Torrentes sonoros. Texturas que abrigan. Paisajes bucólicos. Palabras, palabras y más palabras para una música instrumental que ni siquiera su autor se atreve (ni se interesa) en definir. Diego Morales es un músico versátil y desprejuiciado que ejerce pop electrónico como bajista de Javiera Mena, juega al sound sicodélico con su banda Fredi Michel y se sumerge en el ambient más pegado cuando firma con su nombre. Calmao es su flamante disco y aunque no hay mucho que decir al respecto, Diego Morales hace su mejor intento.

Diego Morales (24) es un hombre de pocas palabras (más bien, las articula con letargo), pero cuando compone se extiende lo suficiente hasta producir profundos estados de relajación o reflexión en el auditor. Calmao es el nombre más apropiado para nueve canciones que a casi un mes de editadas han demostrado su potencial subjetivo con los comentarios más imaginativos publicados por la prensa: “Imaginen que Werner Herzog los invita a volar en unos de sus helicópteros mosquito. Juntos documentan un travelling aéreo a una velocidad exageradamente lenta, constante. En este viaje, sobrevuelan extensas llanuras, surcadas por mesetas de suaves ondulaciones. Hay momentos en que no saben si vuelan o flotan; hay momentos en que el cielo se llena de agua y asemeja una pecera, de mamíferos prehistóricos o de pájaros pterodáctilos, que cruzan pomposos su campo de visión sin hacerles daño??? escribió Andrés Acevedo en este mismo medio. “Más que componer, Diego Morales pinta un cuadro de formas y colores abstractos con gruesos brochazos, finas pinceladas y detalles puntillistas. Un collage sonoro donde incluso la suciedad y el ruido son acordes al resultado??? describió su servidor en Mus.cl

Tanta verborrea contrasta con el limitado interés que tuvo en nuestro medio su debut El Dub De Los Pobres (Luna, 2003) un álbum que cosechó buenas críticas en pequeños círculos cercanos al autor, le permitió presentarse en festivales tan importantes como Mutek o el bonaerense SAMC (South American Music Conference) y hasta figurar dentro de un compilado del sello francés Autres Direction in Music entre nombres como Panamerican, Mitchell Akiyama y The Remote Viewer. Calmao, cuatro años después, nace en las mejores condiciones y pese a que su música no concentrará miradas como sus compañeros en el sello Quemasucabeza (Javiera Mena, Gepe o Mostro) sus perspectivas son más a largo plazo.

De tu primer disco solo salieron 30 copias. Ahora hay 500 a través de un sello que ya tiene un nombre ¿eso le otorga más expectativas?

No se si tengo tantas expectativas. Me preocupé de que quedara bien, porque se que no va a pegar como Gepe.

Ni que lo digas. Estas canciones no tienen beat y casi no tienen melodías, a diferencia de El dub de los pobres, donde probabas ritmos dub y melódicas jamaicanas.
En el antiguo también hay partes bien ambient . Se trata de seguir explorando eso. Aparte, he estado haciendo ene cosas que espero concretar y que tienen “terrible??? de beat: son dance. Por el 2001, para el disco anterior, escuchaba más post rock. Para este son cosas más como de películas, como Angelo Badalamenti, John Carpenter (el director de cine que además compone sus bandas sonoras) y Ennio Morricone. Y aparte cosas electrónicas bien pegadas, como LEM, que me apadrinó para el primer disco (el músico Ottavio Berbakow de LEM editó El Dub De Los Pobres a través de su etiqueta Luna).

¿Por qué demoraste cuatro años en editar tu segundo trabajo? Quemasucabeza lo anunció incluso antes de Gepinto.
Buena pregunta. No se, no daba con algo que me convenciera. Aparte de que iba encaminado onda el 2004 y me pasó que se me borraron todas las pistas. Ahí empecé a hacer otras cosas. Hasta ahora no pude tener un computador para mi solo.

¿Fumaste muchas marihuana para hacer este disco?
Jaja ¿Esa pregunta va?

Es que Calmao es marihuaneadísimo.
Es que para mí todo es marihuaneadísimo. Lo bailable, la onda rockera de Fredi Michel también. A mi me afecta, pero como siempre. No es porque fume marihuana es que hago una música así.

Pero facilita el disfrute de la música.
Es lo mismo: a mi me facilita escuchar cualquier cosa, no porque sea “volada???. Puede ser una cosa popera y la marihuana igual te lo facilita.

Me pasa que escucho el disco y no siento el paso de un track a otro.
Eso es algo nuevo para mí escuchar ese comentario. Ese tipo de música me gusta escucharla para dormir y ahí pasa eso

¿Como qué?
Hay uno que se llama Gas, que es como lo más pegado del mundo.

¿Y Brian Eno?
Si po, totalmente. Pero es otro tipo de influencias, como es más antiguo. Yo lo veo casi como música clásica

¿Y te gustan otros compositores? Debussy hace paisajes impresionistas.
Es como mi favorito de lo clásico, si se puede llamar así. Y Satie también. Me gusta la música de películas: Michael Nyman, también Phillip Glass

¿Concibes estructuras dramáticas en tu música?
No tanto, pero se van armando así. Es que fluye (risas).

En el último tema colabora tu hermano Ignacio (aka Leonardo Ahumada o Nawito, miembro de El Banco Mundial) ¿Desde siempre tocan juntos?
Desde pendejos hacíamos canciones. Ahora hacemos improvisaciones con máquinas y computador, y ese proyecto se llama 100 zombies. Mi papá es como medio melómano, escuchaba música clásica, los Beatles y la onda Elton John, Carpenters, que he descubierto ahora último.

Diego Morales es un músico autodidacta que comenzó tocando batería y bajo en bandas hardcore, una de ellas llamada Pezy (con miembros ahora en Nhur), pero al momento de salir del colegio se inclinó por Licenciatura en Pintura en la Universidad de Chile, una carrera donde conoció a los amigos con que formaría Fredi Michel, pero que abandonó a los dos años “Perdí el interés en la academia. Yo era muy jipi pa la huevada. No estaba ni ahí con hacer los ejercicios. Antes pintaba harto, pero como que la universidad me mató. Ahora lo disfruto como espectador???

Tu música es impresionista ¿relacionas la música con los colores, formas y trazos?
No mucho. Lo que me evoca es algo más integral. Es visual pero también son recuerdos. Es como música de relajación jajaja

Ahora estás dedicado solo a la música en tres facetas bien diferentes: intérprete, parte de una banda y solista
Con Fredi Michel nos juntamos a tocar, improvisamos y salen los temas. Mi papel es ser parte de eso, quizás un poco más produciendo, compartido con el Felipe Sancho (batería y teclados). El Julio (Moyano, tecladista) siempre está tratando de que haya partes y de concretar y la Andrea (Guerrero, la vocalista) arma la canción y le pone las letras. Los demás tratamos de aportar lo nuestro: ponerle sabor.

Pero llevan harto tiempo, tienen seguidores, Jorge González los elogia y todavía no editan un disco.
Eso se escapa. ¿Cómo te lo puedo decir? El espíritu de Fredi Michel es todo lo contrario a registrar. Nos cuesta ene eso, porque la música es puro ponerse a tocar, entonces registrar eso es complicado. Siempre tratamos de hacer nosotros todo, no que nos graben. No se. Nos interesa sacar discos, pero nos cuesta. El grupo es volátil. A veces nos juntamos mucho y pasa un tiempo y se disgrega el choclo. Es una disyuntiva. A veces quiero hacer un disco, pero si nos ponemos muy exigentes puede perder la gracia. Eso de ponerse concreto… Tenemos demos, igual va caminando. Las individualidades hacen que sea disperso.

El caso de la Javiera Mena es lo contrario. No eres creador sino que intérprete y debes funcionar

Me encanta tocar con la Javiera, lo paso bien en ese trabajo, me gustan las canciones. Igual opinamos, pero la que más opina es la Javiera.

¿Te interesan otras bandas actuales?
No son tantos: Mostro, Times New Roman, $990, Quierostar, El banco Mundial: los amigos. Me gusta más la idea de la fiesta, más que la tocata de rock.

¿Por eso estás haciendo dance ahora? Eso es lo contrario de Calmao.

Ya tengo como cien temas. Cuando lo saque me voy a cambiar el nombre a “Jalao???.