Un sello que parecía muerto y una banda que había anunciado su disolución (Congelador) se rehacen para entregarnos Panorama neutral, un compilado con 12 propuestas locales donde cohabitan viejos conocidos con parte importante de la nueva música chilena.

El año 1998, un grupo de músicos congregados bajo el nombre “Ojo de Apolo” publicó un disco que reunía los trabajos de Hombre de la Atlántida, SK30, LEM y Cáncer. El compilado se llamó Pulsos y constituyó un hito importante dentro del desarrollo de la electrónica experimental chilena.

Ese mismo año, otro de los debutantes de Pulsos, el trío Congelador, decidía correr solo y para eso autoeditó su primer LP homónimo bajo su propia etiqueta, Quemasucabeza, sello que con el tiempo se convertiría en uno de los referentes de la escena independiente local.

Si bien las guitarras de Congelador no tenían mucho que ver con los otros nombres del compilado, la aparición de Pulsos benefició a todos porque registró un momento musical saludable y permitió abrir caminos.

Para Rodrigo Santis, voz y guitarra de Congelador y director de Quemasucabeza, ese mismo espíritu fue el que lo llevó a sacar adelante Panorama neutral, un sorprendente compendio de 12 nombres, entre solistas y bandas, que trae aire fresco y viene a significar el renacimiento del sello.

En el disco, ilustrado por Carlos Reinoso, de Mostro, figuran los trabajos solistas de Gepe, Javiera Mena, Barco (alias de Rodrigo Santis) y Diego Morales; los dúos Mostro y Dormitorio (del bajista de Congelador, Walter Roblero) y las bandas Familea Miranda, Dizzlecciko, Nhur (ex Gnosis), Fredi Michel, Shogún y los dueños de casa, Congelador.

Los registros que componen Panorama neutral provienen de distintas fuentes, desde grabaciones especiales para el compilado hechas por Rodrigo Santis, hasta otras que donaron los grupos, sin fines de lucro y que verán la luz en sus respectivos trabajos.

La mezcla de pop, rock, electrónica y todos los cruces que esos sonidos posibilitan, da como resultado un disco fresco en su diversidad, que permite hacerse un buen panorama, como dice su nombre, de una escena que promete mucho más.

El agitado año de Quemasucabeza

Panorama neutral, que será lanzado oficialmente en octubre en el marco del Festival Neutral 2005, es la primera de muchas realizaciones que Quemasucabeza pretende sacar adelante. Para este año ya están previstas las apariciones del segundo trabajo de Gepe en octubre; lo nuevo del dúo andino Mostro para noviembre; la vuelta de Congelador con Cordillera antes de diciembre y un trabajo de Diego Morales, aún sin fecha.

Toda esta vitalidad parece sorprendente viniendo de un sello que estaba dedicado sólo a la distribución y al que no se le auguraba mucho futuro.

Quemasucabeza nació el año 1998 con la pura intención de editar los discos de Congelador, pero en el camino publicó también el debut de Diacatorce (ahora Las Jonathan) , el segundo trabajo de Griz (Volumen II), lo primero de Mostro (HR=01) y el proyecto paralelo de Rodrigo Santis, Paranormal.

Problemas internos, la aparente disolución de Congelador y desórdenes administrativos casi sepultaron a Quemasucabeza, pero Rodrigo Santis, junto a su pareja Carla Arias y con la ayuda del mecenas de Mostro, el ingeniero Rodrigo Madrid, decidieron reflotarlo para comenzar con nuevos bríos. Y para volver como se merece, la opción estratégica fue realizar un compilado que mostrara el trabajo de músicos pertenecientes al sello más algunos amigos invitados.

Responde Rodrigo Santis, líder de Congelador y director artístico de Quemasucabeza

—¿Cuando nació la idea de realizar este compilado?
—Hace mucho tiempo. Las cosas técnicas y el presupuesto no estaban dados. A comienzos de este año nos pusimos como meta empezar a darle al sello un poco más en serio. La idea primera fue hacer un compilado con cosas que nos parecieran interesantes y también que tuvieran cierta afinidad estética que le de una onda al compilado en general. Tiene que ver con la estrategia de vender una escena chilena. Eso es lo que queremos lograr, que en otros lados se hable de lo que pasa en Chile y la única forma es tratar de orientar a la gente de otros lugares y darles un sonido característico. Queríamos limitar la onda.

—¿Es el renacimiento de Quemasucabeza?
—Ojalá. Panorama neutral es nuestro primer disco de la segunda etapa de Quemasucabeza. En un minuto estaba dejado de lado y ahora trabajamos tres personas, con labores delimitadas, horarios, contador y papeles. Quemasucabeza este año saca Panorama neutral, Gepe, Mostro, Congelador y Diego Morales si tiene listo el disco. No quisimos sobrecargarnos, porque queremos que esos lanzamientos sean grandes, que no pasen desapercibidos. Quisimos empezar con este disco porque un compilado te abre muchas más puertas que comenzar con uno de Mostro o Gepe.

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—Cuéntame del viaje a Europa.
—Una de las ideas que teníamos era darle hincapié a la cosa de mostrar afuera, abrir mercados internacionales. A comienzos de año teníamos planeado que Congelador viajaría cerca de mayo y eso se pospuso porque el disco no estaba listo, pero para aprovechar el viaje y repartir el disco por varios lugares llevamos, junto a Carla Arias, 100 copias de Panorama neutral. Antes de salir hicimos los contactos y el viaje fue principalmente musical; fuimos a festivales y todas las ciudades que recorrimos fueron por eso.

Y les fue muy bien. Repartiendo discos visitaron Holanda, donde los recibieron sus amigos de Mist; pasaron por Berlín, Londres, Madrid, Portugal y terminaron en “Primavera Sound”, el festival de Barcelona que dentro de España es como la meca del indie.

Gracias a las gestiones, consiguieron distribución para toda Europa a través de Astro Discos y mucho interés de parte de otros sellos. Medios especializados como The Wire y Rock de Lux, y músicos de la talla de Lee Ranaldo, Lou Barlow, Vetiver, Rafael Toral y The Arcade Fire recibieron personalmente sus copias.

Más cerca de Chile, la revista Interzona, de Perú, va a editar próximamente el compilado y, en Argentina, Panorama neutral será distribuido por el sello que va a publicar a Javiera Mena, Índice Virgen.

—¿Cómo fue la recepción de Panorama neutral en Europa?
—Bien. Uno se da cuenta de que en todos los lugares el público que tiene que ver con ese tipo de música es bien similar, respetuoso y buena tela. Fuimos a ver a Dinousar Jr. en Berlín y mirabas a la gente y era como estar en un concierto medio indie cuico de Santiago. Eso mismo se daba con la gente de la Rock de Lux o de la Wire, que también son súper interesados en las propuestas de quienes están haciendo cosas. Ellos saben el valor que tiene el trabajo que hay detrás, porque generalmente uno no las hace por plata

—¿Cuáles fueron los grupos con mejor llegada?
—Mmmm— Me da la impresión que podría ser Gepe, Fredi Michel y Familea Miranda los más nombrados, pero tampoco es tan claro. En general tuvo aceptación, aparte de que, honestamente, yo creo que el disco está súper bueno, tiene un buen nivel en general, que llama la atención. De hecho ni en España, ni Argentina ni Brasil he escuchado un compilado completo como este con música actual.

—Aparte de que hay varios proyectos del disco que van a ser editados por Quemasucabeza y que rotan integrantes. ¿Qué más los une en cuanto a sonido?
—Tratamos de darle una forma. De partida el que no sea hi fi le da un sonido a todo. Creo que tiene harto que ver los temas que se grabaron especialmente; por lo menos cuatro fueron grabados con los mismos equipos, por mí. Lo que hacen los grupos nuevos es que le entregan frescura a la música chilena. A mí me gusta mucho Familea Miranda, es de mis grupos favoritos, pero a veces prefiero ir a ver un concierto de bandas que no conozco, porque uno siempre está con la necesidad de conocer cosas nuevas y meter a estos grupos es la idea. Es súper interesante la generación de ahora.

—En el compilado comparten bandas como Congelador y Familea Miranda, que ya tienen discos, con otras que todavía no han publicado, como Dizzlecciko o Nhur.
—Creo que hay dos generaciones en el compilado. Están los más nuevos, como Gepe, Javiera, Fredimichel, y los “viejos cracks”, como Congelador o Familea Miranda. Sacar un compilado sólo con los viejos hubiera sido re fome. Yo no quería cargar el compilado al postrock; aunque hay, era mi mayor temor. Me interesa que acá también se haga ese tipo de música con la identidad de los grupos, pero igual es fome cuando son la versión de “pocas monedas” de otros estilos. Por eso me interesaba resaltar proyectos con mayor identidad y un sonido más propio. Ahora hay más cosas pasando, cuestiones más variadas. Como la Javiera Mena, que tiene que ver con folclore, el pop y la música bailable; Gepe, que tiene que ver con el folclore; Familea Miranda es más fuerte; y la electrónica de Diego. Creo que está amplio el espectro de estilos.

—¿Este compilado viene a llenar un vacío entre el garage y la electrónica experimental, que son las dos corrientes más fuertes que han publicado el último tiempo?
—Cubre esa gama de grupos. Dizzlecciko, Familea Miranda y Congelador son grupos a los que va a ver harta gente y no había ningún compilado que aglutinara esas bandas. Es un buen registro de un cierto tipo de música. Tiene claramente un carácter independiente, pero de cierto rango. Hay cierta coherencia estética pero mezcla estilos. Domino Records también maneja una amplia gama de estilos, pero hay algo que tiene que ver, que no tengo muy claro, quizás el modo de enfrentar la música, con honestidad. Hay algo difícil de explicar que diferencia a un tema bailable de Javiera Mena de uno de Lulú Jam. Es algo súper fuerte y súper fino.

—Y la calidad de los nombres…
—La calidad también está súper bien. Yo me comparo con España, que es una escena independiente que conozco, ya sea por Rock de Lux o porque hemos viajado y yo creo que acá está mucho mejor, siendo que no tenemos Primavera Sound ni Rock de Lux ni vienen a tocar todos los días bandas. Quizás eso mismo hace que nazcan propuestas mucho más arriesgadas. Allá la mayoría de los grupos se dedican a ser la versión en español de otro británico o americano. Acá están saliendo cosas con más identidad.

—Como por ejemplo…
—Fredi Michel se vacila el rock experimental y ese tipo de cosas, pero al final lo escuchas y no podría haber salido de otra parte que no fuera Chile, por la mezcla con cumbia bailable. Ésa es la idea, que haya un sonido característico de lo que pasa en Chile. Si uno habla del sonido Washington o Seattle… Yo creo que hay algo estético que emparenta a todos los grupos, a unos más que a otros. No es necesario que sea folclore para que sea chileno, porque eso no tiene que ver mucho con el espíritu del chileno normal. La cultura chilena bebe de todos lados, pero no se puede desconocer a Violeta Parra y yo creo que alguien que en su formación tenga como background a Víctor Jara obviamente tendría que hacer algo diferente.

—¿Quedaste conforme con el resultado?
—Muy conforme. Este disco nos dejó con las ganas de empezar a cranear Panorama Neutral 2, que queremos hacer en 2006. En este minuto, cuando uno no sabe mucho cómo la gente se va a acercar a la música, la única forma de tener ciertas características reconocibles es que te asocien a cierto sonido. Y los compilados son una súper buena manera: lo escuchas, te gustó Fredi Michel, vas a soulseek y lo bajas. En el futuro, quizás mucho más importante que los discos van a ser los compilados. Tienes 12 bandas que mucha gente no ha oído hablar.

—Hablando de los otros sellos, Panorama neutral y Quemasucabeza rescatan a Diego Morales y Gepe, que provienen de Jacobino discos.
—Encuentro que lo que hace Jacobino es súper interesante, pero creo que Gepe está ahora con Quemasucabeza porque quizás pensó que va a tener un poco más de exposición que sacando su disco por Jacobino, porque ese sello todavía está creciendo. En este minuto nosotros contamos con un poco más de infraestructura. Los discos que sacamos nosotros no son CDR; tenemos algunos contactos más que nada por años de experiencia, no porque seamos más grosos.

—Jacobino se dio a conocer por un compilado
—Había oído de ellos, pero la primera vez que los escuché fue por su compilado. Creo que eso va a pasar con Panorama neutral. Por ejemplo, Congelador era un grupo que en algún minuto lo conocía gente, pero como no tocamos en vivo casi nunca, las generaciones más jóvenes que están saliendo a recitales no nos conocen.

—¿Qué opinas de los otros sellos independientes?
—En general, el drama que tenemos los músicos es el hippismo; si no hay otra gente que no piense de manera “artística”, o no se cómo llamarle, las cosas no funcionan. Entonces es necesario que haya gente que trate de mover el asunto. Lo que hace Algorecords es súper interesante, tiene que ver con lo que hacemos nosotros. Y lo de Jacobinos con la propuesta artística, pero no es un sello tradicional que se preocupa de que el disco esté en todos lados. A ellos lo que más les motiva es que exista Leonardo Ahumada, independiente de que venda mil copias. Sacar 10 discos igual está bien y estoy de acuerdo. De los otros sellos no me acuerdo.

—Congelador se dio por muerto. Incluso hicieron un recital de despedida y ahora están de vuelta ¿Que pasa con Congelador?
—Congelador está funcionando, pero tuvimos un período de crisis, en el que de hecho nos separamos un rato, pero ahora volvimos a ensayar. Estábamos chatos de tocar los mismos temas y siempre que nos juntábamos era dos semanas antes de un concierto para tocar las mismas canciones. Esa dinámica nos aburrió y ahora nos reunimos a sacar temas nuevos, como cuarteto con Katafú (Familea Miranda).

—¿Y su próximo disco?
—Cordillera supuestamente sale en noviembre, pero nos hemos puesto tantas fechas que no hemos cumplido que queremos que salga cuando creamos que esté listo. La única presión es con el sello de España. Tenemos que ser respetuosos con el orden de ellos y hemos coincidido a fines de año. Especialmente en el disco nuevo, el grupo empezó a ser casi de estudio y basado mucho en lo que yo hacía mezclando; había perdido el carácter de grupo. Antes la composición eran casi siempre ideas mías que tocábamos, pero la idea ahora es que toda la música salga de los ensayos y yo me voy a orientar a Barco y a tocar en vivo. Voy a armar un trío.