El primer disco de Ellen Allien, Stadtkind, de 2001, era una celebración del espíritu berlinés de comienzo de siglo: vibrante después de la reunificación, Berlín (y toda Alemania) parecía ansiosa por perderse en fiestas sin final. De alguna manera, tenía todo el sentido del mundo que Ellen Allien fuera la autora de la desenfadada y directa banda sonora de la década pasada: después de todo, el entusiasmo por el reencuentro de las Alemanias no tenía nada más que declarar que sus propias ganas de celebrar hasta desvanecerse.

Si Ellen Allien desarrolló algo así como una conciencia política, eso vino después. Al mismo tiempo en que las crisis y las invasiones iban disipando las ganas de celebrar, o por lo menos tiñéndolas con matices más complejos, la música de Ellen Allien adquirió complejidades y sutilezas que la hicieron mucho más interesante.

De todos modos, Ellen nunca perdió el interés –ni la destreza- para hacer bailar a la gente hasta que caiga rendida que, sabemos, es lo que ocurrirá este sábado en su presentación en el Radicales.

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– ¿Dirías que el placer es el principal impulso de tu música?

– Mi principal impulso es la selección de los tracks para mis DJ sets. Estoy tratando de encontrar tracks extraños y prendidos para sorprender a la gente. En cuanto a mi sello, busco música especial. Soy una coleccionista de música y me encanta descubrir nuevos sonidos y estilos.

– Cuando compones, ¿eres consciente de las dinámicas de la pista de baile? Me parece que eres una de las pocas productoras que van quedando capaces de hacer música que es tan efectiva para bailar como desafiante de escuchar…

– Me encanta componer música para el oído como hice en mi último soundtrack, Lism, de aliento más artístico. También me gusta mezclar en mis canciones instrumentos análogos como guitarras, o cualquier cosa con cuerdas. Y por supuesto que me encanta mover a la gente en la pista de baile. Busco una combinación.

– ¿Consideras que la música electrónica se ha estancado en el último tiempo? ¿o crees que conserva el potencial para desatar una revolución que tenía, digamos, hace 10 o 15 años?

– Si tenemos un gran problema político, y lo enfrentamos y salimos a la calle a reclamar lo que es nuestro… entonces todas las cosas cambian. La música tiene que ver un poco con todo. Si como seres humanos nos alzamos en contra del gobierno, entonces necesariamente habrá también una revolución musical. Si creamos nuevos instrumentos, también.

– Como fundadora de BPitch Control, ¿consideras que los nuevos artistas son tan apasionados como tú respecto a la música?

– Algunos sí, otros no, depende de cada uno. Algunos hacen música para tocar en alguna parte ante mucha gente, otros para expresarse de una manera más artística: La necesidad de hacer arte los hace mejores artistas, sencillamente, Es una necesidad emocional.

– ¿Cuál dirías que es hoy el rol de un sello independiente, sobre todo considerando que hoy en día cualquiera puede difundir su música directamente?

– El rol de un sello es establecer una marca que la gente pueda seguir fácilmente. De seguro, puedes compartir tu música de manera directa, pero aún existe la necesidad de distribuirla en todo el mundo a través de otros canales. Mi sello, BPitch Control, es, hoy en día, más bien una agencia de promoción de artistas que otra cosa. Es un hobby que se convirtió en negocio. Ya llevamos 300 discos editados.

– Como remezcladora, has trabajado con artistas tan disímiles como Beck y Uffie… ¿qué hace que escojas una canción para remezclarla?

– Escucho cada pista y si me gustan, entonces puedo hacer un remix. Acabo de hacer uno para Shinedoe, (http://soundcloud.com/ellen-allien/shinedoe-panomanic-ellen-allien-love-rmx/edit). Tuve de inmediato un montón de ideas cuando la escuché. Y el remix quedó tremendo. Otro de los que más me gusta es uno que hice para “The Birds”, de Telefon Tel Aviv. (www.youtube.com/watch?v=9hVbkNxPNPE)

– Alguna vez, escribiendo para este mismo sitio, comparé uno de tus discos con “el sonido de máquinas teniendo sexo” o “porno para robots”… ¿estás de acuerdo con esas comparaciones?

– “porno para robots”, jajajaja… yo habría dicho, sencillamente, “porno para mujeres”.