Dos vecinos y amigos se juntan a tocar guitarra y batería. Ninguno sabe demasiado y más encima escuchan música diferente, pero intuyen que están haciendo lo correcto. Empiezan a inventar canciones, a mostrarlas, a tocar en vivo y a ser conocidos. En menos de un año debutan con Yo, Jiminelson (2006), álbum grabado en vivo y en dos días, de canciones con un sonido crudo y garajero, de blues enojado, potente y desprejuiciado. Entonces, se abalanzan sobre los escenarios y durante casi dos años, tocan en todos los lugares donde pueden.

Hoy, esos dos amigos, Gustavo León y Andrés “Chino??? Villarroel, aparecen con su segunda placa titulada Amor del rey (Armónica Discos), un disco que muestra una banda más madura, en que desaparece el pintoresco pandero de Nicolás Cowboy (Rodrigo Silva) y esa formación minimalista, para incluir la constancia del bajo y la prestancia de los teclados. A veces una armónica, guitarras de doce cuerdas o incluso un mariachi decoran las ocho canciones que construyen Amor del rey. Con esto, Jiminelson se muestra como una banda que pasó del desenfreno adolescente a la prolijidad de la adultez, la que dicen haber logrado y aprendido de las lecciones que entrega la vida en servicio del rock.

“Tengo la sensación de que el periodo del Yo, Jiminelson fue principalmente un periodo de aprendizaje??? dice Gustavo León, guitarrista, vocalista y compositor de todos los temas de la banda, refiriéndose al vértigo de los comienzos. “Debimos aprender cómo pararnos en un escenario, tocar en vivo, viajar y todo eso que es un proceso para nada fácil. Pero lo supimos llevar bien, aunque nos estábamos enfrentando a algo que era un poco desconocido. Es un trabajo que cualquiera se querría a esa edad, pero es duro y muy desgastante. Y, de repente, me empecé a dar cuenta de que podíamos hacer lo que se nos ocurría y ahí como que finalizó ese proceso. Habíamos aguantado sin un propósito muy claro y en un momento te das cuenta que has avanzado y hay toda una cosa nueva??? dice ahora Gustavo con la distancia del tiempo.

Durante ese periodo, Jiminelson sufrió cambios en su formación inicial, invitando a diferentes músicos para dar así mayor instrumentación a las canciones nuevas. “Pasar de ser dos o tres músicos a ser cinco o incluso seis en algún momento, lo veo como parte de ese proceso que digo???, explica Gustavo. “Y creo que es importante tener como propósito avanzar. De la forma que sea hay que ir avanzando, y eso hicimos: avanzar y aprender cosas para lograr hacer un disco como Amor del rey???.

Además de los fundadores Gustavo León y el baterista Andrés “Chino??? Villarroel, Jiminelson integra hoy al cantautor Fernando Milagros, que aquí toca el bajo, y el tecladista de Tío Lucho, Cristóbal Rawlins. Estas inclusiones resultan decisivas en la forma y el fondo de Amor del rey, y en la evolución del sonido y contenido de Jiminelson, que hoy suenan más contundentes y menos improvisados, con arreglos pensados y preparados.

“Incluir más gente no fue para nada una decisión forzada, y si bien siempre sentí que era difícil meter más instrumentos, la forma en que aparecieron fue muy simple: los que llegaban y se incorporaban de una forma especial, que terminaban siendo parte de Jiminelson y no simples músicos, ellos son quienes se mantienen, y a medida que vamos tocando van entendiendo de que se trata lo que hacemos. Pasaron varios guitarristas que ya ni me acuerdo y los que se quedaron forman parte de una inclusión que se dio de una forma muy natural. Ahora funcionamos como banda, y eso además de sonar bien, te da el plus de ver que lo que estás haciendo está bien conformado???, destaca Gustavo.

Al escuchar Amor del rey no quedan dudas sobre el punto de inflexión al que llegó Jiminelson y el giró que dio, aprovechando al máximo la grabación para acercarse hacia un rock más depurado y así no repetir una fórmula basada en la baja fidelidad y el canto desgarrado. Canciones como el primer single “El delincuente??? o “No fue hasta que te fuiste??? muestran la madurez compositiva que han alcanzado y suenan más enfocadas en los adornos vocales que en la irreverencia que conocimos en su álbum anterior.

Si algo distingue el carácter de Amor del rey es la exigencia que lo envuelve, esa exhibición de conocimientos aprendidos en el ruedo del rock & roll y digeridos en la excitación que provoca el estudio de grabación, lugar donde quién ordena y manda es Gustavo, como se encarga de aclarar.

-Ya tenía muchas cosas decididas cuando llegó a producirnos Simón Cox (de Usuales), que tiene un oído privilegiado. Él entendió lo que yo quería, entonces pude entregarme por completo a componer y grabar. Fue todo muy natural, y así las canciones nuevas son parte de una etapa específica, porque el disco lo hicimos y lo grabamos en dos meses

El lanzamiento de Amor del rey en el Teatro Mori, el pasado 9 de septiembre, contó con gran parte de quienes colaboran en el disco, como ??lvaro España (Fiskales Ad-Hok), Johnny Bitches (armónica) o el productor y banjista Simón Cox, más los nuevos integrantes Fernando Milagros y Cristóbal Rawlins. Si bien tuvieron bastantes problemas al comienzo (no sonaba el bajo ni el teclado, la voz acoplaba y la guitarra de León se escuchaba sólo por los retornos), después de un par de canciones repuntaron y lograron mostrar el verdadero sonido de su nuevo álbum, con una puesta en escena en que se ve a un siempre carismático Gustavo León dirigiendo -como buen frontman– el comportamiento de su banda y la emotividad de la audiencia.

“Ahora lo que viene es mostrar el disco en vivo??? proyecta Gustavo. “Creo que los músicos muestran su capacidad con ese tipo de condiciones y hasta ahora la reacción de la gente ha sido muy buena, muy verdadera. Ahora que somos cuatro o cinco músicos en el escenario suena increíble, se hace más difícil pero no me complica. Creo que cuando la música se complica pierde sentido, y yo sigo sintiendo que tocar es igual de simple que cuando éramos dos. Pero ya no somos dos, somos cuatro y tenemos tantas ganas de mostrar lo que estamos haciendo, que se hace fácil que resulte como yo quiero que salga??? asegura. Intenciones claras y determinación para lograrlas parecen ser las máximas que sigue Jiminelson para continuar en ese camino que se trazaron. Ahora esperamos ver cómo avanzan y logran consolidar su nueva fórmula y dar consistencia a su reinvención.

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