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Bill Callahan: Pionero lo-fi

Por Enrique Moraga

Veinte años de carrera ininterrumpida y más de una docena de discos avalan el camino de uno de los pioneros de la baja fidelidad. Bill Callahan, alias Smog y (Smog), es un inagotable pozo de tinta y un referente obligatorio cuando, a estas alturas, hablamos de independencia en el rock. Desde la austeridad y el ruidismo de sus primeros trabajos hasta su más reciente entrega firmada, por vez primera, con su nombre. Desde los páramos de ruido y experimentación registrados en cuatro pistas hasta los arreglos de violines, pianos y sintetizadores. Desde la voz enterrada en distorsión hasta los coros infantiles bordeando una voz en primer plano. La carrera de Bill Callahan es un viaje a través de obsesiones, fetiches, fracasos amorosos y alienación.

Nacido en Silver Spring (Maryland) en 1966, Bill Callahan comienza a trabajar bajo el seudónimo de Smog en 1988, cuando registra para Disaster (sello de autogestión) una seguidilla de cintas (Macrame gunplay, Cow, A table setting, Tired tape machine y Sewn to sky) que eventualmente desembocarían en Forgotten foundation (1992), su primer larga duración para Drag City, Julius Caesar (1993), su primer gran trabajo, y el EP Burning kingdom (1994). Callahan grababa en baja fidelidad por necesidad y al incorporarse a Drag City inicia una búsqueda por arreglos que embellecerían y enrarecerían cada vez más sus canciones.

Así, para Wild love (1995), suena como una orquesta cerrada, con violines y teclados que amplían su horizonte musical de forma radical. Smog empezaba a trabajar y a mezclar su trabajo casero con su estadía en estudios de grabación, sólo para volver en 1996 con The doctor came at dawn, la colección de canciones más oscura, austera y honesta que ha entregado en toda su carrera. En 1997 llega Red apple falls y los elogios se multiplican. Callahan comienza a salir de ese espacio cerrado y auto referente y esto queda de manifiesto en las letras y en el acabado musical cada vez más accesible de su siguiente entrega, Knock knock (1999), un disco luminoso, cínico y escapista. Uno de sus mejores trabajos hasta hoy y el perfecto para cerrar una década redonda.

En Abril de 2000 aparece el fracturado Dongs of sevotion, su octavo elepé para Drag City que junto a su sucesor, el irregular Rain on lens (2001), son la mejor muestra de la versatilidad alcanzada por Callahan, que no deja de reinventarse en este par de placas que suenan como un caleidoscopio. Rain on lens, es, también, el primer disco donde el nombre del proyecto queda atrapado entre paréntesis. En Marzo de 2003 edita Supper, un trabajo donde sigue afianzando su calidad compositiva en canciones de melancolía cálida y orgánica. Supper es también un punto de encuentro entre presente y pasado, un trabajo que se emparenta directamente con Woke on a whaleheart (2007), su disco más reciente y el primero firmado a su nombre. Entre ellos, Callahan se trasladó a Austin (Texas) para grabar en el estudio de Willie Nelson A river ain’t much too love (2005), su última entrega como (Smog).

Callahan ha contado con colaboradores ilustres dentro de su carrera. Cynthia Dall, Ryan Murphy, Jim O’Rourke, John McEntire, Jim White, Joanna Newsom y Neil Michael Hagerty son parte de la lista que, en el estudio o en directo, han ayudado a esculpir el sonido particular de un tipo que desde Supper parece haber encontrado una matriz cómoda desde donde desgranar y saborear mejor cada sílaba.

Discografía recomendada: Humo en la habitación

Por Rodolfo García

Burning Kingdom (1994, Drag City)

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En este EP, Smog se adentra en el infierno cotidiano y nihilista. Al igual que Jean Paul Sartre en su “Huis clos??? (“A puerta cerrada???), para Callahan el reino en llamas son los otros, o más bien dicho las relaciones interpersonales, algo que describe bien en “My family???, presentando a una madre drogadicta que se evade en el baño, mientras el agua se enfría alrededor de sus piernas; a un padre autista que se encierra en el estudio y una hermana que huye de casa para no volver. Ello, con una guitarra minimalista y opresiva y un violonchelo inquietante. Asimismo, en “Not lonely anymore???, el cantautor pronuncia frases como “Cuando el barco se hunda habrá mil ratas corriendo por la borda, y tu dichoso anillo de compromiso ya no significará nada, pues vamos hacia abajo’’, al ritmo de una fanfarria destartalada y caótica. “My shell??? se sumerge en el ostracismo (“Cuando entras en mi caparazón, ríes sobre mis bromas, te han servido bien???), con un fondo de guitarras ruidosas y una batería destructiva y lenta. Burning kingdom es uno de los últimos capítulos del Smog más radical, lo-fi y rupturista, el que no teme sumergirse en aguas turbias, como las de la muerte en “Renée died 1:45??? (con la deliciosa voz de Cynthia Dall) o de lleno en la nada, el vacío, en “The desert???

Wild love (1995, Drag City)

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Borrón y cuenta nueva. Wild love es el disco pop de un Smog que venía adentrándose en terrenos borrosos desde sus inicios con un sonido contestatario y de baja fidelidad, desafinaciones y ruido incluidos. Con una de las primeras colaboraciones de Jim O’rourke (Sonic Youth, Gastr del Sol) en arreglos, este álbum explora la voluntad del amor salvaje y su choque con las limitaciones humanas. La orquestación incluye piano, teclados, violonchelo, batería y guitarra eléctrica, más la voz y guitarra de Cynthia Dall en un par de canciones (“Prince alone in the studio??? y “Sleepy Joe???). Ello suena como a Múm, pero con un estado severo de alteración nerviosa y un discurso existencialista. Este disco contiene clásicos como “Goldfish Bowl??? o la ruidosa y perturbadora “Bathysphere??? (retomada luego por Cat Power, ex novia de Callahan), que alterna el trombón de O’rourke con una marea creciente de distorsión en la guitarra.

The doctor came at dawn (1996, Drag City)

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Este álbum representa una cúspide dentro de la carrera de Bill Callahan: el californiano logra una cierta madurez compositiva que se refleja en la capacidad de desnudar totalmente sus canciones hasta no dejar más que un esqueleto soberbiamente construido. La guitarra acústica predomina por primera vez, y las letras llegan a una catarsis poderosa. De entrada, en “You moved in???, el cantante susurra: “Te mudaste a mi hotel, pudiste haberlo hecho mejor…Me robé tus teléfonos, leí tu correo, compartimos los gastos. Tomaré tu vida privada, la pondré sobre la mesa, y la cercenaré con un cuchillo???. “All your women things??? debe ser uno de los más bellos textos acerca de la ruptura: “Todas tus cosas de mujer, todas tus cosas frívolas que quedaron aquí en mi pieza, justo donde las dejaste, cuando las dejaste dispersas en mi cuarto, las junté todas e hice una muñeco. Y ahora, ¿cómo podría ignorar tu pecho izquierdo, tu seno derecho? ¿Cómo podría ignorar tu calidez, tu suavidad, y tu clemencia? Han sido siete años y el pensar en tu nombre aún me hace temblar las rodillas???

Red apple falls (1997, Drag City)

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Luego del minimalismo y la austeridad de The doctor came at dawn, Callahan incorpora sonoridades cercanas a un country surrealista y onírico, con una lujuriosa producción a cargo, otra vez más, de Jim Diamond O’rourke. La guitarra folk se une a cornos, piano, pedal steel y una cadencia hipnótica considerada por muchos como el techo compositivo de Smog, su obra maestra. Desde la narcótica “The morning paper???, hasta el pop aislacionista de “Ex – Con??? (“Cada vez que me visto de traje, me siento como un ex convicto tratando de verse bien. Solo en mi pieza, siento tal calidez por la comunidad, pero afuera en la calle, me siento como un robot cerca del río, buscando un trago’’). En “Inspirational???, las guitarras slides y el crescendo vocal son dignos de una puesta de sol enorme en el Gran Cañón del Colorado. En la época, Callahan empieza a usar sombreros de vaquero.

Knock knock (1999, Drag City)

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En este disco con la portada de un gato aterrado en medio de una tormenta (como pidiendo auxilio, lo que juega con la onomatopeya de alguien que llama a la puerta, Knock knock, en inglés), Smog adopta guitarras eléctricas dignas de Lou Reed, en canciones como las intensas “Held??? (seleccionada para un comercial en el que Bob Dylan maneja una camioneta con el tema a todo volumen), “No dancing??? (que incluye un coro de niños rockeando) y “Cold blooded old times???. Hay espacio, también, para la intimidad en las hermosas y bucólicas “Let’s move to the country??? (un manifiesto acerca de por qué se debe abandonar la ciudad) y “Teenage spaceship???, acerca de la ensoñada vagancia nocturna y solitaria de un Callahan en la pubertad: “Era una nave adolescente, lanzada hacia el cielo, tan amplia en el horizonte, que la personas creían que mis ventanas eran estrellas???.

Supper (2003, Drag City)

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La sensualidad y el amor se apoderan de Callahan en esta cena (supper, en inglés) romántica, donde el songwriter se deja embriagar por sueros de la verdad (“Truth serum???), observa mariposas ahogarse en copas de vino (“Butterflies drowned in wine???, con su ritmo digno de los primeros Velvet Underground) y reflexiona acerca de la moralidad (“¿Qué diría mi esposa, si yo ya estuviera casado????, canta en “Morality???). Las sombras y dudas quedan atrás, y dan paso a un despertar en pareja, con esa sensación de desayuno reconfortante tras una velada juntos: “Pierdes tus alas, pluma por pluma???, cantan Callahan y la vocalista Sarabeth Tucek. Smog ha dejado de ser ese ángel intocable, lejano y torturado para hacerse hombre. El pedal steel vuelve a la carga, y el humor también: “Nadie se ha metido en la misma mierda que tú, y aún así ha podido salir a salvo???. Smog se ha vuelto (Smog) y de paso más sociable, como si la penumbra hubiese quedado sólo entre paréntesis. Supper es un disco emotivo y reconfortante para el corazón, uno de los álbumes con más alma de los que Callahan ha compuesto y el inicio del estilo que mantiene hasta hoy, con The river ain’t too much to love (2005, Drag City) y Woke on whaleheart (2007, Drag city), firmado con su nombre y apellido (leer un comentario acá).

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Entrevista a Smog: las piedras, los extremos de la música y un extraño sentido del humor

Un cuestionario por mail puede no ser el lugar para demostrar las dotes humorísticas de cada uno. Quizá sí, si tu nombre es Bill Callahan.

Por Pato Urzúa

Nunca escribo entrevistas en primera persona. Tampoco me gusta adornarlas con detalles del entorno, excepto cuando son indispensables para entender el diálogo que se presenta. Considero irrelevante saber el color del sombrero de quien responde, o cuántas cervezas vacías hay sobre la mesa en la que ambos conversaron. Lo que importa es lo que habla el entrevistado. Los relatos aportan poco en un género que debería sustentarse, y esto parece de perogrullo, en preguntas y respuestas.

Pero por mail es distinto. Por mail no hay contexto, no hay tonos de voz, no hay manera de contrapreguntar. Hay sólo una lista de preguntas tan helada como las de un formulario de declaración de impuestos. Y el entrevistado en cuestión puede estar contestando en un aeropuerto, en un baño o apretado en la parte de atrás de un auto. Puede tomárselo en serio o no.

Bill Callahan es un hombre complejo, que ofrece trabajos que parecen un discurso ya armado, declaraciones rabiosas como de diarios de vida, confesiones hechas a regañadientes o en medio de una borrachera. El tipo de cosas que pueden defenderse con saña o negarse a la siguiente canción ¿Qué se le puede preguntar a un hombre capaz de destruir su propia niñez en la letra de “Cold blooded old times???, o confesar que su vida ha sido una pérdida de tiempo en “Strayed????. El sentido del humor de Bill Callahan obliga a presentar aquí algo más que sólo las preguntas y las respuestas. Y sí, lo que viene más abajo es bastante divertido. Pero los que quieran saber qué va a hacer la cabeza de Smog en Santiago, o cómo compone sus canciones el hombre, deberán imaginarse las respuestas en su cabeza y leer entre líneas, en lugar de buscar sentido al texto que viene.

– Muchas veces hay un abismo entre lo que uno podría llamar música “experimental??? y otros artistas que se ciñen al formato de canción. Sin embargo, tú pareces haber hecho una transición bastante orgánica entre ambos polos. ¿Se trató de un proceso consciente? ¿Existen esos dos polos en tu mente o son sólo otra frontera artificial creada por la gente que escribe de música?
– Wow, creo que eres el primer periodista que admite que hay fronteras artificiales en el periodismo. Creo que la gente que se interese puede rastrear cómo ha cambiado mi música. Mis primeros dos discos eran muy minimalistas, pero densos al mismo tiempo. El tercero, Julius Caesar, admitió algo más de espacio. Toqué una guitarra bien clásica, que es la esencia del espacio en la música. Me relajé y puse más o menos diez canciones en el disco en lugar de veinte. Mi música comenzó a respirar entonces. Se suponía que los dos primeros discos tuvieran un sonido de cosa antigua, como de disco sacado de los archivos del museo Smithsonian. Claro que eso fue hace quince años, así que esta transición de la que estamos hablando no es algo que esté en mi mente por estos días.

– Tus canciones tienen una estructura bastante compleja, pero construida a partir de elementos más bien simples. ¿Cómo compones tu música?
– Trabajo con métodos secretos. Espero pasárselos, codificados, a mi hijo o hija, o a alguna otra joven promesa cuando yo esté a punto de morir.

Bien, ese es un castigo bastante duro a una pregunta formulaica. Es cierto que preguntas de ese tipo pertenecen a un catálogo fácil de periodismo musical, pero sólo alguien como Callahan podía retrucar con ese chiste. Y hay más, mucho más, en las líneas que siguen.

– La naturaleza, el entorno, parecen ser una preocupación constante e algunos de tus trabajos, los menos confesionales. ¿De dónde viene esa preocupación?
– No lo sé. Pero trato de no malgastar energía ni de comprar nada que no necesite. Como en un montón de restoranes, y así no cocino, por ejemplo. Para mí, comer en lugares públicos es como usar el transporte público. Eso ayuda a la ecología, creo. Porque con cada animal que se extingue, bueno, ésa es una cosa menos de la que se puede escribir, ¿no? Necesito a esos animales correteando por ahí.

– ¿Qué cosas gatillan tu proceso creativo?
– Últimamente he estado reconsiderando las piedras. Antes no pensaba mucho en ellas, pero ahora me parece que están vivas. Creo que son cosas muy útiles y amigables. ¿Necesitas romper una ventana? “¡hola, soy una piedra, estoy aquí, úsame!??? ¿Quieres descansar mientras escalas una montaña? ¡Piedra! Y muchos de nosotras estamos aquí sólo para evitar que la línea costera desaparezca..

– ¿Por qué decidiste firmar tu último disco como Bill Callahan en lugar de Smog?
– Para variar. Necesitaba un cambio.

OK. Hasta aquí las respuestas más o menos sensatas, incluyendo la de las piedras. Entre las cosas que no contestó Bill Callahan, ni siquiera con monosílabos, están su reciente colaboración con Neil Haggerty, de Royal Trux, o la historia de cómo una canción de Smog terminó como la banda sonora de un comercial de Cadillac. Más abajo, las que sí respondió con monosílabos.

-¿Recuerdas con más cariño a alguno de tus colaboradores del pasado?
– No.

– En Chile, ¿Harás un recorrido por tus trabajos anteriores o te vas a concentrar en Woke on a whaleheart?
– Todavía no hago el set, así que no estoy seguro.

www.myspace.com/toomuchtolove