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Por Walter Roblero

A punto de cumplir 45 años (el 16 de abril) Ian Mackaye continua en cruzada musical e ideológica en los bordes de la industria discográfica. Después de una década, el otrora integrante de los fundamentales Minor Threat y Fugazi se reencontrará con los escenarios nacionales el 22 de marzo en el Galpón Victor Jara junto a su nuevo proyecto, The Evens. En Super 45 entrevistamos a este ícono del punk independiente norteamericano al mismo tiempo que te entregamos una completa revisión de su trabajo discográfico.

Ideales. Quien los tenga a estas alturas que levante la mano. Vivimos una nueva era de indiferencias y pesimismo (esto último va dedicado para todos aquellos que habitamos Chile; tal vez uno de los países más grises y pesimistas del globo). Por estos días uno se cuestiona el papel de los lideres de opinión en momentos en que todos pueden dar la opinión y todos se sienten lideres de opinión. Un viejo camarada decía en una de esas tertulias sabatinas “en estos tiempos la postura más inteligente es el silencio???. Y bueno, mucho de razón tiene, pero también es muy real que en estos tiempos se necesitan personas de verdad, que digan, piensen y hagan cosas de verdad. En estos tiempos necesitamos tipos como Ian Mackaye.

A principios de los noventa, en pleno boom de lo alternativo, su nombre era pronunciado por cuanta nueva banda punk, indie o grunge aparecía, a la vez que era posicionado como uno de los personajes del rock con mayor credibilidad de Estados Unidos, en listas -generalmente confeccionadas por revistas que brillaban en ese entonces, como Spin en norteamerica o Melody Maker en UK-, donde su nombre figuraba junto al de Michael Stipe, Perry Farrel o Henry Rollins. Ya ha pasado mucho tiempo desde aquellos días y hoy todos esos personajes han sido absorbidos, de alguna u otra forma, por la industria y el star system (Rollins incluso tiene su propio show televisivo, Farrel hace reuniones intrascendentes por dinero con Jane’s Addiction y Stipe es un ícono de los megaconciertos). Mackaye, en cambio, sigue alternando su labor de músico, junto a The Evens, con el manejo del Dischord, sello que creó hace casi tres décadas con su amigo Jeff Nelson. Además se gana la vida limpiando ventanas. Es lo que podríamos entender como “una persona normal???.

Pero son su ideas revolucionarias y su actitud consecuente lo que siempre lo han puesto dentro de foco (pero fuera del sistema). Desde que comenzó tocando el bajo con su primer grupo The Slinkees a fines de los ’70 sabía que su misión era ser aquella oveja que se escapa del rebaño, tal como aparece en la ilustración que adorna la carátula de su disco Out of Step (Dischord, 1984), grabado junto a Minor Threat, su primera banda relevante e inventores fortuitos del concepto straight edge –que más tarde sería transformado en doctrina por muchos seguidores con más deseos de militancia dura que de inventiva personal-.

La primera venida de Ian Mackaye a nuestro país fue hace 10 años, cuando tocó junto a Fugazi en el escenario del desaparecido Centro de Eventos Laberinto –donde compartió escenario con Supersordo y Silencio Absoluto-. Desde Estados Unidos Mackaye recuerda: “Yo estaba extremadamente feliz de ir a Chile. El show fue bueno para nosotros porque sentimos que conectamos con la audiencia, que también hizo conexión con nosotros. La gente que conocimos en Santiago era increíble y estoy muy entusiasmado por ir de nuevo???. Y los deseos del guitarrista se hacen realidad, ya que se reencontrara con estos escenarios trayendo consigo el concepto mucho más sosegado y minimalista que sostiene a The Evens; la otra cara de un hombre que ha sabido reinventarse en todas las décadas que lleva haciendo canciones. Y no estamos hablando de imagen, porque Mackaye sigue luciendo las mismas camisetas descuidadas, el mismo cabello corto y sus emblemáticas entradas en la frente como siempre; lo que muta es su forma de enfrentarse con su creatividad y la manera en como redefine sus ideas acorde al cambio de los tiempos, siempre desde el mismo paradigma libertario.

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Aun fuera del paso

Desde que The Evens se formaron, a fines del 2001, se plantearon formas de trabajo inusuales. Conciertos en cafeterías, librerías, salas de arte y escuelas. Extraño. Todos quienes recordamos el concierto de Fugazi el ‘97 tenemos en la memoria a un monstruo del escenario; ese grupo funcionaba como una maquinaria perfecta de humanidad, energía y emoción. La base rítmica como un monolito a cargo de Brendan Canty (batería) y Joe Lally (bajo), era el soporte perfecto donde se sostenía la dupla guitarrera y vocal formada por Mackaye y completada por el tremendo Guy Piciotto, dos frontmans encargados de someternos a un ritual físico sin parangón. Acorde con la música que hace hoy en día Mackaye y Farina, su opción por los lugares reducidos y atípicos tiene (claro que si) una explicación muy racional: “Amy y yo decidimos que la típica experiencia de los clubes era, de algún modo, anti-ética con respecto a la música. En este tipo de locales, el énfasis siempre estará puesto en el verdadero negocio, que por supuesto es el alcohol. Tal situación ha perjudicado en el hecho de que los menores de edad no pueden asistir a conciertos, lo que obviamente obedece a una ley que se conecta con la industria del alcohol???.
Antes de que muchos empiecen a pontificar por el derecho a una borrachera feliz, hay que acotar que las razones del ex Minor Threat tienen su asidero en un problema musical no menor. “En los Estados Unidos hay muchos, pero muchos locales que no permiten la entrada a menores de 21 años. Es una locura… Déjame preguntarte si escuchabas música cuando eras adolescente y si era importante para ti. El hecho de que hagamos ese tipo de shows es por que nos gusta pensar en que al sacar la música de esos lugares, para llevarla a otros más inusuales, el foco central vuelve a la música y a la interacción humana???.

Y si de interacción humana se trata, la pareja de Washington DC ha ido mucho más lejos, ya que algunas de sus presentaciones son planteadas como jornadas donde la música alterna con la conversación y donde se propone “cualquier cosa que nos ocurra, o que se le ocurra a la audiencia. A veces no tenemos mucho que decir, y por supuesto, como no hablo español puede que no se hable mucho en Chile???.

Bueno, ya decíamos que a veces el silencio es más decidor. Tanto como un buen dialogo entre instrumentistas. Y The Evens son gente que no se anda con pequeñeces a este respecto. Mackaye ha ido cambiando de roles a medida que avanza en su experiencia musical: fue bajista en The Sleenkies y en The Teen Idles; vocalista en Skewbald/Grand Union, Minor Threat, Embrace y Pailhead -proyecto compartido con los cerebros de Ministry, Al Jurgensen y Paul Baker-; guitarrista y cantante en Fugazi y ahora comparte los roles vocales con Amy Farina al mismo tiempo que descubre las bondades de la guitarra baritono. “No sé si pueda definir cual ha sido el instrumento más difícil para mí, pero creo que cuando empecé a tocar bajo con mi primera banda, The Slinkees, sentí que era una nueva y desafiante experiencia, aunque podría decir lo mismo de The Evens. Ahora no tengo una “muralla de sonido??? en la que pueda esconderme, pero la guitarra barítono quita un montón de trabajo al tocar. No tiene la sustancia de una guitarra normal, pero si dejo de tocar, el sonido simplemente cae???.

Respecto de su compañera, Mackaye se deshace en elogios. Solo vale la pena detenerse a repasar el estupendo álbum homónimo de 1996 que grabó junto a su antigua banda The Warmers –que estaba completada por el hermano de Ian, Alec Mackaye y el capo del sello Slowdime, Juan Luis Carrera- para darse cuenta que Amy Farina es una baterista con un estilo único y especial, lleno de dibujos y detalles rítmicos. “Amy es autodidacta, pero ha estudiado el trabajo de bateristas de todo tipo. Creo que su acercamiento al instrumento es extremadamente musical y coloquial. Su manera de tocar es la mitad de lo que somos como The Evens???. Perfecto, no esperábamos menos de un grupo con semejante nombre: “Los Iguales???.

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Un animal político

A principios de los noventa Dischord Records vivió un periodo de auge, acrecentado por el fenómeno de la música alternativa, la creciente popularidad mundial de Fugazi y la gran respetabilidad que había ganado la figura de Ian Mackaye, especialmente por su cruzada a favor de las minorías, los derechos de la mujer (fue el único icono masculino del movimiento Riot Grrrl), su activismo político y la defensa de una economía justa. Los discos de su sello se vendían como pan caliente, al mismo tiempo que defendía sin concesión el precio bajo de su comercialización. Cabe la pregunta ¿cómo un sello como este ha logrado sobrevivir en momentos en que se venden cada vez menos discos? Mackaye se muestra tranquilo a este respecto: “Dischord ha tratado siempre de hacer de la música algo disponible de cualquier forma que la gente quiera. Todavía hacemos vinilos y cds, pero también tenemos nuestras canciones para bajar de Internet en varios servicios. Eventualmente tendremos nuestra propia tienda de descargas en nuestro sitio y la gente podrá esperar precios al estilo de Dischord???. No parece haber drama por este lado, porque cabe la certeza de que para el de Washington DC la música es una manifestación humana, más que una manifestación del mercado.

Es ese espíritu el que ha caracterizado desde siempre la ideología de Mackaye. Hace un tiempo, decía en una entrevista realizada por el periodista español Pablo Gil, en el libro El Pop Después del Fin de Pop (Ediciones Rockdelux, 2004) que uno de sus escritores favoritos era Kurt Vonnegut pues era un autor que no intentaba entregar ningún mensaje más que decir que “todos estamos acá”. Las letras de Mackaye (obviando la época de lírica más explícita de Minor Threat) pueden ser entendidas desde este punto de vista; la entrega de un código abierto para la libre interpretación y el libre pensamiento. Al respecto el músico nos dice: “Nunca lo había pensado, pero creo que es una afirmación muy justa. Yo no escribo las letras y la música de mis canciones pensando en una agenda temática por sobre la expresión. Sin embargo, siempre está la intención de hacer buenas conexiones???.

No es difícil hacer este tipo de ejercicios. En el último álbum de The Evens, Get Evens (Dischord, 2006) -sucesor del debut homónimo del 2005-, hay títulos decidores como ‘Dinner with the president’ o ‘No money’ que remiten a situaciones del acontecer de la Norteamérica actual. Como es de esperarse, su reacción ante el mandato de Bush ha sido crítica y foribunda “Estados Unidos es un país gigante con mucha, mucha gente, entonces es complicado determinar qué piensa la gente sobre Bush y su desastre de gobierno. En todo caso, los medios han comenzado a dar la impresión de que gran parte del país no está de acuerdo con esta administración. Por supuesto, la gente que conozco y que considero de mi comunidad siempre se han opuesto a Bush y a sus políticas, y me gusta pensar que hay millones de americanos que comparten esta apreciación???, afirma el músico.

La preocupación política se hace tan patente en la inventiva de Mackaye que ha llegado a tocar fibras muy cercanas a las nuestras. A este respecto fue inevitable para este servidor, terminar este set de preguntas haciendo alusión a un hecho que algunos notaron en medio del fervor generado en el concierto de Fugazi en Santiago hace una década. Lo cierto es que presentaron una canción que por ese entonces era nueva y que más tarde saldría en su álbum End Hits (Dischord, 1998). Se trataba de ‘F/D’, la cual dedicaron al fotógrafo chileno Rodrigo Rojas De Negri, quemado vivo, a los 19 años de edad, por militares durante una protesta en julio de 1986. “La letra y la dedicación de la canción vienen por él. Rojas De Negri estuvo en la misma secundaria que yo, pero él era más joven y nunca lo conocí. Como sea, tuvimos amigos en común y creo que compartimos el mismo sentimiento de indignación con respecto a los gobiernos y a las injusticias que cometen???.
Nada más que acotar, mejor volvamos al silencio.

Ian Mackaye en discos

Revisión por Iván Pinto y Walter Roblero

A continuación una selección de lo más relevante de la discografía de Ian Mackaye y los principales grupos donde ha participado.

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Minor Threat – Complete Discography (Dischord, 1989)
Disco recopilatorio absolutamente imprescindible para cualquier historia del hardcore punk que quiera hacerse, reúne la discografía completa de Minor Threat, desde su único álbum oficial (Out of Step de 1984) hasta sus más famosos e.p., incluyendo In my eyes (Dischord, 1981) y Salad days (Dischord, 1985).
Luego de su primer proyecto punk Teen Idles (cuyo primer álbum da origen al sello Dischord), Ian Mackaye forma Minor Threat en compañía de Brian Baker, Lyle Prestar, y Jeff Nelson . Se encuentran acá no solo las veloces y afiladas guitarras (su sello propio pero en parte heredadas de la gran banda Bad Brains) si no también las letras precisas y agudas que retratan a la subcultura punk de la época desde una perspectiva ideológica completamente renovada: ahí dónde el punk apuntaba a la autodestrucción, Mackaye funda las bases de lo que después será (mal) entendido como straight edge: juventud positiva, anti-drogas y de cabeza rapada, donde la praxis cotidiana se encuentra involucrada de lleno. Ian Mackaye, adolescente, le canta a la alienación religiosa (‘Filler’), al conformismo juvenil (‘Straight edge’, ‘Bottled violence’) pero sobre todo, al intento de mantenerse lúcido en un ambiente que apunta a todo lo contrario (‘Minor threat’, ‘Don´t wanna hear it’, ‘Screaming at the wall’, etc). Pedagogías aparte, este disco también puede ser entendido como la evolución artística de una banda. De la inmediatez de sus primeros himnos (Filler, Screaming at the wall), a la densidad post punk, arreglos y esfuerzo escritural de temas como ‘Stumped’ o ‘Salad days’, donde las frases cortas y precisas se empiezan a desarrollar en un spoken word autoconfesional, que tiempo después será sello del llamado emo-core.

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Fugazi – 13 Songs (Dischord, 1989)
Este disco recopila los Eps Fugazi 7 songs (Dischord 1988) y Margin Walker (Dischord, 1989).
Pasada la fiebre y el grito inicial y luego de algunos intentos no retomados dentro de la carrera de Mackaye (Embrace, Pailhead), la historia continua con Fugazi, un verdadero paso adelante, de la mano de Guy Picciotto (antes en Rites of Spring y Happy Go Lick, quien pone voces y guitarra), Brendan Canty (bajo) y Joe Lally (batería).
Acá se trazan las marcas de lo que será Fugazi: una base sólida de bajo y batería sobre la que juegan a dos voces (como dos polos de una misma moneda: entre una voz salvaje, aguda casi chillona y otra centrada y argumental que tienen un correlato en la lírica ) y a dos afiladas guitarras: Picciotto y Mackaye se presentan como una dupla muy acoplada que se confirma en un tremendo directo. A su vez, las líricas amplían el trazo auto-referente, para abrirse a una observación más profunda de la realidad: “Él la toca por que la quiere sentir/ la culpamos por estar ahí/ pero somos todos culpables???, canta Mackaye en ‘Suggestion’ una crítica directa al machismo cotidiano desde la perspectiva femenina. Himnos de la actitud crítica como ‘Margin Walker’, ‘Waiting room’, ‘And the same’ marcan la pauta de un disco que tiene mucho, mucho de manifiesto.

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Fugazi – Repeater (Dischord, 1990)
Fugazi se anota acá algunas de las declaraciones más veraces y manifiestas hechas en contra del negocio musical: ???Dices que necesito un trabajo/ tengo mi propio negocio/ sabes lo que hago?/ nada que te incumba/ tuve un nombre y ahora soy un número??? (‘Repeater’), o “Qué más puede desear un empresario/ que tenernos apestando en su tienda/ no te debemos nada/ no tienes control??? (‘Merchandise’). Junto con firmar un par de clásicos que por años han resonado como un ayuda memoria para la escena punk, acá tenemos a Fugazi en un momento alto y lúcido de su carrera; letras que se pueden interpretar como verdaderos análisis de las lógicas del capital (cosa que irán profundizando). Exploratorios y metódicos, trabajando siempre las tensiones orden/caos, contención/explosión y con los referentes claros del post punk inglés (huellas de Wire y Gang of four explícitas tanto en forma como en fondo), este álbum destaca por demostrar un trabajo de compenetración entre los distintos materiales.
Ante la insistencia, necia y sorda, de querer clasificar el estilo de esta banda como emo-core, cabría esgrimir apenas como argumento la escucha atenta de un disco como este.

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Fugazi – Steady Diet of Nothing (Dischord, 1991)
Algunos críticos situan este disco como un trabajo de transición, tal vez debido a un pequeño alejamiento del sonido de guitarras furibundas, para facturar un objeto más limpio y despojado de distorsión. Lo cierto es que Steady Diet of Nothing es un trabajo tremendamente emotivo y desgarrador, donde el rock comprimido hace acopio de rítmicas de punk dub -muy cercanas al PIL de Public Image y Metal Box– que sostienen tremendos riffs de guitarra, por donde circulan mensajes pro-feministas en ‘Reclamatión’ (una canción que apoya la libertad de decisión de las mujeres en temas tan complejos como el aborto), de integración racial en ‘Latin Roots’ y de unidad en ‘Long Division’(“No soy tu villano/ no soy tu adversario/ no soy tu razón para quebrar y dividir/ Es esta larga división/ quebrando y dividiendo???) . Canciones que con el paso del tiempo se han transformado en himnos obligatorios de Fugazi y que sostienen un álbum con menos dosis de enjundia que su antecesor, pero que se escucha igual de intenso desde una mirada más pulcra.

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Fugazi – In On The Kill Taker (Dischord, 1993)
Si temas como ‘Reclamation’, ‘Stacks’ o ‘Latin roots’ marcaban la pauta del disco Steady Diet of Nothing en la búsqueda de unir forma/contenido desde nuevas perspectiva estético-políticas, el camino hacia esa especie de “conceptualismo??? se empieza a acelerar como proceso en un disco sólido como In on The Kill Taker. Acá hay espacio para el ruido y el desgarro, así como para ácidas “baladas??? de atmósferas pesadas o rítmicos y onderos instrumentales. Las letras situadas siempre desde un lugar entre la política y lo cotidiano. El punk acelerado de ‘Public witness’ (“Los ojos lo tienen/ lo tendrán siempre/ los ojos lo tienen/ y te siguen mirando???) o “Great cop???, la reivindicación de la independencia artística (Un tributo al cineasta John Cassavettes en el tema “Cassavettes???) y, claro, siempre esos manifiestos tan propios de la banda (‘Touch the ground’ que inicia el disco: “Dibujamos líneas y nos paramos detrás de ellas/es por eso que las banderas son cosas feas”) en intensidad, marcan el contraste de un disco oscuro, de temas densos, y donde la voz desgarrada, confesional y aguda de Picciotto se va turnando con la, algo más distante, voz de Mackaye. ‘Returning the screw’, ‘Rend it’, ’23 beats off’, ‘Instrument’ o ‘Last chance for a slow dance’, verdaderas, ácidas y tristes, marcan puntos altos en la lírica y en la música de Fugazi, cada vez más volcados hacia sí mismos.

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Fugazi – Red Medicine (Dischord, 1998)
Si alguien logra recordar la atmósfera musical de 1995, podría recordar claramente la aparición de bandas como Bad Religion, Social distortion o Green day en MTV, haciendo del “punk melódico??? el nuevo fetiche de la cadena. Concretamente, Bad Religion podría ser entendido como congénere de los miembros de Fugazi, habiendo llevado una larga carrera en el punk. Pero es curioso constatar que los destinos se cruzan: si Bad Religion entraba a las majors con un disco accesible y repitiendo una fórmula que ya conocían de memoria (por estos días telonean a, uff, Velvet Revolver en nuestro país), Fugazi saca al mercado una de sus placas más espesas, autoreferentes, y grises, pero a su vez, una de las mejores del post-punk que se recuerden; casi un manifiesto del margen institucional. Lleno de referencias a la no-wave (acercamientos a un disco como el Confusion is Sex de Sonic youth), a la saturación sonora, al noise, al dub, y juegos en la post-producción, Red Medicine es a su vez un disco “hijo del rigor??? con composiciones complejas, que entra de a poco para ir adquiriendo volumen y peso en el recuerdo. Dos hits iniciales (‘Do you like me?’ especie de surf punk ácido, y ‘Bed for the scraping’ punk funk arriba de la pelota) dan paso a exploraciones diversas. Desde esa mezcla de densidad/ intensidad/ acidez procedentes de In on the Kill Taker como ‘Latest disgrace’, al math rock que después van a capitalizar gente como June of 44 (‘Birthday pony’, ‘Fell, destroyed’, ‘By you’) y al dub (‘Version’ y ‘Long distance runner’). Red Medicine también incluye una de las joyitas de la banda, como es el tema ‘Forensic scene’, una balada muy a lo Guy Picciotto, ácida y dulce, que es un buen ejemplo de la sutileza de la banda y, bueno, temas post-core como ‘Target’ o ‘Drowned city’ ya dentro del dominio de la banda. Medicina roja, remedio de males de buen y extraño sabor.

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Fugazi – End Hits (Dischord, 1998)
Por su nombre, muchos creían que con este disco Fugazi iba a poner fin a su carrera. Pero no fue así. Por el contrario, comenzaron a tomarse las cosas con mayor relajo. Todos sus integrantes ya habían entrado en una etapa madura, con todos los elementos que eso conlleva (responsabilidades, hijos, familia). Y la verdad es que de todos los álbumes editados por Fugazi, este es el más poco entrañable, ya que se sostiene en una cohesión general bastante floja, aunque posee momentos brillantes entre la influencia del hardcore (‘F/D’), la precisión instrumental (‘Arpeggiator’) y los devaneos experimentales (‘Floating Boy’). Un disco que pierde el rumbo por momentos, pero que es absolutamente recomendable.

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Fugazi – Instrument (Dischord, 1999)
Disco y DVD. Instrument, el álbum, podría ser entendido como una serie de “descartes??? musicales e Istrument, el DVD, un documental. Pero como era Fugazi no fue así. Instrument álbum puede ser entendido también como la OST de Instrument DVD; un trabajo único en su tipo, fruto de la sana alianza del video-artista Jem Cohen y la banda.
A medio camino entre el documental, la home movie, el cine experimental y el video clip, Instrument es el recorrido de la banda en distintas esferas: la personal, la política, la profesional y la músical. Pero es a su vez un manifiesto sobre la relación entre imágenes y música; un verdadero b-side de MTV que, desde un lugar muy cercano, registra Cohen mediante sus imágenes. Responsable, también de varios trabajos gráficos de la banda. El DVD es recomendable para todos los interesados en las relaciones entre cine y rock. El álbum es estrictamente para fans.

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Fugazi – The Argument (Dischord, 2001)
Retorno de Fugazi a las pistas, luego de casi 4 años. The Argument, con una carátula decidora acerca de sus preocupaciones, es un disco maduro. Ya pasadas las ganas de experimentar, este es un álbum que pareciera entenderse casi como ejercicios de estilo sobre formas que la banda ya maneja. Sin embargo, es otro objeto irreprochable, redondo y exacto.
Tres primeros hits ‘Cashout’, de exquisita y delicada combinación entre bajos y guitarras podría ser una canción a medio camino entre la accesibilidad melódica y un “funk??? muy suave, pero con las correspondientes subidas de intensidad. ‘Full disclosure’ y ‘Epic problem’ destacan por lo mismo: temas potentes de guitarras disonantes y melodías entrecruzadas, con quiebres originales, pero fluídos (el último tramo de ‘Full disclosure’ realmente emociona, ídem la conclusión de ‘Epic problem’), pero que llevan algo punk facilón y accesibilidad (alguien dijo que eran temas para que gente nueva se enganchara). ‘Life and limb’, ‘The kill’, ‘Strange light’ son canciones que se entienden bajo sus propias lógicas, exploraciones sonoras al servicio de las estructuras, con un toque de acidez y, bueno, ‘The argument’ funciona como la conclusión definitiva de Fugazi sobre el clima político de EEUU, una “argumentación??? serena desde la disidencia (“estoy en la misión de nunca acordar???).

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The Evens – The Evens (Dischord, 2005)
Un retorno no esperado pero bienvenido. Mackaye en estado de gracia. Relatos cotidianos y reflexiones políticas. Guitarra, batería y dos voces. Amy Farina (que tocaba en la desparecida y gran banda The Warmers, del hermano de Ian, Alec Mackaye) le da el tono dulce a un disco que va por los medios tiempos y los climas, pero también por la canción y la precisión, el lado prosaico del folk pero la garra del punk. The Evens es un disco lleno de reflexiones sobre el clima político post 11/9 ( ‘All these governors’, ‘Round the corner’, ‘Crude bomb’) pero también de la posibilidad de poder vivir tranquilamente alrededor de ese clima. ‘Shelter two’ parece, en ese sentido, guardar la llave del éxito para esa posibilidad: we keep on climbing but we never find the top/ i´st all downhill from here.

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The Evens – Get Evens (Dischord, 2006)
Ante el fervor y el beneplácito de seguidores y la crítica, Mackaye y Farina despachan rapidamente otra obra maestra de rock simple y calmo. Sus voces suenan más seguras y altas, pero el formato es básicamente el mismo que su anterior trabajo. Manteniendo las letras de reflexión política, The Evens parecen querer entregar un mensaje optimista y comprometido, tanto como su decisión de llevar música en lugares alejados del negocio. Y encaran la madurez con dignidad y acierto: nunca es tarde para denunciar a quien lo amerite. “Todos saben que eres un mentiroso??? cantan en ‘Every body knows’, ¿a quien ira dirigido? No es difícil adivinarlo.