Fotos: Hixaga

En el camarín del Normandie hay sándwiches, una bicicleta que saca jugo, luces forradas con papel crepé y una pared de espejos rodeados por ampolletas que no encienden. Sentado en un rincón oscuro, José González espera que sea el momento de subir al escenario. Su padre entra al camarín. Lo saluda, riendo, y se dan un beso. Se parecen, excepto porque el papá de José es calvo. “Es el que más se parece a mí de mis hijos???, dice entre risas. Mas tarde, sobre el escenario, José le dedicará su versión de “Teardrop”. Su padre está de cumpleaños.

José responde las preguntas en inglés. Le sale más fácil que el español.

¿Cuánto ha cambiado tu vida entre tus dos discos?
No tanto. Lo más difícil fue sacar el primer disco, tocar en muchos lados y además ir a la universidad al mismo tiempo. Es muy exigente. Ahora es como que estoy más establecido, va más gente a ver mis presentaciones. Al principio tocaba sólo para mis conocidos. Ese fue el gran salto.

Tú viviste en un ambiente bien latino en Suecia, pero me imagino que viajar aquí y estar en contacto con ese mundo debe ser distinto a las postales… pero te debe haber gustado, porque ya es tu segunda vez.
Fue un poco extraño, sí. Lo que pasa es que yo aquí tengo una manera de ser bastante europea, parece, mientras que allá soy demasiado latino. No lo he pensado tanto, la verdad, pero ha sido extraño.

¿Cómo fue escribir In Our Nature?
Fue un proceso bien bien largo. Traté de ponerme a escribir algo durante la gira anterior, pero no funcionó y fue algo frustrante. La aparte más difícil para mí siempre han sido las letras. Pero una vez que comienzo se hace todo más fácil. En algún momento todo encajó y pude armarme unos buenos puntos de partida.

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¿Podrías elaborar sobre eso? La vez pasada contaste que escribes la música antes que la letra… ¿a qué puntos de partida te refieres?
Musicalmente tenía la sensación de no necesitar un concepto, sino de sencillamente escribir una música que apelara a la gente. Los ritmos me preocuparon bastante en este disco. No quería hacer un disco suave, sino todo lo contrario. En cuanto a las letras, ya no quería cantarle al amor o a las relaciones, así que me inspiré más en las cosas hardcore que cantaba cuando era quinceañero. Puño en el aire, la rabia, esas cosas. Escogí hablar de la naturaleza humana, el egoísmo de todos, la religión, la filosofía, la mezquindad de esos sistemas…

Me imagino que todo artista alguna vez trata de abarcar esos temas.
La verdad es que no soy tan ambicioso, pero como te decía, quise ir más allá del amor y las relaciones, que igual son un tremendo tema. Quería lograr algo de mayores dimensiones, pero que mantuviera una escala humana. Después de todo, me hago el mismo tipo de preguntas que se hace todo el mundo.

Tu música quedó más o menos en el mismo saco que lo que muchos medios llamaron “el nuevo sonido sueco???. Yo sé que no compones para satisfacer a la prensa, pero ¿te pasa algo con la decadencia de esa etiqueta? Como que ese casillero ya es el sabor del mes pasado.
La verdad no me doy cuenta mucho de lo que pasa con los medios. Las cosas fluctúan, lo sé. Pero históricamente un montón de música ha salido de Suecia. No es que yo me mueva por eso, en ningún sentido. Las noticias son sólo las noticias.

¿Y cómo percibes el fenómeno de encasillamiento?
Es que si no hay bandas que vengan a tocar a países como éste, es muy raro armar desde afuera una idea de lo que es “el sonido sueco???. Y como dijiste, nunca me vi a mí mismo como parte de una “escena???.

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¿Eres fan de Bob Dylan?
Me gustan algunas canciones, pero no soy ningún experto.

No quiero hacer comparaciones, pero él viene dentro de poco, y llena estadios. Es inevitable pensar que tú y el Dylan de sus inicios tenían algo en común, una sencillez de puesta en escena, una honestidad de cantar sólo con guitarra ¿Te interesaría estar en su lugar de aquí a digamos, cuarenta años?
No, la verdad. Es que es bien difícil encantar a demasiada gente sólo con una guitarra con cuerdas de nylon. Yo toco en escenarios más bien chicos, y no estaría dispuesto a cambiar mi sonido para atraer a más gente. No estoy diciendo que Bob Dylan lo haga, de todos modos.

Hablando de tus discos, ¿se viene algún EP para acompañar a In Our Nature?
Saqué un par de singles con algunos lados B, pero no he tenido tiempo para escribir más por ahora. La gira me quita el poco tiempo que me sobra.

Alguien se asoma para decir que Dënver ya empieza a tocar. José González no pareciera conocer el nerviosismo, pero una parte de su mente, la profesional, le dice que tiene que prepararse. No dice nada, es demasiado cortés para echar a la gente. Pero la entrevista termina aquí.

¿Piensas algo antes de subir al escenario?
No hay mucho que pensar, la verdad. Me preocupo porque mi guitarra esté afinada, a veces trato de sentir cómo está la gente, si están entusiasmados o no… la mayor parte del tiempo pienso detalles prácticos, sobre la guitarra o el micrófono.

Sé que la gira te tiene absorto, y que probablemente no has pensado en tu tercer disco. Pero ya le cantaste al amor, y a los vicios de la sociedad… ¿a qué le cantarás después?
No tengo idea. Musicalmente sí sé que quiero seguir con mi sonido, buscar ritmos y arpegios que no haya probado. Sonidos que no haya oído. Y como sabes, lo primero que hago es la música, así que si no he pensado melodías mucho menos he pensado en a qué le voy a cantar. Creo que seguiré haciendo lo mismo hasta que decida que tengo que hacer otra cosa.