En una conversación más gótica que playera entrevistamos a tres de los cuatro integrantes de esta banda santiaguina que dará su concierto de despedida este 4 de agosto en la Blondie.

Foto por Pablo Benítez.

Nos juntamos con Fanny, Cristóbal y Charly en su sala de ensayo de Santiago Centro hace algunos días atrás. Sólo faltó Pipa, el baterista, que estaba de gira con Intimate Stranger y que llegará unos días antes del concierto final. Todavía no estaban muy conscientes de lo poco que queda para su último show hasta que nos empiezan a contar de los detalles: tocarán todo el disco Amigurumi (Umami, 2017) más los dos singles nuevos, algunas otras cosas que quedaron en el tintero y probablemente algún cover. Tendrán músicos invitados a Yaney, Bárbara Pérez de Arce y Gepe, que se presentó con ellos en el Lollapalooza de este año, más otros amigos que tocarán bronces.

Después de ese festival todo parecía ir viento en popa. Ese mismo fin de semana lanzaron “Foerte”, el primer single luego de su comentado álbum debut. Pero en la interna del grupo las cosas no estaban funcionando: “Finalmente el número de canciones dispuestos como para decir ‘están buenas’, no eran suficientes como para hacer algo. Faltaba tiempo para trabajarlas “, reconoce Charly.

–Cristóbal:
Quizás tampoco estaban malas…

–Fanny:
Pero estaban más o menos o se estaban pareciendo mucho a los anteriores. Eso era un poco raro. Daban ganas de que mutara y no lo estábamos logrando. No pasábamos tiempo juntos ni estábamos compartiendo la música que escuchábamos, algo que hacíamos antes, cuando empezamos a tocar. Sin feedback externo de cosas nuevas inevitablemente uno empieza a copiarse a uno mismo.

–Entonces quedaron con la vara muy alta después de Amigurumi.

–Fanny: Cuando logras un disco como el Amigurumi, que suena bien, que es un disco destacado, no puedes después valer más callampa que ese álbum.

–Cristóbal: Queríamos proponer una cosa más hi-fi también, porque todas las bandas estaban tirándose super para el indie pop más gargajiento, los que estaban con las guitarras. Entonces quisimos llevarlo a algo más radial. No podíamos bajar el nivel. Milton Mahan fue entusiasta con la grabación, super apasionado. Llegábamos a la siguiente sesión y al tiro tenía las cosas más claras. No como otras veces que nos ha pasado…

–Fanny: …Que hay que estarlos empujando. Eso es lo cuático de tener una banda, también. A veces quería empezar a sacar material, pero ninguno de nosotros estaba haciendo un trabajo de producción real, sino que solo maquetas y cosas así. De repente uno en su propia banda puede producir sus propios discos totalmente con autonomía. Eso igual puede facilitar las cosas para seguir adelante. Lo que nosotros hacíamos igual necesitaba otras pinceladas, entonces era una complejidad extra y una inversión real, porque hacer discos sale su resto de plata. Por lo tanto, pensar sacar material siempre significa invertir de nuevo un palo un mínimo; si quieres un single, unas cientas de lucas para el master, la mezcla en el estudio.

–Pero este año iba todo bien. Tocaron en Lollapalooza, lanzaron el single “Foerte” y, de repente, anuncian separación, ¿qué más pasó?

–Fanny: Era lo natural, yo creo.

–Cristóbal: Es que sabes que el impulso que teníamos al principio cuando estábamos haciendo el disco y todo eso, ya no era el que teníamos ahora. En un principio queríamos hacer un pop que nos representara a todos de alguna manera. Eso para mí es una ambición artística y ya no está.

–Fanny: Se fue al demonio.

–Cristóbal: Claro, la ambición se fue por un lado de mantener el proyecto, de ganar plata.

–Fanny:
 De mantenerlo, porque llegamos a un nivel en que tienes que empezar a pagar por todo: Para hacer los videos y grabar, pero se te olvida el proceso creativo, que es lo que dice el Cris. Estás más estresado pensando en qué vas a hacer para pagar.

–Cristóbal: Yo me desencanté finalmente. Es muy difícil tratar de volver al origen de la banda.

–Fanny: Es como el amor. Nosotros somos así con el Cristóbal. El primer mes estás super enamorado y después es cada vez más raro continuar.

–Cristóbal: Después me di cuenta de que “por qué estoy haciendo esto”. Estábamos esclavizados por algo que ni siquiera nos estaba dando mucha plata. Eso después de darle muchas vueltas a por qué. Todo fue una crisis sobre eso. Por ejemplo, íbamos a tocar en la Blondie, y para mí, me asqueé de que todo fuera “no tenemos las entradas, no hay tantos likes”. Y no por nuestra culpa, sino porque los mismos productores te exigen, por el groove que se crea.

–Fanny: Tienes que meter 300 personas y es como “¿cómo llevo 50?” Esa es mi verdad. Pareciera que llevo 500, pero llevo 50. El hype nos hizo bolsa, caleta de bolsa. Haber estado en festivales grandes, haber ido de una a EEUU, sin ni siquiera con tocar en Perú o más cerca. Como que parecía que nos pegábamos saltos demasiado grandes en relación a la realidad y a la cotidianidad de nuestro proyecto, pero era mucho más humilde y mucho más acotado. Si a nuestro show iban nuestros amigos, nuestra familia y un par de personas random que conocían el proyecto y querían cacharnos en vivo. Pero no era como que tuviéramos un público masivo que siempre llenáramos los espacios.

–Cristóbal: Pasa también que la gente va mucho. No digo que no le guste la banda, pero la gente es muy tincada con los locales. Entonces es como “quiero ver tu proyecto, pero no en este local”.

–Fanny: Es un tipo de público cercano o similar a nosotros. No es tan masivo como un Gianluca, que si toca en la plaza o en la Blondie igual van mil personas a verlos. Nosotros somos más de nicho. Eso es super agotador dar un show y tocar pa’ cinco personas que no son tu familia y tus amigos. Es lo mismo que dice el Cris. No me está dando una satisfacción ni creativa ni monetaria. Sobre todo, pa’ mí que quería de alguna forma mantener los gastos de la misma banda y no tener otro trabajo. Eso era súper desgastante psicológicamente.

Yo personalmente me quería ir de la banda el año pasado cuando llegamos de Estados Unidos, porque tocamos en el Club Vita y había como 20 personas. Fue como “yo me retiro de esto”. Pero no me fui, porque justo apareció la Chubi (su manager, Josefina Parodi) a la semana siguiente como con cuatro invitaciones. Una al Vívela, otra al Fauna Primavera, al Pulsar y al Lollapalooza. Al final le dimos como caja a los ensayos, pero no estuvimos tan creativos ni nada.

–Dejaron de componer.

–Charly: De hecho, esos dos temas que salieron, los teníamos hace rato en el tintero. Uno como que lo rescatamos y el último como que salió en agosto del año pasado. Tampoco se pudo porque también nos agarró el vuelo, teníamos tocatas.

–Fanny: Y eran tocatas grandes entonces estábamos con toda la energía centrada que hubiera fotos u otras cosas listas para ese show. Había que llegar con un equipo, teníamos reuniones con gente y no había tiempo para nosotros.

–Cristóbal: Pero finalmente después de todo es super triste acabar con un proyecto y todas esas cosas, pero es un buen momento para decir esta huevada queda hasta acá y se mantenga como real dentro de lo que fue. No tratar de empujarlo.

–Fanny:
Y no separarnos en mala porque igual hay gente que se va de su banda, así como “¡huevón, te odio!” y guitarras por la cabeza, zapatos por la otra, bajos por el poto, timbales por la nuca, no sé.

–Charly: Por eso también cuando nos preguntan “es como un receso o es pa siempre”. No sabemos.

Foto por Rodrigo Ferrari.

–¿Y se han sentido mejor desde que tomaron la decisión como más tranquilos o siguen nerviosos?

–Charly: No, no estoy preocupado por el 4 (de agosto).

–Cristóbal:
Para mi es peor aún porque es como que terminas con alguien, pero no terminas.

–Fanny:
Lo estoy pasando mal, estoy súper angustiada.

–Cristóbal:
Lo estoy pasando súper mal, como que no me dan ganas y hay que seguir trabajando, pero estás trabajando para algo que está como muerto

–Fanny:
Como sangrando.

–Cristóbal: Eso me pasa porque todavía hay que hacer diseños para el concierto, hay que promocionar y yo no quiero hacer esto, ¡para qué!

–Charly: A mí no me pasa tanto eso. Es como una responsabilidad no más y el 4 se va a terminar. Punto.

–Y ahí les va a caer la teja…

–Fanny: Ando super enferma, con dolores de cabeza, con la tráquea, ando atorada, yendo como al doctor. Es por eso mismo que dice Cristóbal, como que estoy somatizando todo el estrés y tengo que venir a ensayar y no quiero ir. Me despierto en la noche y me doy mil vueltas, al final llego y lo hago, pero al final es como “que se acabe pronto pa’ sentir que se acabó”, porque siento que no se acabó.

–Claro, porque ustedes terminan en buena, haciendo una cosa de despedida. En general las bandas se acaban ya no te quiero ver más. Entonces no tienen esa cosa de despedida simbólica.

–Cristóbal: Eso pasa. Las bandas se transforman en un ente, en un quinto personaje. Somos cuatro pero la banda tiene vida por sí misma y eso es lo que yo odio. No a los integrantes.

–Fanny: Lamentablemente ya no me estoy quedando sin voz, justamente ahora que se acaba ahora que me adapté.

–Cristóbal: Caleta de amigos me preguntan, oye “pero se pueden arrepentir todavía”. ¡No!

–Fanny: Como que ¿sabes qué? Tienes razón, voy a llamar a los cabros y les voy a decir que vamos a seguir tocando.

–Cristóbal:
Era toda una broma.

–Fanny:
De hecho, al final de la Blondie vamos a decir “cabros, era una broma, gracias por venir, no habían comprado entradas, ¿o sí?”.