las artes locales, el EP Plunderphonic . La idea se extendió años después hasta la realización de un CD, financiado por le mismo Oswald, que compilaba ésta y más experiencias, La portada del disco, consecuente con la propuesta de trabajar exclusivamente con citas sonoras, a modo de collage visual, es la foto que vemos debajo de esta columna.

Si bien nunca estuvo a la venta -ni fue concebido con ese fin- y circuló libremente entre radioemisoras, bibliotecas, artistas y músicos -entre esos, varios de los referidos en las piezas-, el disco fue violentamente retirado de circulación, destruyéndose tanto cintas master como CDs que aún estaban en posesión de Oswald. La situación fue comentada en diversos medios, no sólo desde un ángulo meramente noticioso, sino por su resonancia: la consideración que la CRIA (Asociación de Productores de Fonogramas de Canadá) esgrimió apuntaba a una violación del derecho de autor a partir de la portada del disco y el contenido en sí (actuando como titulares de derecho en representación de Michael Jackson). Si bien la argumentación resultaba feble, un acuerdo entre las partes (el que incluía la entrega del material aludido para su destrucción) terminó con la disputa. Esto sentó un tremendo precedente, que se fue repitiendo e intensificando con los años en el Hemisferio Norte.

Con todo, Oswald siguió trabajando y haciendo circular sus obras: en 1993 publicó Plexure, trabajo basado en microsamples que revisan todo el repertorio existente en CD hasta esa fecha. Años después editó Grayfolded, basado en una enorme cantidad de versiones del clásico del grupo Grateful Dead ‘’Dark star’. A fines de los ‘90, comenzó una ardua gestión con miras a la edición de un box set retrospectivo –69plunderphonics96-, que culminó infructuosamente, dados los altos costos de licencia de parte del material sampleado. El disco,  finalmente, salió a precio de costo, con ayuda de otros artistas sumados a estas labores, y víctimas de la misma reacción censora y represiva de la industria…

MySpace
Ubuweb

Gerardo Figueroa (1969) es artista sonoro y tiene a su cargo el proyecto de investigación artística GFR Broadcasting System. Actualmente prepara la edición de varios discos online para la Universidad de Chile, Sheep, Pueblo Nuevo Netlabel y Michita Rex Records.