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Tras llevar el estandarte de la escena de rock independiente en los últimos años, Guiso decidió dar el salto grande: reclutar a un productor, cambiar el registro análogo por el digital e incluir instrumentos como el saxofón y la mandolina. El resultado se llama Es difícil hacer cosas fáciles, su álbum más variopinto y accesible hasta la fecha. Y aclaran que su objetivo ya no es poner un single en la radio, sino llegar a viejos como los Rolling Stones.

Las palabras brotaban pero sin llegar a un consenso. Encerrados en su sala de ensayo durante horas, los cuatro integrantes de Guiso buscaban la frase ideal para bautizar su tercer disco. Habían pasado dos años desde el inicio de las grabaciones, un proceso extenuante marcado por largas discusiones entre sus miembros, interrupciones por compromisos paralelos y la explosión de un computador que se llevó parte de los primeros demos. Hasta que alguien esbozó un sentimiento que se respiraba en el aire: “Es difícil hacer cosas fáciles???.

“No podía ser otro el título”, recuerda el baterista Álvaro Gómez. “Reflejaba perfecto lo que significó este disco”, complementa su hermano Alejandro, más conocido como Perrosky. “Para un tipo que nos va a ver en vivo y escucha una canción de tres acordes, puede pensar que todo es muy fácil. Pero ese es apenas el fin de un proceso. No tiene idea del camino que hay que recorrer antes”.

En rigor, para una banda como Guiso las cosas nunca han sido sencillas. El trabajo y la constancia son dos de las palabras favoritas en el diccionario de los hermanos Gómez. Miembros de la nutrida camada de bandas de rock garajero que se tomó los escenarios de Santiago a principios de la década, Guiso es una de las pocas que puede jactarse de tener un presente activo. Mientras la mayoría de sus pares sucumbió frente a los conflictos internos y la falta de expectativas, el cuarteto amplió sus redes a través da giras al extranjero, la consolidación de su propio sello y un permanente reconocimiento mediático. Este viernes, cuando lancen oficialmente su tercer LP, la banda habrá dado inicio a la que asumen como “nuestra segunda etapa”. Y ni hablar de tomarse un descanso. “Con este disco queremos dar el salto grande”, dice Perrosky, sin ninguna falsa ambición.

Si los primeros trabajos de la banda, Sintonizar el Ruido (2002) y El Sonido (2004), aludían explícitamente a un sonido lo-fi y tipo de gestión, Es Difícil… marca su apertura definitiva hacia cánones más accesibles. No sólo por la elección de grabar en formato digital en vez de análogo (una suerte de declaración de principios para la banda), sino por la inclusión de arreglos cuidadosamente pulidos, nuevos instrumentos (mandolina, saxo, acordeón) y la presencia de un quinto miembro en las perillas: Francisco Straub, el mismo ingeniero que en su currículum anota trabajos con Pánico y Jorge González.

“Un día Pancho nos llamó y nos dijo que estaba interesado en grabarnos el disco”, cuenta Perrosky. “Cuando llegó, la mitad de las mezclas del álbum estaban hechas. Las escuchó y nos dijo que, si queríamos marcar una diferencia con los discos anteriores, había que hacerlo todo de nuevo. Por primera vez nos enfrentamos a la visión de una tercera persona, alguien que se nos parara y dijera ‘esa voz no sirve, borrémosla’”.

Suele decirse que el tercer disco marca un antes y un después en una banda. ¿Creen que este álbum es su apuesta más ambiciosa?

Perrosky: Yo creo que sí. Aunque eché de menos registrar con cintas, queríamos tener la posibilidad de grabar más cosas. Este es un disco muy distinto a los anteriores. Ya no es la fotografía de una etapa, sino abarca muchos momentos que hemos vivido como banda. Incluso hay un tema con guitarra de palo que se llama ‘Cine’ y data de mucho antes que existiera Guiso.

Álvaro: El abanico es bien grande, aunque la mayoría de los temas surgieron en el último tiempo y los vamos a tocar por primera vez en vivo mañana (ver blog). La diferencia es que nuestros gustos personales también se han ampliado y ya no son tan homogéneos como al comienzo. En este disco puedes reconocer muchas influencias y eso lo hace súper diverso en comparación a los otros.

Hay una balada llamada ‘Violeta’ que debe ser la canción más bella y reflexiva que hayan hecho jamás. ¿Este disco marca una mayor apertura hacia el pop?

Álvaro: Yo creo que más bien existía la intención de tirar todo a la parrilla. Nosotros habíamos hecho shows unplugged, pero nunca pensamos incluir una canción folk en un disco. Con ‘Violeta’ queríamos explotar una faceta mucho más accesible y sonar más limpios. Es uno de nuestros tracks favoritos, porque además que incluye los arreglos de nuestros amigos de Los ??lamos.

Sorprende que gran parte de los créditos de este disco se los lleva la bajista, Bernardita Martínez. ¿Hubo una mayor democracia a la hora de llevar ideas al estudio?

Álvaro: Fue un proceso que se dio de forma natural . Si bien la mayoría de las canciones son del Álvaro (Guerra, primer guitarrista), Bernardita se manejaba en el formato digital mucho mejor que nosotros. Al final, terminó cumpliendo una labor súper activa, desde hacer voces principales hasta grabar las tomas de guitarras.

Perrosky: Ella se involucró como nunca antes. Buena parte del disco lo mezclamos en un estudio que ella montó en el living de su casa y, luego, hizo un trabajo de post producción súper riguroso. Con este disco, la Berni dejó de ser simplemente ‘la bajista’, y adquirió un rol esencial.

Recuerdos del futuro

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Hace tres años, Guiso era uno de los números principales de la primera versión del Festival Pulso, evento organizado por el periodista y músico Arturo Figueroa, y que convocó a ocho grupos de rock/pop independiente bajo el prometedor título de “el nuevo sonido chileno”. Hoy en día, son escasas las bandas de esa camada las que se mantienen activas, aunque, para los Gómez, cada una tiene merecido su lugar en la historia. Si hace años un tema como ‘El Sonido’ homenajeaba a varios de sus compañeros de escena, en Es Difícil… destaca ‘Tsunami’, seis minutos de guitarras épicas cuyo título hace referencia al desaparecido cuarteto Tsunamis, liderado por el vocalista Andrés Gaete –Goli-, quien figura como invitado.

“Hace algunos años hubo un boom mediático que coincidió con todo lo que estaba pasando en el primer mundo, con la aparición de grupos como The Hives o The Strokes???, señala Perrosky. “Pero todo cae por su propio peso. Yo creo que todas las bandas trabajaron caleta y esta escena surgió instintivamente, sin nada muy planeado. Siempre he pensado que el legado de lo que hicimos va dirigido a las generaciones que vienen. Fue el punto de partida para una nueva forma de hacer música que ellos sabrán mejorar???.

¿Y cómo se toman el mote de poseros y cuicos que siempre han estigmatizado a las bandas del sello? Hace algunas semanas, Weichafe decía en El Mercurio que nunca habían tocado con Tsunamis o Ramires! porque preferían tocar mejor de lo que se vestían…

Perrosky: (Risas) La envidia siempre está, pero esos comentarios los obviamos. Con el tiempo, uno sabe con qué bandas trabajar y con quienes no.

¿Cómo ven la escena independiente actual en comparación a la de años anteriores? ¿Les llaman la atención bandas nuevas?

Perrosky: Creo que es mucho más sectaria que antes. Recuerdo que partimos tocando con bandas como Tobías Alcayota o Griz, que eran de una escuela muy distinta a nosotros. Hoy siento que cada género tiene un público fiel y no se da una cosa tan mezclada. Lamento mucho que no hayamos tocado con Compiuters, una banda que nos gustaba muchísimo.

Álvaro: Es un ciclo natural el que la escena se vaya renovando. Hoy siento que hay una orientación pop mucho más marcada que cuando empezamos. Yo escucho rock todo el día, pero me encanta ver en vivo bandas de otros estilos. Me gusta mucho lo que hacen Gepe o Fernando Milagros; hace poco, vi a Noi.Cometa, que son geniales.

Algo Records acaba de cumplir 5 años. Con el plus de la experiencia, ¿cómo ven el futuro de la industria?

Álvaro: Yo creo que en un futuro más bien cercano, todas las bandas van a ser independientes. Llegó un punto en que todas pueden editar un disco desde la casa y difundirlo vía Internet. No es necesario que salga tu video en la tele para que sea conocido.

Perrosky: Aquí en Chile estamos a años luz de la realidad de otros países, pero ya es notorio que el negocio de los discos está muerto. Si quieres vivir de la música, tienes que encontrar otras vías. En Algo Records no hemos ganado nada por venta de álbumes. Nuestra gran fuente de ingresos son las tocatas y, por ende, es cada vez más importante hacer creíble tu propuesta con buenos shows.

Si tuviesen que elegir uno, ¿cuál es el objetivo que les gustaría cumplir con este disco? ¿Poner un single en la radio, quizás?

Perrosky: Podría ser, pero hace rato dejó de ser nuestro propósito. Sería absurdo crearnos expectativas con algo que no depende de nosotros. Yo veo este disco como una gran oportunidad para profesionalizarnos: tener un roadie, un equipo de prensa, un sonidista fijo. Pero no tenemos mayores ambiciones. Yo me doy por pagado con haber sacado este disco y pasarlo bien tocando. Que no se nos quiten las ganas de tocar nunca, como los Rolling Stones…

¿Les gustaría seguir rockeando a los 65?
Perrosky: Ese es el ideal. Llegar a viejos y no perder nunca el espíritu.