En su segunda película, Alicia Scherson deja la ciudad para internar a sus personajes en el parque nacional Las Siete Tazas. En este entorno, ella elige la música folk y electrónica de Icalma, el proyecto de Philippe Boisier. La cultura pop se inserta en Turistas como una radiación magnética subyacente e inevitable. Durante una conversación en medio del último Festival Internacional de Cine de Valdivia, la directora revela los detalles.

La primera impresión tras salir de Turistas es la de sentir que Alicia Scherson ha sido un tanto cruel con los personajes de su nueva película. Con subtextos pop insertos en la cinta, la historia de cada uno de ellos se ve marcada por el leitmotiv de la canción de Joy Division que Alicia tiene la delicadeza de traducir, aunque nunca en un tono obvio. No pone el tema en la banda sonora, sólo se escucha de los labios de Sofía Geldrez, en una de las escenas en el baño del parque nacional Siete Tazas.

“Love will tear us apart” (“el amor nos despedazará”) es la constante que une a Carla, la protagonista (Aline Kuppenheim), a su marido (Marcelo Alonso), a Ulrik (Diego Noguera), el mochilero noruego, al guardaparques y hasta la familia que acampa al lado del extranjero y la (anti) heroína. La letra compuesta por Ian Curtis, en medio de la destrucción de su matrimonio a través del hastío, es el eje de la película y ritma las distintas historias íntimas de cada uno de ellos. “No puedo mentir. Si, a veces, la vida es así”, dice Scherson.

¿Los deja al descampado, entonces? “Ellos establecen lazos, lo que les permite seguir adelante y reconstruirse”, responde la directora, durante una pausa en la última edición del Festival Internacional de Cine de Valdivia. “Son seres en movimiento, de todas maneras, no entidades estancadas en alguna desesperación. Torpes, incapaces de comprender el mundo que los rodea, pero móviles, y con esperanza, a pesar del profundo malestar que los invade, que es el que llega con la vida adulta que no tienen idea de cómo manejar”, indica Alicia.

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Al verla por segunda vez, Turistas revela esta templanza. Tal vez, porque es como una canción pop que quieres escuchar otra vez para captar mejor los detalles y las sutilezas. Algo aún más notorio que en Play, el alabado debut de Scherson.

La frase que canta Claudia Huidobro junto a la melodía de Philippe Boisier en “Même si (demo)”, uno de los temas de apertura de Turistas, expone la sensibilidad de Alicia. “Aunque ya no me quieras, dime cosas dulces”, murmura la vocalista en francés: “Même si tu ne m’aimes plus, dis-moi des mots doux”. Es la misma imagen que deja el entorno natural.

Aunque los personajes son “turistas”, extraños a este fenómeno que los rodea -marcados por una manera de ser urbana y sabiendo que tienen un punto de retorno-, son cobijados por el verde intenso que predomina en todos los tonos a lo largo de la visualidad de la película. ¿La esperanza en medio de la destrucción? “El folk de la guitarra de Philippe calza muy bien con esta atmósfera, y los toques electrónicos reflejan el tono actual de la historia”, comenta Scherson.

-¿Cómo mezclas música e imagen en Turistas?

-Utilicé el mismo director de fotografía, el mismo director de arte y el mismo diseñador de sonido que en Play, esa parte es bien parecida. El desafío era encuadrar la naturaleza con el mismo cuidado que cuando quieres captar una construcción arquitectónica.

-¿En qué sentido?

-Es decir, no dejarse llevar por la belleza inmediata tipo documental, sino construir y ficcionar la naturaleza. Eso usando los colores, las líneas del bosque, viendo lo natural del mismo modo en que asumirías un interior o una ciudad. Una naturaleza controlada por el hombre, siguiendo las líneas del bosque como seguirías las de los edificios en una ciudad. Ahí juegas también con los colores, los tonos de verde.

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-¿El sonido?

-Eso también, porque está el sonido real, que es maravilloso, pero éste se puede diseñar y trabajar. Por eso, es tan bueno ver la película en un cine, porque hay un juego con los volúmenes, con los distintos parlantes en el surround. Fue un trabajo muy delicado con un diseñador de sonido fantástico, que es Miguel Hormazábal.

-¿Qué pasa con la banda sonora?

-Se la encargué a Philippe Boisier. Un poco con la idea detrás de recuperar el sonido de la guitarra, de lo acústico, pero intervenido con electrónica como para incluir lo documental del estilo. Por supuesto, la guitarra hace referencia a la fogata y a todo lo que eso implica, las canciones que se esperan.

-¿Quemas un guitarra, por qué?

-Es una larga historia… (Se ríe y calla un momento). Yo creo que en todo este juego de las fogatas y el guitarreo en ellas, Carla es una mujer tan torpe, que no sabe cómo tocar una guitarra, pero ésta le puede dar calor a través del fuego…Fue algo controvertido dentro del equipo de rodaje, todos me preguntaban por qué lo hacía. Es un plano secuencia, muy catártico y en un momento de clímax en la película, ves cómo se queman las cuerdas y van saltando una a una, y luego se consume…

Las primas Susana (Viviana Herrera y Sofía Geldrez, ambas con el mismo nombre en el rol) son góticas que trabajan en el almacén del parque. El guardaparques Orlando Palma les ha traducido el tema de Joy Division. A él le encanta hablar de viejas canciones.

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Las referencias se van entremezclando con la trama siempre en un punto casi subyacente, como una suerte de memoria colectiva. En un Chile post político, post histórico, radicado en una actualidad difícil de definir, sino por ciertos elementos como las máquinas que invaden el bosque de forma destructiva, representando acaso el peligro real en esta época, más allá de las epopeyas sociales. Turistas juega en el detalle, en lo íntimo, en las historias pequeñas-pero significativas- de los protagonistas. Y aquí las canciones, y lo pop, son parte de la identidad.

-¿Cómo te haces cargo de la cultura pop en Turistas?

-Es como una suerte de “basura ambiente”, la cultura pop ha sido un fenómeno tan grande, tan emisora. Tengo un diálogo en este corto Llorando debajo del agua donde hay un piloto de avión que creer viajar a través de un cielo vacío. Pero, en realidad, este espacio está lleno de ondas, de viejos programas de televisión y canciones.

-¿Inevitable?

-Yo creo que es más difícil obviar este fenómeno que dejarlo entrar, porque está en todas partes. Aunque estés en la naturaleza, vas a encontrar, no sé, una letra de Metallica en un tronco, y eso en todas partes del mundo. Por ello, creo que lo pop es parte de lo que somos.

Turistas incluye una escena de bádminton. “Este es un deporte que me gustó porque es liviano, ligero, aéreo”, explica Scherson. Luego, Alicia se dio cuenta de la similitud con el clásico icónico de Michelangelo Antonioni, Blow Up, una de los films favoritos de la directora. En este, unos mimos juegan tenis sin una pelota, o con una imaginaria. En la cinta de la chilena, hay pelota pero no cancha. “Me di cuenta de la cercanía y Viviana Herrera lleva una camiseta de la película de Antonioni”, añade.

Huerquehue

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Philippe Boisier trasladó por completo el estudio de ensayo y grabación que mantiene al borde del Parque Forestal a una cabaña en la precordillera del sur de Chile, para grabar la banda sonora de Turistas, generada a través de su proyecto Icalma. Batería, interfaces de pro-tools, bajo, teclados, efectos y guitarras. En la cabaña frente a la de Boisier, Soledad Salfate y Alicia Scherson realizan el montaje de la película, mientras el músico dedica su día (y, a veces, noche) a producir el material que conformaría temas como “Même si”, “Huerquehue” y “Aline Alone”.

Las canciones de Turistas apelan al post- folk de Papa M (el guitarrista de Slint y Tortoise), Directions in Music y Will Oldham, el norteamericano tras Palace Brothers y Bonnie Prince Billy. Durante las noches de fogata, se escuchan ecos de una versión de “Los Momentos” de Eduardo Gatti y los Blops. Una suerte de demo en el que parece oírse una voz femenina de lejos (¿Armelle Pioline, de Holden, otrora vocalista de Icalma?). La versión definitiva incluye (en vivo) a Gepe en las voces, Julián Peña en Piano Rhodes, Pablo Flores en instrumentos electrónicos y metalófono, y a Pedro Greene (el baterista original de Los Blops).

Esta última es la que aparece en el desenlace de la película, y que cuenta con un clip con tomas de la cinta. El video restituye la atmósfera postmodernista de Icalma, de recontextualizar el tema con ritmos electrónicos. Aparte de esta banda, This Co aporta con un tema dark. Los Muebles hacen lo suyo con “Vanidad”. Este grupo se presenta en vivo bajo el concepto del playback, con un folk rock cercano a lo primero de R.E.M y The Wallflowers y letras divertidas como la del hombre que le advierte a una mujer que no se acerque mucho o la violará…

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Éste es un salto para Alicia, quien había trabajado con lo más granado de la avanzada norteamericana de electrónica indie en Play, su debut en largo. Ello, gracias a su experiencia como becaria Fulbright en la Universidad de Chicago en artes visuales (donde fue profesora asistente de video arte). Telefon Tel Aviv, Pulseprogramming y L’altra colaboran con temas más ligados a lo urbano. Una suerte de generación de relevo después de los experimentos de Tortoise, estas bandas forman parte de sellos tan creativos como Aesthetics y Hefty.

Al ser Turistas una película que se desarrolla en la naturaleza, la propuesta musical debía ser la contraparte de Play, un film de ciudad. Por eso, el sabor a madera y a bosque del folk de Icalma, actualizado a través de los aportes electrónicos. Tal vez porque, en la historia, los personajes se pasean por un mundo que saben que dejarán, y volverán a sus vidas, aunque modificados por la experiencia de internarse en su propio bosque emocional, evolucionando a tientas, sin saber adónde llegarán.

VIDEO: Trailer Turistas

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