Dirty Projectors
Parque Nicolasa
Sábado 1 de diciembre

Fotos de Rodrigo Ferrari

El sábado 1 de diciembre tocó Dirty Projectors en Chile. No muchos supieron, porque fue un evento privado. Y si bien no es ideal que los shows sean para públicos “exclusivos”, especialmente cuando la mayoría de los invitados no conoce la banda, hay que admitir que la producción fue impecable, y el evento, memorable.

El evento se desarrolló en una joya de parque urbano en la precordillera. Dave Longstreth , el vocalista, no puede dejar de comentar la maravilla de marco. Un concierto íntimo, que permite disfrutar de las sutilezas de la ejecución de la banda. Configuración completa, con cuatro voces y como protagonistas el vocalista, Dave, tocando la guitarra principal y Amber Coffman, la voz femenina principal, con guitarra rítmica, aunque con ciertos riffs que muestran que no le falta talento.

Parte el recital con un apacible “Swing lo Magellan”. Nada nos hace anticipar el deleite de arreglos vocales que se nos avecinaba. Sigue “Offspring are blank”. Entran en juego las tres vocalistas respaldando al vocalista lead.  Nos muestra los dientes con riffs furiosos, para volver a la tranquilidad.  Luego “The socialites” nos muestra el talento puro de Amber, bien podría haber sido cantante de R&B, sin embargo acá está dentro de una banda experimental. Y se agradece.

Le sigue “Beautiful mother”, tema que grabaron originalmente con Björk. Acá los arreglos vocales nos sorprenden. Tres voces entramadas a la perfección, cada una aportando una textura y melodía.  Se siguen clásicos como “No intention” y “Just from Chevron”. El highlight es “Stillness is the move”, con Amber nuevamente como protagonista, replicando el disco, e incluso superándolo con una intepretación que técnicamente es perfecta, pero con una fuerza que sólo se logra en vivo.

Dirty Projectors mostró que es una banda en esencia ecléctica, compleja. Que es capaz de mezclar lo más convencional de la composición, con la experimentación novedosa de los arreglos vocales, con una sección rítmica intrincada y fresca. Son músicos avezados, que logran texturas novedosas, con una ejecución ambiciosa. Acá las canciones de tres acordes no son la norma.

Para los que conocían a la banda, un deleite. Para los que no la conocían, un deleite mayor. Porque les queda por delante una discografía sólida que los acompañe. Y cada canción les recordará esa tarde de sábado, el bosque, en donde pudimos disfrutar de cada nota, sin estridencia, al igual que la banda, de quizás el mejor show del año. Y lamentablemente fuimos pocos los que pudimos disfrutarlo.

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