El regreso alucinante de diAblo Andrés Acevedojulio 25, 2007Artículos38 comentarios diAblo es un proyecto enigmático que acumula estrellas en su propio pacto con los sonidos intrincados y fantasmales. Hablamos de su flamante sexto disco, SeisSeisSeis (Satanista), de sus alentadores proyectos y el aguante que los ha caracterizado durante todo este tiempo. Ha sido un primer semestre de atractivos lanzamientos para las guitarras, que han vuelto a fulgurar con inteligencia, instinto y dureza. Consideremos el último disco de Shellac, Excellent Italian Greyhound (Touch and Go), el retorno de una fórmula consistente, que no ha variado radicalmente el dogma de guitarras secas, ecualización adusta, y un ánimo punk al juguetear sin ninguna pose con los instrumentos. En el otro polo, un disco multifacético como el Mirrored de Battles (Warp), sorprendente y novedoso en su fusión de guitarras exactas y manipulaciones digitales, abriendo un prisma de matices frescos, y también necesarios. Cito estas bandas porque reflejan un trabajo muy conciente sobre el uso de determinadas operaciones para marcar una pauta, un estilo propio de avances y descubrimientos en que también se inscribe el regreso de diAblo con Seisseisseis (Satanista, sello de diAblo), tres años después de Coma, presentando un conjunto inquieto, indagatorio, una muestra efectiva de trabajo colectivo donde la personalidad de cada músico hace su aporte a un cuadro general potente, cruzado por distintas velocidades y sensaciones. Las distintas formaciones que ha vivido diAblo, desde sus pretéritos inicios en 2001 bajo el nombre de Proyecto Cajas, con el núcleo permanente de Cristián Sánchez (voz y microkorg), Ervo Pérez (voz y samplers) y Antonio Aldunate (guitarra), han servido para soltar los engranajes y dejar pasar distintas ideas, formas de trabajo y texturas. Pero desde la primera formación oficial como diAblo en 200l, persisten en la exploración oscurantista, llena de meandros, cuevas negras, pozos infectos y puntos de fuga sicodélicos. Mas allá de ciertos estándares (el post-rock sería uno de ellos, el hardcore visceral otro), su música es absolutamente plástica y se presta para la abstracción sensorial, la transformación vigorosa. Eso les permite caer en lagunas calmas, secciones crudas, de un terror cómico y frontal, jams de sabor chileno y jolgorio alcayotesco, hasta momentos más sincopados y fácilmente danzables en su sexto disco, de seis canciones y casi una hora de duración. Lo más paradojal, o mejor dicho, lo que explica un trabajo progresivo, sin prisas, es la postura de bajo perfil que transmite diAblo en la voz d Daniel Llermaly, bajista desde 2003, Cristián Sánchez y Antonio Aldunate. Si todavía no los has escuchado, la verdad es que a ellos tampoco les importa mucho. Ustedes son una banda que ha tenido poca prensa ¿Les interesa dar a conocer lo que están haciendo? Daniel: Si es que lanzamos un disco y es una buena vitrina para mostrarlo… Antonio: Ahora hemos aprovechado algunas entrevistas para dar a conocer nuestra música afuera, lo que pensamos, lo que hacemos, quiénes somos. Ha servido para abrir espacios. Ahora nos sirve más que antes, porque estamos gestionando una gira (a México), pero antes no no se justificaba mucho, porque no teníamos pretensiones de viajar, y porque era local, y ahí te van a ver los amigos no más, la gente que cacha la banda. Aquí, el que cachó a diAblo ya lo cachó hace rato. ¿No les preocupa que sea poco conocido un trabajo donde hay mejor producción de sonido (en los estudios Triana), un proceso en el que también invierten tiempo de sus vidas…? Daniel: Es que más allá de la producción, eso lo da la música. Pero yo creo que a diAblo no lo escucha mucha gente. Cristian: Aquí la escena es más chica, no hay mucho por dónde atacar. ¿Qué pasa con la presentación de Seisseisseis, ahora que Ervo Pérez permanecerá fuera de Chile (por unos cuatro meses)? Cristian: Mientras no esté, estamos sacando temas de discos anteriores, otros temas que nos gustan y que tenemos interés en hacerle arreglos, seguir con eso mientras Ervo está afuera. Daniel: Y también tenemos la musicalización de una obra de teatro, que montará una amiga nuestra por sólo un mes, donde no seremos diAblo porque estaremos los cuatro no más (junto a Gonzalo Gutiérrez, baterista), y ahí nos vamos a entretener haciendo algo entre nosotros. (Los músicos de diAblo también han musicalizado otros proyectos, como la película de 1920 El gabinete del doctor Caligari y algunas exposiciones de arte). ¿Cuál sería la estética de sonido que define a su nuevo disco? Antonio: A diferencia de Coma (2004), que es un disco largo y tiene la misma cantidad de canciones, donde los temas son más lentos y más parejos, este disco tiene distintos ritmos con muchos más cambios marcados en cada canción. Y pienso que el salto más grande que dimos es que cambiamos los samples de corta duración, que sólo duran cinco segundos, por unos de larga duración, con memoria. Ya no trabajamos con teclados Casio, sino sintetizadores. Eso permite que los sonidos que hay en el disco sean los mismos que haya en la tocata. Cristian: El sampler que tenía antes Ervo era como “lo grabaste, lo apagaste y se logró el impacto???, porque teníamos una base de batería, bajo y guitarra y los sonidos creaban atmósferas por encima, pero ahora esos sonidos pueden funcionar como bases. Ya no son como un adorno. Daniel: Y también se pueden notar las dos etapas que hemos tenido, porque grabamos dos temas con el baterista que teníamos en Coma, más lentos, más largos, y los cuatro temas más nuevos fueron grabados con el actual baterista, que también estuvo con nosotros en ‘La ruta nos aporto otro paso natural’ (2003), y esos temas tienen más juegos de métrica, de ritmo. ¿Qué es lo que más les atrae, los sonidos más calmos o más dinámicos? Daniel: La gracia es que estén las dos partes, llegar a los dos extremos en un tema. Antonio: Al menos en este disco, los temas que fueron grabados fueron cien por ciento del gusto de todos, quedamos felices con el registro y sentimos que esto es lo que teníamos que grabar y nada más. Además volvimos a reencontrarnos con Gonzalo Gutiérrez, piensa que es como un matrimonio en que vuelve una esposa que se había ido. ¿Sus quiebres han sido dramáticos? (Al unísono) No, no, para nada… Antonio: Piensa que de los socios que estaban, todos van a las tocatas, carreteamos con ellos… Daniel: Los últimos dos, que eran el Pestaña (??lvaro Araya, bajista anterior) va y nos saca fotos, y Gonzalo Stuardo, el baterista anterior, nos va a hacer un video para una canción del disco nuevo. Cristian: Los quiebres eran más bien por cosas de tiempo, que no podían venir a los ensayos. Daniel: Los que estamos le damos duro y parejo. Cristian: Y con planes, sobre todo ahora que nos queremos ir a México. Otro instrumento que marca una diferencia de sonido es una marimba que arma pequeñas melodías minimalistas. Percibo un aire oriental en aquellas intervenciones musicales de Ervo, pero Daniel me aclara que en Ervo no hay mucha búsqueda, “puro caballazo no más???, dice. Algo similar ocurre con las letras, donde Antonio reconoce la asertividad de Ervo: “diAblo aprovecha esos momentos de improvisación en ensayos, para fijar secciones de metal fiestero, como los silbidos y las rechiflas en ‘La Eme’, o las frases furiosas descargadas en ‘Cruz de carroña’. Como el disco fue grabado sólo en dos días, llegaron con las canciones muy claras y grabaron en distintas pistas, tocando todos juntos. Después de la mezcla, sólo el trabajo de pasterización tomó más tiempo y algunas discusiones más finas, privilegiando una compresión del registro (que da un sonido más compacto y potente a la música) en vez de tomas de sonido más bruto. ¿Creen que hay un trabajo más limpio en sus canciones? Daniel: No creo, si lo escuchas, hay momentos muchos más hardcore que antes. Antonio: Es que tú puedes escuchar el disco y te podría parecer más tranquilo, pero al final en vivo, y en los ensayos que es cuando mejor lo pasamos, nunca fue así. Se transmite una faceta mucho más energética y despelotada. Cristian: Podemos tocar algo muy suave y luego algo pesado a mango, entonces nosotros nos separamos de esa línea de decir, “ya, nosotros estamos en una etapa más madura???, no, chao, en los shows mezclamos temas de todos los discos. Me parece interesante que Seisseisseis obligue a varias escuchas, pues te introducen en secciones que cambian constantemente, y no es tan fácil recordarlas… Cristian: Antes tomábamos distintas partes de canciones y las íbamos integrando, pero ahora fue mucho más fluido, tomábamos un tema y le dábamos hasta encontrar algo. Daniel: No sé si pueda ser un estilo, pero se nota claramente que nos gusta eso de ir cambiando de partes, y no volver a repetirlas. Finalmente, ¿Qué expectativas tienen de su futuro viaje a México? Antonio: Bueno, ahora tenemos el apoyo de algunas bandas que nos conocen en México, gracias a la magia de Internet, pero lo importante es ir, ver qué pasa, ver cómo nos sentimos en el viaje y de ahí tirar para adelante, empezar a gestionar giras. Cristian: Además es bonito como banda vivir la experiencia, antes no teníamos los medios para darnos un viaje de placer, a visitar país…¡qué mejor para nosotros que pasear! Conocer otros países! Otras culturas…