En febrero recién pasado, el legendario primer disco de The Auteurs, New wave, cumplió 20 años. Para conmemorarlo, entrevistamos en exclusiva a su creador, el genio inconformista de Luke Haines. Le preguntamos sobre la creación de este clásico, sobre su libro Bad vives, y en qué consiste ser un outsider, entre otras cosas. Estas son sus palabras.

—New wave acaba de cumplir 20 años. Tú tenías 26 cuando se lanzó. ¿Te sientes aún cercano a lo que hiciste en ese disco, o tienes algún remordimiento al respecto?

Ese álbum se sostiene totalmente. Fue el álbum que tenía que hacer cuando tenía 25 años. En ese disco, puedo escuchar la mayoría de las cosas que yo escuchaba hasta llegado ese momento. No tengo absolutamente ningún remordimiento con ese disco, me encanta.

—Uno de los mejores momentos en el disco es el momento de silencio justo después del primer verso en ”Showgirl”. ¿Aún te consideras un salvador del silencio?

Nah, fue algo completamente intuitivo. Además, en los años anteriores a ese disco estuve escuchando harto a The Go-Betweens. Mucho de su material, especialmente las primeras grabaciones tienen ese juego de comenzar y parar.

—¿Hay alguna canción de ese disco de la cuál te arrepientas?

No creo que haya una canción mala en ese álbum. Muchas de las canciones que llegaron a quedar en el disco estuvieron entre mis primeros intentos por componer, así que es bien audaz en el sentido de que las canciones no suenan como si estuvieran sobre escritas o muy pensadas. Recientemente, he llegado a darme cuenta de que mis letristas favoritos son Iggy, Jim Morrison y Ozzy. La razón es que cuando escuchas cualquier cosa que venga de ellos tres, puedes darte cuenta de que sale directamente de su mente, sin rodeos, sin consciencia de sí mismos. Simplemente, dí lo que tengas que decir y ándate. Por supuesto que yo soy un letrista mucho más consciente, así que no puedo hacer eso, pero New wave es lo más cercano que he llegado.

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—Con los años, has escrito varias canciones acerca del sueño del rock ‘n’ roll, y tu disco Oliver Twist manifesto tenía impresa la advertencia “This Is Not Entertainment!”. ¿Qué piensas de la industria del entretenimiento?, ¿Crees que está muerto el rock ‘n’ roll?

No es que esté en contra del entretenimiento, pero para mi o la cosa es intelectual o no. Es lo que está entremedio lo que no soporto. El rock ‘n’ roll puede haber muerto en 1979 con el primer revival mod, o en 1969 cuando Jim Morrison cantó ”Rock is dead” o en 1968, cuando ocurrió el primer revival del rock ‘n’ roll, o en 1959 cuando Gene Vincent dejó de tener éxitos. Bueno, quién sabe si esté muerto… lo que sé es que el folk art, que se parece en algo a lo que hago, y es un rama del rock ‘n’ roll y el entretenimiento, tiene algo de pulso todavía.

—Ya has publicado dos libros. ¿Qué te inspiró a comenzar a escribirlos? ¿Estás pensando en un tercero?

Los periodistas no escriben muy bien acerca del rock ‘n’ roll, simplemente resulta como reportaje, o el otro problema acerca de los libros escritos por periodistas de música es que tienden a involucrarse en la historia y los periodistas son a menudo, por elección de carrera, tipos poco perceptivos. Siempre he sentido que para escribir de verdad sobre el rock ‘n’ roll, tienes que haber estado en el ojo de la tormenta, tienes que escribir con ritmo de rock. Mis textos favoritos sobre música siempre, sin lugar a dudas, han estado escritos por músicos. Entonces, pensé que debería hacer algo en vez de quejarme y hacer un libro de Rock ‘n’ Roll como se debe. Y sí, en algún punto habrán más libros.

—¿En qué formas crees que esta nueva vena literaria ha influenciado tu forma de componer?

Creo que Bad vibes, en particular, me ayudó a limpiar mi mente. No creo que hubiera podido escribir algo como un disco sobre lucha libre si no hubiera sido por los libros.

—Cuando estuviste promoviendo el segundo disco de los Auteurs, Now I’m a cowboy, una vez te rompiste las piernas sólo para terminar con la gira. ¿Qué piensas de los tours? ¿Valen la pena?

El problema con andar de gira es que no puedo escribir en ellas. Andar de tour se transforma en una especie de asimilación creativa, pero en realidad es sólo repetición. Yo diría que 6 shows es lo máximo que quiero tocar. Después de eso, puede volverse contraproducente. Ahora me pasa que si no estoy grabando o escribiendo o pintando o haciendo alguna mierda me vuelvo jodidamente loco. Entonces, con el segundo disco de los Auteurs, para el momento en que me rompí las piernas ya habíamos estado en gira constante por nueve meses contraproducentes y algo tenía que pasar.

—Luego de ese episodio, comenzaste a trabajar en After murder park. Escogiste grabarlo con Steve Albini, mientras en la tierra del britpop todos estaban suavizando su sonido para que sonara mejor en la radio. ¿Fue una especie de declaración de principios? 

Loss Servants (mi banda anterior a The Auters) querían grabar el primer disco con Steve, y yo mismo había pensado en grabar el segundo con él, así que era cosa de tiempo. Yo veía todo eso del britpop como una vergüenza nacional en ese momento. Pensé en grabar de nuevo con Steve cuando estaba haciendo el disco Off my rocker, pero como no tenía una banda propiamente tal, repensé el plan.

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—Los outsiders siempre han llamado tu atención, y tú mismo te has convertido en uno. Incluso grabaste el disco Baader Meinhof  inspirado por el grupo terrorista socialista alemán. 

No estoy seguro de que uno pueda convertirse en un outsider, yo creo que siempre lo he sido. Cuando estaba en el colegio, no quería estar en la pandilla de nadie. Cuando estaba en la escuela de arte, no era parte de ningún grupo. Cuando estaba en los Servants, no quería ser parte de ninguna escena. Lo mismo con los Auteurs, no era parte de nada ni me conformaba con nada. Eso es lo peor de toda esa cosa de los 90s que se terminó conociendo como britpop, era algo tan conformista. Y las ideas que guiaban la escena entera eran todas absolutamente, ya sea por ambición sin sentido o estupidez sin sentido, conformistas.

—La grabación de Baader Meinhof  fue un proceso muy experimental. Puede rastrearse a los pianos invertidos de los demos de New wave. ¿Qué discos o ingenieros en grabación te han inspirado en términos de sonido?

En ese momento yo estaba muy metido en el dub, el funk, y muchas cosas electrónicas, soundtracks de kung fu, etc. Siempre me ha gustado el soul, ya que cuando hicimos el primer disco con David Westlake, los Triffids eran la sección rítimica, y ellos estaban metidos de lleno en el sonido dels sello Stax. El sonido de Baader Meinhof consistía en sacar toda la mierda. Sin reverb, sólo un poco de tape delay. Bajos sintetizados grandes old school a la Earth Wind & Fire y clavecines distorsionados. Yo toqué todas esas partes de clavecín, todas y funkeando firme. La gente no se da cuenta de que soy un funkero “badass” de corazón.

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—Tú y John Moore crearon Black Box Recorder y consiguieron éxito mainstream con su segundo álbum The facts of life. Las letras que escribieron seguían siendo sarcásticas e inteligentes. ¿Sientes acaso que el pop en las manos correctas puede usarse como un arma, como un Caballo de Troya?

Con los charts, siempre era grandioso cuando alguien que no debía llegar ahí lo conseguía – sean los Buzzcocks, o PIL o Can. Entonces, creo que cuando BBR tuvo un poco de éxito, lo vimos como si fuera a ser una anomalía. Íbamos a ser esa gente que no tenía por qué estar en los charts. El primer disco nos puso un poco en esa trayectoria – era obvio que si teníamos una pista acerca de la canción adecuada, llegaríamos a entrar a los charts. El disco que vino después de The facts of life fue concebido también como un potencial disco para los charts, pero su lanzamiento fue retrasado por más de un año, así que el momento se perdió. Probablemente para lo mejor, podría haberse instalado la complacencia.

—Estás de lleno en los discos conceptuales ahora, y pareces muy cómodo con ese formato. ¿De dónde viene la influencia?

Es sólo que un formato más largo encaja con lo que quiero hacer en mi imaginación, no es que esté haciendo una declaración de principios en particular contra la existencia de los singles y los álbumes.

—Escuchando New wave, hay una sensación muy Bowie en él, pero no en la forma glamorosa en la que se quedó pegado Suede, sino que más en espíritu. ¿Es Bowie importante para ti? ¿Qué piensas de su nuevo disco?

Mientras los Servants grabábamos el segundo disco Smalltime, estábamos de lleno en cosas como ”Golden years” y los discos con Fripp como Scary monsters, más que en la era glam. Esto lo hicimos entre el 89/90, cuando Bowie estaba en su época menos influyente. En el tiempo de New wav  yo estaba pensando incluso más en Tyranosaurus Rex que en T.Re y en la Incredible String Band. Uno se puede dar cuenta por la cantidad de glockenspiels, timbales de dedo y percusiones raras en el disco. En lo que respecta a Bowie, estoy disfrutando mucho la ola actual de bowiemania en el Reino Unido. La última vez que ocurrió fue con el disco Let’s dance, cuando él convenció a todo el mundo de ser un tipo común y corriente. Estoy contento de que esta vez haya regresado con un disco que se pone mejor y mejor cada vez.

—¿Aún crees eso de “this music can destroy a nation”? ¿Es la música moderna de estos días así de peligrosa?

No, la música ha perdido mucho de su poder para causar daño. No sé muy bien donde está la música moderna estos días. Si la haces bien, eres un artista, y a no ser de que los humanos encuentren pruebas definitivas de que exista o no exista Dios, entonces siempre tendremos la necesidad de hacer arte.