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José González llega a nuestras tierras armado sólo con su guitarra para revelar ante nuestros oídos la austera belleza de sus canciones. En conversación exclusiva con Super 45, el cantautor sueco adelantó algunos detalles del show que presentará el próximo 9 de junio en el Cine Arte Normandie.

A José González no le gusta decir que lo que hace es pop, a pesar de que su intimista debut, Veneer (2003), puede disfrutarse como una colección de humildes pero emocionantes canciones. Prefiere decir que es algo más oscuro. Habla en un español neutro, de teleserie, español de chico crecido en Austria, español de mateo. Más abajo, habla de su música, su próximo disco y de lo que prepara para su visita a Santiago el 9 de junio próximo.

– ¿Qué te ocupa estos días, y cuándo va a haber una continuación de Veneer?

– Ahora mismo estoy terminando el segundo disco, que debería estar listo en septiembre.

– ¿Hay algo de eso que nos puedas contar?
– El nombre no lo tengo muy decidido, pero las grabaciones tienen un poco más de percusión que mi primer disco. Aunque el núcleo sigue siendo guitarra y canto. Tiene, eso sí, como dos caras, una más intensa y otra más parecida a Veneer.

– ¿Cómo compones tus canciones?
– Compongo tocando la guitarra primero, por meses algunas veces. De ahí llego a algunos riffs que me gustan, y construyo melodías sobre eso, y al final hago las letras. El disco nuevo trae canciones que tienen tres años, y otras que escribí hace pocos meses.

– ¿Y de dónde salen tus melodías?
– Mis melodías suelen salir mientras voy tocando, así nomás, en las repeticiones voy encontrando tonos o melodías que me gustan. Ocupo un dictaphone para grabar muchas de mis guitarras, a veces invento una melodía con la voz pero sin letra… la mayoría se me ocurren mientras camino por la calle.

– ¿Cómo descubriste la música?
– Suelo decir a los 14, porque fue entonces cuando empecé a tocar guitarra y bajo eléctrico, pero si queremos entrar en los detalles, yo tocaba un poco de guitarra a los 10, en el colegio.

– ¿A quién admirabas en esa época?
– Por un lado tenía a Silvio Rodríguez, que era la música que escuchaba en casa, y por otro, tenía la música que descubría al mismo tiempo gracias a mis amigos, Dinosaur Jr. NWA, Public Enemy, Misfits…

– Qué mezcla más rara…
– Es que en mi casa también sonaba de todo, Beatles, Joao Gilberto, Caetano Veloso…

– ¿Y cómo es Gotenburgo? Aquí con suerte nos podemos hacer una idea de Estocolmo…
– Es como Estocolmo pero más pequeña. En Suecia solemos decir que Estocolmo es grande y fría, y que en Gotenburgo hay más humor, más cultura. Los cómicos suelen venir más a Gotenburgo. Gotenburgo también tiene mucha más música propia.

– Es también el corazón de un movimiento musical, que nos está llegando ahora pero que lleva mucho tiempo. Es la ciudad de donde vienen El Perro del Mar, Jens Lekman, I’m from Barcelona… ¿Te sientes parte de algo así como un movimiento?
– Nunca me he sentido tan parte de ninguna escena, pero con todos los que nombras, excepto I’m from Barcelona, me he ido de gira… los conozco a todos, ésta es una ciudad pequeña. Nos influyen las mismas cosas, vemos los mismos canales de TV, escuchamos las mismas radios, hay muchos puntos en común. Pero ellos vienen de un mundo más pop. Mi background es mucho menos pop que el suyo.

– Pero Veneer es bastante pop, si bien de una manera personal…
– Eh, sí, quizá haya pensado de forma pop, pero más en el sentido de buscar expresiones destiladas y directas, no al modo de Jens Lenkman, que trabaja más al estilo clásico del pop, estrofa y coro. Mis canciones son más lineales y repetitivas. Siento que vengo de un lado más oscuro, menos obviamente pop.

– ¿Qué hace que escojas una canción para versionar?
– Las que he cantado hasta ahora son favoritas personales, como ‘Teardrop’ y ‘Love Will Tear Us Apart’, o ‘Heartbeats’ (de The Knife)… lo que me gusta es una buena combinación del texto y la música, que sea fuerte, y que no suene parecida a lo que hago yo, que sea más como hacer una canción desde el principio.

– Pero también has versionado a Kylie Minogue o a Bruce Springsteen, algo que me imagino que sorprendió a tus fans.
– La de Kylie Minogue la escogí por el texto, me parecía que debajo de la alegría de la producción había una letra muy melancólica. Y Bruce siempre ha sido uno de mis favoritos.

– ¿Qué te traes entre manos para lo del sábado 9?
– Y bueno, voy solo esta vez, a veces llevo percusiones pero ahora no. Sólo una guitarra y yo. Canciones de Veneer, un par de covers, y canciones nuevas, de regalo.

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Discografía

Revisión por Andrés Acevedo

CROSSES EP (Imperial Recordings 2003, PEACEFROG 2006)
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Además de incluir un adelanto doble –las canciones ‘Crosses’ y ‘Hints’- de lo que sería su único elepé, este conjunto de cuatro canciones consolidan a un cantautor muy refinado, que toma la inspiración y la técnica de la trova cubana y otros ritmos latinos como un camino muy propio que le permite dejarse llevar con confianza y minimalismo. Luz, oscuridad, romance, anhelo, desaparición. González es melancólico, nostálgico, tranquilo y profundamente misterioso, recordándonos el peso de nuestras frustraciones bajo insinuaciones tan seguras como invisibles. Nada es lo que parece y lo auténtico sólo puede expresarse en la bruma.

VENEER (Imperial Recordings 2003, Peacefrog 2005)
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Un disco que contiene los epés circundantes pero que no existiría sin ellos. Veneer nunca traiciona los presupuestos que se planteara González al coger la guitarra clásica. Movimientos lentos que tejen una revolución tranquila, mínimos cambios para rearticular la tradición musical. Del entusiasmo a la más dulce abstracción en un recorrido campestre y sin novedades, clásico irremediable que hipnotiza a padres y adolescentes fuera de moda. Recordándonos la forma de cantar de Tracy Chapman y los movimientos sinuosos de Chet Baker, la voz de González adopta el registro con mucho eco y distancia de cantautores reconocidos como Nick Drake y otras luminarias remotas como Gordon Lightfoot o Jeff Alexander, asomando con mayor frontalidad e instinto oreja en ‘Heartbeats’ (The Knife) y la citada ‘Crosses’. Sólo algunas canciones flojas como ‘Save your day’ resquebrajan el encanto. Se presiente que el trovador no necesita álbumes largos para probar su talento.

REMAIN EP (Imperial Recordings, 2004)
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Cuando Veneer daba sus tímidas vueltas (editado en Suecia y después en el Reino Unido), González, muy cómplice en la jugada, lanzaría otro epé para seguir torciendo los límites de lo extravagante y lo genuino. Con una canción tan afín al cancionero de los Gipsy Kings -‘Remain’-, suponiendo que los gitanos combinasen sólo dos versos con tanta sutileza –como ocurre también en la oscura ‘Lovestain’, donde introduce notas cálidas de palmas-, este nuevo capricho no oculta la afición (¿desmedida? ¿virtuosa?) del sueco-argentino por otro clásico cover. ‘Love will tear us apart’ no da tregua a la ironía y se convierte en un homenaje acalorado para quienes se pierdan en la desesperación más fría.

STAY IN THE SHADE (Imperial Recordings 2005, Hidden Agenda 2006)
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Pequeñas variaciones en la intro de ‘Stay in the Shade’ (ya en Veneer) prometen más de lo mismo: es parte del juego de reescritura y círculos concéntricos que acostumbra su autor. ‘Down the Hillside’ sorprende con un aire muy alegre y mayores matices de percusiones. ‘Sensing Owls’ incluye sonido de búhos y se descuelga de la anterior con gran sensualidad, para conectar prestamente con ‘Hand on your Heart’, donde González vuelve a crear un himno furtivo para almas acarameladas a partir de voces femeninas (Kylie Minogue). En el final se atreve con el tema más largo de su carrera, un instrumental de seis minutos con tomas de audio ambiente donde se abandona la síntesis y se escoge el paisajismo idílico de Jim O’Rourke. Puede ser visto como otro disco de descartes, pero su núcleo demuestra un avance de mayor concreción y espontaneidad para su artista.