Los franceses favoritos de Chile vuelven con una gira y un nuevo disco.

Grabaron su disco el año pasado en el estudio de Jorge González y vuelven ahora como headliners del mejor festival del verano. Holden trae más de una sorpresa bajo el brazo en su nueva visita a Chile, ya casi su residencia estival.

El EIMA -Encuentro Internacional de Música Actual- se viene con todo. Married Monk, Icalma, Congelador, Gepe, Holden… En el cóctel de bienvenida intercambiamos unas palabras con estos últimos. El grupo de Armelle Pioline y Mocke regresa a Chile tras grabar su nuevo disco, Chevrotine (Village Vert, 2006), en los estudios de Jorge González en el Cajón del Maipo, el verano pasado, con Uwe Schmidt en la producción. Según ellos, éste es el mejor de su carrera.

Los cuatro conciertos que dieron los franceses en la capital chilena tras terminar el álbum, el 2005, fueron intensos y a sala repleta, pasando al estatus de legendarios. Dichas presentaciones en vivo confirmaron el fenómeno que comenzó con el tema ‘La Machine’ pegando fuerte en las radios chilenas, gracias a la edición local del debut L’Arrière monde (1999), en el sello de sus amigos de Pánico, Combo Discos, años atrás.

Esta vez, la banda estrenará Chevrotine de forma íntegra en los escenarios chilenos, en el tour que los llevará a Valparaíso, Concepción, Valdivia y Santiago, donde concluirán la gira en Matucana 100, el 1 y 2 de febrero. “¡Vuelvan de la playa!”, exclama Armelle, “¡Están pasando cosas buenas en Santiago!”. La interceptamos mientras degusta una copa del reputado tinto nacional y nos sentamos a comentar sus próximas actuaciones en el EIMA.

–¿Contenta de volver a Chile?
–Armelle: Sí, me da mucho gusto, es genial, obviamente. Nos sentimos bien regresando para acá. Aquí, vamos a preparar la gira que comenzaremos en Francia. En realidad, vamos a hacer las primeras fechas del álbum que saldrá pronto en París. Va a ser nuestro precalentamiento, vamos a ver cómo resultan los temas en vivo. Es muy excitante, entonces.

–¿Van a tocar nuevas canciones?
–Estrenaremos todo el álbum, lo vamos a tocar entero. Es la preparación para nuestra gira francesa que comienza en un mes.

–Hace un rato que lo grabaron, el verano pasado, ¿No?
–Sí, hace unos nueve meses.

–El tiempo en que se gesta un bebé…
–(Se ríe) Sí, justo el tiempo de hacer un niño, aunque no es lo que yo hice durante esos nueve meses. Todos tomamos un montón de proyectos paralelos que necesitábamos concretar. Y entonces, voilà, había uno que estaba de gira con Sébastien Schuller, yo misma hice hartas cosas alrededor…nos dimos tiempo para hacer eso y para preparar muy bien la salida de Chevrotine (Village Vert, 2006), lo que nunca habíamos tenido anteriormente. Es un poco un lujo preparar esto con harta anticipación, pues tenemos ganas de que se estrene a full, en buenas condiciones.

–¿Qué quiere decir Chevrotine? ¿Es ‘pequeña cabra’-chèvre, en francés-?
–No, en realidad la chevrotine es una munición. Es una bala que usan los cazadores, que se mete en un fusil y que, cuando entra en el cuerpo de la presa, revienta por todas partes, desde adentro. Un poco como mi ropa, ¿Ves? – Armelle luce una polera negra con una explosión de líneas de colores -. Es, a la vez, un asunto hiper-violento, porque está ligado a la cacería, a la crónica roja sórdida, a cosas bastante gore, y, también, es una palabra tan hermosa, tan tierna, que te hace pensar a una tierna cabrita o suena como Amandine -pequeña almendra-…

–¿Y cómo viene este disco, sigue la línea de Holden?
–Sí, de todas formas, con la salvedad de que fue hecho dos años después que Pedrolira (Village Vert, 2002) y que la vida avanza…

–¿Ya no es lo mismo… ‘C’est plus pareil’, así se llama el tema faro de Pedrolira?
–Como decía la célebre cantante del disco anterior: “ya no es lo mismo”.

–Esa canción es increíble…
–¿En serio? (Se ríe) Vamos a tocarla en la gira.

Armelle comparte su tiempo con Icalma, el grupo de Philippe Boisier con el que vino de gira el año pasado a lanzar su disco, Bun o und (Telescopic, 2005), un álbum de tintes pop y electrónicos de gran sofisticación, cercano a Pulseprogramming y a Mörr Music.

–¿Y con Icalma, cómo estuvo el año? Tocaron con verdaderas leyendas en París…
–¡Fue genial! En la misma semana, abrimos para Low y para Lou Barlow (Dinosaur Jr, Sebadoh).

–¡La clase!
–¡¡¡Fue muy cool!!! ¡Fue demasiado! Me hice puros tatuajes que decían Icalma, estábamos a concho, fue realmente genial. Esa semana estuvo realmente increíble. Aunque no tocamos mucho aparte de eso, a decir verdad. Nuestra gira más grande va a ser ahora junto al EIMA, en lo que respecta Icalma. Vamos a hacer seis fechas seguidas, no hemos hecho eso en Francia, desgraciadamente…

–Ok…
–Entonces, eso, espero que todo resulte bien. Esto dicho, y volviendo a Holden, no nos hemos visto en tres meses, no hemos ensayado para nada, nos lanzamos mañana en vivo y en directo. Veremos…en todo caso, todo está en el ambiente que se dé.

–El año pasado, en La Batuta, destrozaron el escenario… ¡Fue el furor máximo! Pidieron tres bises, de hecho…
–Hicimos cuatro fechas la última vez, dos en La Batuta y dos en Centro Arte Alameda. Los cuatro conciertos estuvieron espectaculares. De todas formas, el público es absolutamente insaciable aquí, eso es genial. Me encanta ese aspecto demostrativo, que irrumpe… como te lo he comentado muchas veces, el público francés o suizo es, cuando menos, un tanto frío. Es otra mentalidad, otro pueblo.

–¿El resto de Holden no se pone celoso de que tú y Pierre Jean toquen con Icalma?
–(Se ríe) Y no, están súper contentos, nos van a ver tocar en vivo, vienen a gritarnos un montón de cosas, a pasarla bien. Eso les alegra mucho.

–¿Vinieron con Cristóbal Carvajal ahora? ¿Sigue siendo el bajista de Holden?
–Sí, de todas formas, es parte del grupo y esperamos que sea nuestro bajista por siempre. Ha sido increíble, los últimos seis meses que pasamos en París, hicimos un sinnúmero de proyectos paralelos, nos cruzamos con miembros de Pánico…

–¿Ah sí?
–Cristóbal y yo montamos un grupo con Memo (Memoria Radial), el guitarrista de Pánico, y Seba (Sebastián Arce), el batero. La banda quedó de pelos, Cristo toca el bajo y yo la guitarra y canto. Acabamos de empezar hace medio año, pero ya está sonando de película.

–¡Genial, tengo la primicia!
–Así es. ¿Quieres que te diga el nombre? Y bien, nos llamamos los Súper Bravo. Eso, Mocke produjo un disco y Ludo (tecladista de Holden), se fue de gira con Sébastien Schuller. Hizo un disco increíble que se llama Happyness. Entonces, es cool, fue un año hiper-musical para nosotros. Al trescientos por ciento, así que creo que vamos a dar unos conciertos extrabuenos.

–¿Va a salir el disco en Chile?
–Sí. Chevrotine debería estar disponible en dos meses más. Va a ser bello, la carátula tiene clase, el libreto quedó perfecto… es un amigo dibujante que hizo todo el inserto.

–¿Han visto a su amigo productor, Uwe Schmidt (Señor Coconut)?
–No. En realidad, venimos llegando recién. Lo más seguro es que lo veamos el viernes. Ahí tocamos en Valparaíso y después nos vamos todos a ver a Ricardo Villalobos, quien mezcla esa noche en la playa y Uwe estará ahí.

Armelle se despide, para ir a juntarse con “la chica del videoclip”, que la espera hace ya un rato en otra sala. Por ahí aparece Mocke (guitarra y voz), quien está feliz de regresar -casi una vuelta a casa, asegura- , ya que vienen “siempre en verano” y que en Europa, en estos momentos, “hace un frío polar”. Para él, Chevrotine es su mejor disco, en el que suenan afiatados como grupo, y que viene más “ambient” que los anteriores, sin tanta referencia a los años sesenta -una escucha a los temas en el Centro Cultural Las Condes confirmaría todo esto: el disco es magistral, corroborando las exclamaciones de los críticos parisinos, y contiene una esencia emotiva innegable. Armelle canta acerca de voces en los muros y del abandono metafórico en la acera, una corona en el pelo, con romanticismo y poesía. Estos temas tienen la belleza de hacerte callar, pues Holden ha adquirido una profundidad que se disfruta y se mezcla con canciones más bailables.

–¿Algunas expectativas para el festival?
–Mocke: A fondo. Además, tengo entendido que es el primero, así que es todo un honor.

–¿Conoces algunos de los grupos que tocarán con ustedes?
–He escuchado a Gepe -pronuncia ‘Llepe’ y se ríe por su acento- y me gusta mucho. Todo el mundo me ha dicho que su disco está mortal, así que espero con impaciencia escucharlo, ya que quedó de regalarme el álbum mañana.

Mocke espera que el Festival EIMA se repita año tras año, y venir en alguna próxima edición (“en todas, sí se puede”, se ríe). En París, todo es distinto, hace falta el hype y la aceptación mediática para que el público se entusiasme, asegura. Es por ello que le es agradable tocar en Chile, ya que la audiencia es más inmediata. Agrega que es un placer trabajar con Boisier, quien organiza el EIMA y a quien conoce desde los tiempos en que éste tocaba en Pánico: “Él debe estar orgulloso de montar un festival como éste”. Respecto a Súper Bravo, Mocke, adelanta que le gusta mucho y que viene en una veta muy pop.