Guía para entender una de las formas musicales más peculiares del siglo XX

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Intro

La composición de tipo Plunderphonic es una forma específica y radical de collage, en la que todos los materiales han sido apropiados de música ya existente. Es un género motivado políticamente, que se enfoca en la noción de muestras (samples) libres, retando a la hipocresía de la ley de derechos de autor (copyright) sobre la música. El término se deriva del destacado trabajo de John Oswald en su disco compacto Plunderphonics.

Así se refiere el ElectroAcoustic Resource Site (EARS) a esta modalidad de creación sonora nacida en el siglo pasado y que, actualmente, aparece asociada a innumerables y, al parecer, disímiles prácticas musicales. Sin embargo, no fue algo que apareció de golpe y porrazo -armado, crecido y listo para usar-, sino, como el bolero, “a pasito lento” pero muy seguro. De ésos pasos y, sobre todo, de ésa paciente gestación, trata esta guía que comenzamos a escanear.

I.
The Art Of Noise

Hace casi cien años, el pintor futurista italiano Luigi Russolo le envió una apasionada carta a Balilla Pratella, el músico del colectivo, exhortándolo a dejar atrás la música como era conocida hasta entonces y abrazar otro tipo de sonoridades. La llamada no apuntaba a un mero deseo de reformar al sistema de Bach o reorganizar las “obras de los grandes maestros”, sino a un acto aún más radical y consecuente con el talante del grupo: incorporar en el hacer musical todos aquellos sonidos que ya formaban parte integral del entorno generado desde hace un buen rato por la Revolución Industrial -sonidos entendidos, las más de las veces, como ruido.

La carta, conocida como El arte de los ruidos (L’Arte dei Rumori), prefiguró no sólo una manera distinta de mirar el sonido, sino que representa uno de los primeros testimonios de gran parte del trabajo que se hace en la actualidad.

No conforme con sólo proponer y teorizar al respecto, Russolo se lanzó a la tarea de generar instrumentos capaces de concretizar tal anhelo. Para ello, con ayuda del también músico y pintor Ugo Piatti construyó unas cajas provistas de mecanismos internos y bocinas, a modo de parlantes. Fue a éstos instrumentos a los que dio en llamar Entonarruidos (Intonarumori). Para hacer aún más redondo el paquete, compuso piezas para ellos, las que podemos escuchar en MySpace y Ubuweb.

Desafortunadamente, la visión de Russolo no fue compartida por quienes se vieron expuestos a sus creaciones: la interacción de sus instrumentos con orquestas tradicionales no fue del todo feliz, y “la brutalidad del público, que no quiere escuchar” no logró ser vencida, a pesar de su fe y empeño. Con todo, Russolo siguió trabajando, pero la indiferencia del entorno relegó este caminar a un muy distante plano. Quedaron, por fortuna, sus escritos y sus registros, los que no cayeron en suelo estéril. Tuvo que pasar, sí, mucho tiempo, investigaciones y avances, a cargo de múltiples personas, para que lo acá propuesto volviera a surgir. Eso sucedió en 1948, cuando el ingeniero francés Pierre Schaeffer presentó en sociedad lo que dio en llamar Música concreta (Musique concrète). Esto, y mucho más, en la segunda parte de esta guía.

Gerardo Figueroa (1969) es artista sonoro y tiene a su cargo el proyecto de investigación artística GFR Broadcasting System. Actualmente prepara la edición de varios discos online para la Universidad de Chile, Sheep, Pueblo Nuevo Netlabel y Michita Rex Records.