Pato Urzúa entrevista a VariosArtistas, cuarteto encabezado por Diego Lorenzini que el año pasado publicó el álbum Los mata bien muertos.

Fotos de Rodrigo Ferrari

Este es un grupo que no existe. O que existe poco, en los espacios que se abren en la inauguración de una muestra de pintura, o en la banda sonora de una película independiente, o en el living de algún departamento. Este es un grupo que escribe canciones ganadoras aunque juegan a ser los perdedores. Conozca a VariosArtistas.

El museo

En el MAVi, el Museo de Artes Visuales de la plaza Mulato Gil, ocurre una premiación de un concurso de jóvenes artistas visuales convocado por una minera. Durante el cóctel, mientras la gente se agolpa en la barra de vodka o hace fila para pedir una copa de vino, sobre un escenario que ocupa el centro de la plaza, cantan VariosArtistas.

El que claramente es el líder, aunque se esfuerce por no parecerlo, canta con voz vehemente cosas como “Les escribimos a los rebeldes / ninguno nos respondió / nos subimos en un cohete / nos bajaron de un avión”. O “Nosotros que nunca fuimos buenos con las palabras / Tampoco lo fueron / Ellas con nosotros”.

Sus canciones son frágiles. Se solazan en su propia precariedad. Tienen algo de pataletas adolescentes, inspiradas pero como desconfiando de sí mismas. Son canciones melódicas, que invitan a mover el pie, y a escuchar sus letras que transitan cómodamente un terreno que linda con la poesía. Por lo menos, con la poesía como podría entenderla cada uno de nosotros, con cosas sencillas anotadas en un cuaderno como a la rápida, en el camino entre el dormitorio y la cocina. Por ejemplo.

VariosArtistas, hoy, son Diego Lorenzini en voz y guitarra, Roy MacDonald en guitarra y efectos, Cristián Godoy en guitarra y Sebastián Riffo en percusión.

La historia de Cristián

“Diego y yo éramos amigos de colegio en Talca. Y el Diego se dedicó más a su trabajo, yo soy profe de arte y él, años después se fue a Buenos Aires, y a Berlín, vivió un tiempo allá. Y cuando volvió, nos encontramos de nuevo, porque, curiosamente, los dos estábamos tocando guitarra. Yo vivo en Viña del Mar hace dos años y nuestras presentaciones dependen un poco de mis viajes. Es cierto que la mayoría de las veces tocamos en lugares más ligados a la plástica, porque esas son nuestras redes sociales, venimos de ahí. Una vez tocamos en el Thelonious, en Bellavista, un lunes en la noche. Estuvo bueno. Estamos esperando que por ahí se abran más puertas, quién sabe”.

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El otro museo

Días más tarde, en el Museo Internacional de Chile, MICh (que es un departamento en Providencia), VariosArtistas tocan sentados en el suelo, la batería de Sebastián reemplazada por una caja de cartón y un pandero. Aquí no hay barra abierta. Aquí las cervezas en lata valen quinientos pesos, y en todas las piezas hay obras de jóvenes artistas visuales. Hay algunas de Diego, hay varias de Sebastián.

La gente que está viendo a VariosArtistas aquí se sabe sus canciones de memoria. Musita la letra al unísono. Lo más seguro es que hayan bajado todos los discos que VariosArtistas, juntos y algunos por separado, tienen en su sitio. Ahí está, junto a todos los demás, su trabajo más reciente, Los mata bien muertos, que contiene “La fiebre del oro”, una canción que terminó incluida en la banda sonora de Educación física, el primer largometraje que dirige el actor Pablo Cerda, que puede verse aquí.

Estas canciones se aprecian mejor de cerca. Suenan mejor cuando uno apoya las manos en el parquet, cuando no tienen que competir con el tumulto.

La historia de Roy

“Diego y yo éramos compañeros en Arte en la Católica, y teníamos una banda con otros dos amigos. Era bien experimental, bien ruidista, y se llamaba { } ¿. Que claramente es algo que no se puede decir, que no tiene traducción oral. No se llamaba “abre paréntesis corchete, cierra paréntesis corchete, signo de interrogación”, sino que se llamaba { } ¿ nomás. Nosotros estábamos felices con que nuestro grupo se llamara { } ¿, nunca se nos ocurrió que nadie nunca iba a poder hablar de nuestra banda, era parte de nuestra estupidez de ese entonces.

Se nos ocurrían cosas bien raras: una vez nos encerramos a tocar en una pieza que empapelamos con un rollo de papel gigante, y ahí dibujamos una especie de partitura con signos inventados, rayos, puntos, Leon-O de los Thundercats, un montón de leseras. Y la idea era que esa fuera nuestra notación musical inventada, que después viendo la partitura pudiéramos recrear esa improvisación… claro que nunca funcionó, porque nunca nos pusimos de acuerdo en qué significaba cada cosa, nunca nos acordamos bien de qué significaba el Leon-O. Grabamos esa sesión, pero yo no la he vuelto a escuchar desde esa vez.

Y antes de irse a Buenos Aires, me pasó un disco que había grabado con su guitarra de palo… y era bien bueno. Ese fue el germen de VariosArtistas”.

El peso de la letra

“Yo siento que lo que hago como artista visual y lo que hago como músico son lo mismo. Son medios de expresión. Yo entré a estudiar arte porque me gustaban las historietas. Y hoy, en mis canciones y en mis trabajos, sigo utilizando imágenes y palabras, los ingredientes de los cómics”.

Aunque no lo declare, Diego Lorenzini es el motor detrás de VariosArtistas. Es la voz que canta, es el que más tiempo lleva escribiendo canciones, y es la persona adecuada para preguntarle si les importa tocar siempre en galerías, en inauguraciones, en lanzamientos, en exposiciones. Si les importa, en otras palabras, ser música de fondo. “Creo que hemos hecho las cosas lo suficientemente mal. Estamos sin contaminar, no hemos entrado en contacto con cosas que nos podrían hacer daño como banda. Y aunque nos tomamos muy en serio esto de ser una banda, aunque no es algo que hagamos sólo para pasarlo bien, todavía no existe aquello que nos permita dedicarnos sólo a hacer música. Pensándolo bien, ni siquiera lo pasamos tan bien tocando”.

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La historia de Sebastián

“Yo llevo varios años tocando en varias bandas. Me sumé a VariosArtistas después de pedirle a Diego una canción para 72º57’46”S-36º12’28”O, una muestra que hice con Rafael Guendelman en la que registramos nuestro recorrido por los lugares devastados por el tsunami en 2010. Hicimos el viaje en el mismo orden que la ola sísmica, y trajimos de vuelta fotos, dibujos, videos, pintura.

Un tiempo después, VariosArtistas estaban tocando en la apertura de una exposición en la galería Espacio Flor, yo empecé a hacer percusiones en un banco y me dijeron que subiera al escenario. Para mí la batería es un asunto de frecuencias, de pulsaciones, que es algo que a mí me interesa mucho en el arte visual. En lo que hago es clave, desde pinturas geométricas hasta trabajos más iconográficos, me interesa mucho investigar eso. Me he ocupado mucho de los efectos, por ejemplo, de lo que pasa con los terremotos. Y un terremoto es una frecuencia”.

Una colección de fracasos gloriosos

“Hay una canción en la que me pregunto qué tocará el Chacal de la Trompeta cuando nadie lo ve… porque el Chacal es un asesino como crítico, es un personaje violento y sanguinario, pero al final toca siempre la misma fanfarria… y en su casa ¿tocará bebop? ¿Se mira con reproche en el espejo del baño? ¿Se tocará la fanfarria él mismo para echarse?”.

Diego es de esas personas que persigue a sus reflexiones aunque lo lleven a lugares improbables. De lo que estamos hablando es de la formación de VariosArtistas, de cómo componen, de lo que significa creerse o no el cuento de ser una banda que existe en un circuito donde las bandas no se toman tan en serio a sí mismas. Y de eso al Chacal, para él, hay un paso.

“No tocamos tanto. No somos una banda que hicimos para engrupir minas. De chico, era mi hermano el que se suponía que iba a ser el músico de la familia. Yo crecí escuchando lo que me gustaba nomás, yo escuchaba Silvio con Daft Punk. Como grupo, no tenemos otra satisfacción que la de tocar. Estuvimos a punto de firmar con el sello Cazador… y cuando estaba todo listo, el sello se acabó. Igual, eso también es parte de nuestro imaginario”.

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