Con varios años en el medio musical chileno, la cantante y compositora Nea Ducci conversa con Super45 sobre su nueva faceta como solista en su reciente disco A lo hecho, pecho. De la escuela de CHC, y con otras interesantes incursiones con Los Mono, Van y Yaia, nos cuenta sobre su relación con la electrónica, su perspectiva sobre la música y sus proyectos a futuro.

-¿Cómo te surgen las ganas de hacer un trabajo solista?
-Mi escuela fue efectivamente con CHC, con Yaia, con Los Mono, que eran grupos que me invitaban a grabar voces.

-¿Y Van?
-Van fue después, y era una invitación a agregar canciones propias. Fue lindo, porque fue la primera vez que yo hacía algo mío (junto a Barraco Parra y a Miopec, también conocido como Marcelo Peña), porque con las otras bandas era un apoyo, era un agregado a lo que otra gente estaba creando. Por eso con Van me vino harta seguridad, porque en la gira al sur con Philippe Boisier (de Icalma) se presentaban las canciones en vivo, con mis propias máquinas, y a la gente le gustaba. Fue súper gratificante. En esa época mi carrera dependía de CHC, no sólo como integrante sino también como manager, y ya al final me tocó botar varias tocatas. Yo hacía mi sueldo con CHC, era así de importante, pero empecé a ver una desmotivación: Sebastián (Silva, director de La Nana) se comenzó a dedicar al cine, la gente no quería tocar por poca plata y aunque yo igual quería seguir yendo no podía hacerme cargo sola de sacar adelante esta máquina, y aunque tuviéramos tres discos ya era el momento de hacer el cuarto y bueno, en ese estancamiento yo dije “tate, yo también compongo y es la hora de hacer mi disco”. Las cosas se dieron y coincidieron varias cosas: el apoyo de mi familia, conseguir a (el estudio de grabación) Triana, que es el mejor lugar para trabajar, conocí al productor Cristóbal (Carvajal, bajista de Holden) que necesitaba empezar a trabajar con chilenos y funcionó perfecto. Ahí le mostré unos demos que tenía guardados bajo llave, porque con todo el tiempo que yo tenía estuve componiendo en mi casa, me había aprendido los software, tenía los teclados, estaba familiarizada con los sonidos que yo quería.

-¿Y los demos que tenías en Myspace?
-Estos son otros. Esos que tú dices yo los regalo, los hice en 2004 y formé un EP con esos temas. Ahí fue que me di cuenta que me gustaba componer y que había gente que disfrutaba de esos temas. Eso también me impulsó a seguir con esto de independizarse. Ahí nos tomamos un año con Cristóbal Carvajal.

-También figuran otros productores, ¿cómo fuiste invitándolos?
-Cristóbal me había hablado de Mátenlo, que son estos dos chicos de 21 años que se dedican todo el día a crear beats y a bajar grupos. Y disjockean juntos y viven juntos, y comparten “ene” cosas, tienen dos computadores iguales (risas). Cristóbal tenía afinidad con ellos y yo había conocido a Bassquez (la mitad de Mátenlo) un rato atrás, así que los invitamos. Aportaban con ideas de percusiones, fueron agregando detallitos, pero “Amnesia” es un aporte completamente de ellos. Ahí yo trabajé las letras solamente.

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-Ahora que decidiste emprender tu carrera, ¿qué va a pasar con tus otros grupos?
-No es que haya terminado con todo lo demás. De hecho, hace poco estuve organizando una tocata de CHC porque Seba Silva estaba en Chile, y si él viviera acá seguramente seguiríamos tocando. Con Yaia, que son mis tres mejores amigos, vamos a seguir haciendo música, probablemente cuando tengamos 40 años (risas). Las otras dos bandas sí se acabaron, Van y Los Mono.

-Con toda esa experiencia previa, ¿cómo percibes la diferencia entre una banda y ser tú la única responsable de este proyecto?
-Me gusta mucho tener el control, por primera vez, de los porcentajes de derechos de temas. Encuentro que es exquisito, estoy conociendo la otra faceta porque yo estaba de manager en CHC, entonces me manejaba perfecto con las cifras, los horarios, salas de ensayo, el sonidista y todos los detalles, pero es re distinto inscribir un tema que es tuyo, de tu autoría. En la parte de la grabación también es muy diferente, porque con CHC yo grababa las voces pero tampoco era parte completamente de la producción, y ahora con Cristóbal Carvajal aprendí “ene”. De hecho compartimos la producción general en A lo hecho, pecho. Obviamente fui afinando la oreja con los otros grupos, con Pedro (Subercaseaux, integrante de CHC y ahora solista) siempre tuvimos buenos micrófonos y aparatos, buenos consejos de Vicente (Sanfuentes, alias Original Hamster) y como Cristóbal además es bajista creo que todo eso aporta a que ahora quiera hacer lo mejor posible mi disco solista. Con Cristobal estábamos pinponenado todo el rato ideas, no te imaginas cómo llegaba yo a mi casa con los demos ya trabajados, las primeras grabaciones, y en la noche repensaba las estructuras, los detalles, algo mucho menos administrativo, mucho más carnal. Era otra Volada.

-Y cuando lo presentaste en vivo y lo lanzaste, ¿cómo percibiste la recepción del público?
-Mira, se supone que yo lo iba a lanzar en diciembre del año pasado, pero se fue dilatando y me entró harto pánico, en verdad. Imagínate que puse cuatro fechas de lanzamiento, viendo lugares, presupuestando cosas. En realidad fue bien terrible. Cristóbal me convenció de lanzarlo este año y lo hicimos en Matucana 100. Habíamos ensayado “ene” y el disco se pudo hacer físicamente justo para la fecha del lanzamiento, así que resultó. Ese día mil cosas funcionaron genial: el sonido, las imágenes que se grabaron, que luego quiero hacer un DVD con eso. Al principio me dio mucho nervio, pero después me relajé, fueron más de 300 personas, hubo un cóctel exquisito. Para mí lo importante era que el disco se lanzara bien, mostrar este trabajo que tenía ahí prácticamente desde enero. La prensa en ese momento también se portó súper bien.

-¿Con qué acompañantes sales al escenario?
-Lo conversamos harto con Cristóbal. En un principio íbamos a ser los dos junto a Bassquez y a Angie, que me ayuda con las voces y baila, pero se nos enfermó y no pudo participar. Luego, como tenían que ser máximo cuatro personas, pensamos en Mátenlo. Ahí uno le aplica más a la ingeniería y el otro es mucho más percusivo, así que son un súper buen complemento. Meten unos efectos exquisitos, medios tecno, así que esa es la formación, nosotros cuatro.

-¿Tú meta era que el disco en vivo sonara igual a las canciones en estudio?
-Sí, igual igual. Y a partir de eso podríamos ponernos a jugar, pero para el lanzamiento tenía que sonar igual, las variaciones son mínimas. En los ensayos esa era la meta, fue súper intenso. Yo ahí cocinándoles para que todos estuvieran felices, fue súper familiar todo. Para el lanzamiento, de hecho, invité a Miopec para que incluyera más percusiones aún, porque había que subir los tambores y las maracas para contrarrestar lo electrónico, porque en el (bar) Subterráneo o en Constitución está cool el DJ set y la voz, pero para este teatro, que es súper envolvente, quise subir el peso de lo percusivo y eso lo hizo Miopec.

-Ahora que lo mencionas, en A lo hecho, pecho te interesa harto controlar esa fusión entre sonidos orgánicos (guitarras, percusiones) y electrónica. ¿Cómo llegaste a este punto intermedio?
-Yo creo que siempre he sido fan de la música electrónica: he ido toda mi vida a festivales, he estado en contacto con DJ’s, trabajé en (la discoteca capitalina noventera) Casa Club, y en ese recorrido fui juntando harta música, minimal y dance. La electrónica me permite viajar mucho más que el rock, ponte tú. Esos sonidos me gustan, me prenden, pero por otro lado, aparte de tener clases de piano también tuve clases de percusión, en Barcelona y acá también, así que igual me interesa agarrar eso a sonidos de la tierra, envolventes, naturales, y Cristóbal estaba en esa misma parada. Tenemos en común el dub, donde está súper fuerte el drum and bass, y ahí fuimos fusionando. Mátenlo venía de lo digital y percusivo también.

-Pero de todas formas tú pusiste todo eso en servicio de una estructura más clásica de canción pop, en donde está la voz, el coro. Esa cercanía con el público, ¿fue pensada o es parte de tu sello?
-Si, es parte de mi sello, inconcientemente me sale así hacer las maquetas. Además, como he trabajado harto la voz estoy cercana a esa estructura y en un contexto electrónico encuentro súper interesante la yuxtaposición. Es especial.

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-Las voces en casi todas las canciones están trabajadas en varias capas, generando una atmósfera que envuelve. ¿Por qué decidiste trabajar de esa forma?
-Es que me encanta tanto grabar las voces que hago una, otra vez y otra y otra (risas). Al final tenía diez voces, y en realidad ya con dos de esas capas tienes un efecto más tridimensional. Juntas nunca son iguales, pero se parecen. En el disco hay muy pocas partes con una sola voz, y eso yo ya lo había trabajado así en CHC y Los Mono.

-Y con respecto a la relación de tu música y la plástica, porque también eres artista visual, ¿cómo trabajaste a NEA como un rostro, como el rostro de tu producto musical?
-En una entrevista me preguntaron cómo relaciono moda y música. Moda puede sonar un poco superficial para algunas personas, pero nosotros (los humanos) ponemos a la moda en acto, usamos ropa y es nuestra identidad, y es súper entretenido mirar a una persona y ver cómo está vestido, qué peinado usa, qué esta representando con eso. Es un tema cultural, más que de marca o una cosa superficial. Por eso me encanta la ropa y el maquillaje, yo iría pintada como mono a todas partes aunque a mi pololo no le guste (risas). Es lo más raro del mundo. Mi mamá era diseñadora de ropa, por ahí viene también el interés de trabajar una imagen, de disfrutar la ropa, de apropiársela. Uno es una imagen, quiéralo o no, y es rico producir esa imagen. La ropa me ayuda a personificar ese personaje que está subiéndose al escenario, subirse con fuerza, con onda.

-En tu trabajo se ve efectivamente esa preocupación por la visualidad. Como artista visual eres muy cercana al collage, a la cultura del cortar y pegar. Te lo pregunto a ver si encontramos relaciones con tu música.
-Bueno, la pintura y la escultura a mi me interesó en su momento, pero derivé en el collage, en el cortar y pegar. Lo encuentro lindo, se desarrollan cosas, se plasman ideas nuevas. He hecho varias exposiciones, siempre estoy pensando en ideas, en cómo plasmarlas, a mi eso me hace súper bien. Imagínate, ahora me dijeron carátula y me recomendaron que podría invitar a alguien a hacerla, y dije “Oye, no voy a gastar ni un peso más, lo voy a hacer yo 100%, es una de las partes más entretenidas”. Entonces me ayudó una prima que es diseñadora, probamos varias cosas y fue demasiado entretenido.

-Finalmente, ¿tienes pensado hacer otras incursiones musicales, ya sea como NEA o como banda, o remixar el disco?
-De hecho tengo varios interesados en hacer remixes de canciones. Hay algunos artistas a los que les regalé el disco para que lo hagan también, así que por ahora me interesa cubrir la inversión del disco y en el futuro, quizás, hacer un vinilo y ojalá hacerlo internacional. Como NEA también quiero hacer un disco para el otro año, por eso quise parar los shows un poco y ponerme a hacer maquetas. Creo que esa es la idea más bonita, quiero ponerle un toque más punketa, más lo-fi, pero por ahora son ideas. Estoy feliz con A lo hecho, pecho, la recepción del público me tiene feliz y eso también me impulsa a seguir creando.

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