Update: Este 18 de marzo nos enteramos de la muerte de Jason Molina. Rescatamos esta entrevista realizada en septiembre del 2003 desde nuestro archivo como un pequeño homenaje.

Hay algo inquietante en Songs: Ohia, el proyecto personal del siempre bien acompañado Jason Molina. Es que escuchar a este compositor norteamericano -con fuertes influencias country y del hard rock clásico- es perderse sin vuelta mientras dura la escucha de sus discos. Hay algo en la voz de Molina, en sus letras, en su guitarra-bajo que hace que los auditores se enfrasquen en una suerte de expiación folkie.

Originario de Ohio, se declara fuertemente influenciado por la el clima violento, la economía pobre y las líneas del tren de su pueblo natal, Lorain. Hay algo de post revolución industrial en Molina. Graba en fábricas y saca discos a un ritmo fabril. Su discografía, bastante extensa, consta de: Songs: Ohia (Secretly Canadian, 1997), Impala (Secretly Canadian, 1998), Axxess & ace (Secretly Canadian, 1999), Ghost tropic (Secretly Canadian, 2000), The lioness (Secretly Canadian, 2000), Mi sei apparso come un fantasma (Paper Cut, 2001, en vivo en Italia) Didn’t it rain (Secretly Canadian, 2002) y Magnolia electric co. (Secretly Canaria,n 2003)

Si bien las comparaciones van siempre por el lado de Will Oldham y los Palace Brothers, hay algo en esa mezcla Sabbath-Young característica de Molina que lo pone aparte. Y que lo llevó, en su última entrega, a experimentar con el rock pesado setentero y sacar un álbum que resultó ser una prueba de valor para sus sufrientes fans. De tormentoso, no tiene mucho. Pero con Molina, no se puede saber. Ya anuncia nuevo disco, y que vuelva a dejar a todos con el corazón en la mano no sería nada raro.

Eres un autor muy prolífico. ¿Qué es la música para ti? ¿Una urgencia? ¿Una parte de ti mismo?
La música ha sido algo en mi vida siempre. Incluso cuando era un niño, cualquier cosa que estuviera sonando yo le ponía atención. También ha sido algo que no ha salido tan fácil. Hay días cuando tengo algunas ideas buenas y simplemente no salen en una canción. Otras veces tengo una canción muy básica que parece ser especial tal como está. En una manera, la música es sólo parte de mi personalidad.

¿Es verdad que partiste tocando en bandas heavy metal en Cleveland? Si lo es, ¿cómo describirías los cambios en tu acercamiento a la música?
Yo ya tocaba guitarra y bajo antes que me metiera a tocar en bandas heavy metal. Estaba tan interesado en el rock de principios de los cincuentas, como en cosas como Sabbath y Brian Eno. Nunca me acerqué al hard rock o a bandas como AC/DC como si fueran diferentes a la música country. Pensaba que sólo se trataba de las canciones, si éstas eran buenas o no.

Si se puede definir una fuerza detrás de tu música, especialmente en los primeros discos, sería la tristeza. ¿Qué hay en la tristeza que hace a la música tan poderosa?
La música nunca fue arreglada a propósito para que fuera triste. Eso está siempre en la mente de quien escucha, esa la cosa que los conecta. Yo no soy capaz de ponerle sentimientos a las canciones si no se complementa con la música y las letras. Yo no trato de decidir como la canción va a terminar, sólo dejo que cobre su propia vida.

En tu discografía, hay algunas constantes: temáticas de amor y gente común, una producción simple (o falta de, como en Didn’t it rain) y el trabajo con distintos colaboradores. ¿Piensas que eso le da un sentido de unidad a lo que haces?
Sí, pienso que todos esos acercamientos han tenido efectos más positivos que negativos en mi música. Miro cada nuevo proyecto, y trato de desafiar las canciones, siento que si el ambiente en que grabo los álbumes puede trasmitirse a los discos, he logrado algo que es difícil de hacer.

En tu último álbum, Magnolia electric co., se puede percibir un gran giro en tu música. Suena como una banda tocando y se siente una gran influencia del rock de los setentas en el disco. ¿Por qué decidiste hacer ese giro?
Las canciones parecieron dirigirse hacia esa dirección. En el próximo disco voy a hacer algo muy distinto. Todavía usando Electric Audio y a Steve (Albini, ingeniero en Magnolia electric co.) y algunos de los mismos músicos, pero con un acercamiento muy distinto a la grabación en vivo. Todavía estoy trabajando eso para que resulte.

¿Cómo escoges a la gente con que vas a trabajar?
A veces tengo algunas canciones y me da la sensación que algunos músicos que conozco, o que están metidos en eso, podrían sacar alguna de las fuerzas que están en la canción. Puede ser tan simple como que un bajista que he visto tocar y parece interesante, yo quizás vaya y le pregunte si quiere tocar en una canción o dos.

¿Cómo influyó el trabajo de Steve Albini en el resultado final de Magnolia electric co.?
Él fue capaz de traducir en la cinta las ideas básicas que yo tenía sobre el sonido. Es una persona con la que fue muy bueno trabajar y planeo trabajar con él en el próximo disco en noviembre. Un talento que tiene, entre muchos, es que él realmente sabe como grabar una sesión en vivo y hacerla que funcione. A mi no me interesa arreglar notas malas, partes olvidadas, cosas chicas, yo quiero que esas cosas se queden como naturalmente aparecieron en la realización de los discos.

¿Qué viene para ti en el futuro? ¿Es el giro hacia el rock definitivo?
Estoy tratando de tener una banda de hard rock llamada The Coke Dares, grabar alguna de mis canciones más influenciadas por el country y vamos a agregar a Jannie Benford y a Mike Brenner (ambos músicos ligados al country y colaboradores de Molina en sus dos últimos discos) para que toquen en ellas. Va ser un desafío.

Un amigo mío una vez dijo sobre Bill Callahan: “no tomes nada de lo que dice muy en serio, él es dolorosamente cascarrabias solamente para divertirse y con suerte, torturar a otros. No debemos rendirnos tan fácil ante su sadismo” Él era el fan número uno de Smog. ¿Qué crees que sienten tus fans hacia ti?
A veces me da la sensación de que esa gente en el público quiere verme morir allá afuera. Esa sería la cosa que hace que ellos me crean.

¿Algún plan de venir a Sudamérica? Estás definitivamente invitado.
Ojalá. Si tenemos la oportunidad yo creo que podría pasar. Voy a esperar impaciente.