Medio Hermano finaliza este agitado año con un show junto a Cristóbal Briceño en Matucana 100.  Sobre búsquedas  y nuevos métodos hablamos con Juan Fernando “Mico” Rubilar.

XO (Beast Discos, 2019) se presenta como un disco que refleja un tránsito a una madurez, que quizás como la democracia, nunca se concreta en llegar. Medio Hermano hace años que difunde con labia romántica y soñadora estas inquietudes coqueteando desde lo más naif del pop, a canciones de contenido más directamente político.

–Siento la presencia de mucha electrónica en este disco ¿Es una intención deliberada?

Tiene elementos abiertamente electrónicos, harta batería electrónica que se meten en la paleta sonora en temas que siguen siendo compuestos en guitarra, en algunos incluso Merci (Martín Pérez) o Luis (Premium Banana) tienen créditos de composición, que siguen siendo fieles o representativos de Medio Hermano.

Hay algo primitivo que se mantiene, antes de la composición del disco, sentía que mucho se parecía a lo anterior, en una zona de confort que me inquietaba. Por ello la experimentación con loops, tirarse a la piscina con arreglos, en ese ensayo y error, fue algo que se concluyó bacán con el equipo que armamos con Luis, Botón (Ricardo Herrera) y Merci. El resultado, que no sabía qué iba a ser, me dejó súper satisfecho.

–En cuanto a lo lírico, es más frecuente la voz hablada en algunas canciones…

En este disco me volví loco escribiendo letras, me gusta mucho el spokenword de Pet Shop Boys, muy políticos y bailables, con poesías y relatos de otro nivel. Algunas letras se transformaron en letras, mantras, o melodías. En “WSP”, si bien lo que suena no son audios de whatsapp, nos juntamos con Ivanna Fulltime para sostener una conversación sobre la instrumental. Me venía contando sobre las cosas que estaba viviendo o resolviendo, todo en una suerte de jerga que fue transcrita y adaptada para la canción. Es un ejercicio algo inspirado en el Blonde(Frank Ocean), de un relato lo más cercano posible, esa familiaridad comunicativa que aflora en lo que cuenta en el tema.

–El arte del disco me parece súper llamativo,  se desliga de las ilustraciones previas.

El arte fue trabajado junto a Gaspar Álvarez y está ligado a las letras del disco, muchas fueron fotos recogidas de un álbum familiar de un perro, cartas de amor, fotos rajadas, pegadas con un kintsugi. Quería evocar vivencias que si bien son comunes, tocan esa fibra visceral o emocional de las cosas, las letras escritas a mano, las cartas de renuncia, un collage de cosas que son personales, genuinas y al mismo tiempo, universales o colectivas, que le pueden ocurrir a cualquiera. Leyendo mucho twitter o internet, donde a veces hay cosas poéticas, memes, pantallazos e ilustraciones. Básicamente, un barrido generacional que me movió a escribir de estos distintos temas, un disco sobre el amor y el trabajo a nuestra manera.

–Las composiciones del disco suenan familiares pero abordadas con un espíritu muy integral en su paleta sonora.

Uno mezcla tantas cosas distintas, cada canción con su rollo, a mí me gusta Pavement, Virus y Camela, qué sale de esa mezcla. En nuestra diversidad de nosotros como músicos funciona el cruce y me parece un propósito bacán en el diseño sonoro.

–Como el kintsugi.

Claro, de escuchar harto Factory Records y compilados de Radio Romántica, me gusta componer con familiaridades que evoquen recuerdos o emociones y con los elementos que queramos. Medio Hermano siempre tiene una paleta melancólica, harto amor en su amplio sentido, el cual puede incluir garabatos o momentos bailables, pero siempre roza el romanticismo, por diversos motivos. El amor y el trabajo como vehículos de la gente común, de algún modo desafiante o estimulante. El pop como una trinchera para disparar poesía, política, que permite pegar de todo y habitar los lugares comunes.

–Y en torno a eso mismo, ¿cómo es la dinámica de los integrantes en este momento? 

Como banda estamos todos entrando en los treintas, con una cesantía programada que nos permitiera enfocar las energías en este disco y los shows que estaremos presentando. Visualizando que no hay otro momento para enfocarte en este oficio, es ahora. Una decisión que tiene sus reveses, los agridulces de expectativa-realidad. Pero con las ganas de hacer todo lo que podamos, a plenitud de tiempo, plenitud de trabajo. Con una ambición sana, de ganas de consolidar este trabajo, con los featurings y a presentarlo con todo.

–Para finalizar,  su incorporación a Beast Discos ¿a qué inquietudes responde?

Necesitábamos incorporar gente al equipo de trabajo que pudiera proveer elementos que no estaban a nuestro alcance, o que nos tomarían más tiempo. Que tengan más tiempo en la industria, por chica que sea. Y a pesar que no parece un camino tan lógico para una banda independiente, este desafío artístico tenía que venir acompañado por un esfuerzo más explícito por aquello que aspiramos. Para hacer trabajo en paralelo, sacando fechas por ejemplo, mientras estábamos entremedio mezclando. Ser un pulpo y hacerlas todas tu solo toma más tiempo. y este año lo tenía más o menos pensado desde el anterior, para dedicarlo de lleno al disco, y darle ese salto de gestión, en un aspecto más interno de la banda. Entre la gestión, comunicaciones y arte; otro kintsugi.

Foto: Luz Sierra

Medio Hermano + Cristóbal Briceño
Viernes 27 de Diciembre
Matucana 100 / 18 hrs
Preventa: $3.000.- General:$4.000.-