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El DJ, productor y multi instrumentista alemán Paul Beller, alias Ben Mono, está en Chile por primera vez. De sus constantes y variados viajes, su singular estilo, su vínculo con Compost Records y mucho más, en esta entrevista exclusiva para Super45.

Por Nico Castro

Un bar en Bombero Núñez, en pleno barrio Bellavista, es el escenario que eligió el colectivo Beats Collective para darle una íntima bienvenida a Paul Beller (32), en su primera visita a nuestro país. Beller, más conocido como Ben Mono, luce cansado y con algunas ojeras. Cómo no, si acaba de tocar en ocho ciudades distintas en Brasil, durante dos semanas. Por si fuera poco, ayer –apenas pisó suelo chileno– se lo llevaron para tocar en Valparaíso.

Pero eso no impide que Beller se muestra amable, cercano y que converse con todo el que se le acerque, al mismo tiempo que disfruta probando un pisco sour (que luego de varios intentos fallidos logra pronunciar) y el ya mítico y tradicional terremoto. Y es que, ajeno a todos los divismos que se suelen encontrar en el mundo de la música, él se queda en una hostal en el mismo barrio. Incluso muestra con orgullo la tarjeta del lugar. Así y todo, tiene el privilegio que sólo un puñado puede lograr: es parte del reputado sello alemán Compost Records.

-Paul, ¿Cómo llegaste al sello Compost?
-Es interesante, porque creo que mucha gente quiere lograr un contrato con Compost, pero ellos nunca contratan a alguien que no conozcan de antes. En mi caso, tuve la suficiente suerte de vivir en la misma ciudad donde ellos trabajan. Por ahí por 1997, un amigo me presentó a un tipo que me dijo “oye, yo tengo las conexiones. Si hacemos música juntos, voy a hacer que entremos a Compost???. Todavía estoy muy feliz de que Compost haya confiado en lo que hacía, porque sinceramente en esa época estaba haciendo música que apenas se vendía, porque era una especie de drum & bass muy avanzado, analítico e intelectual, con el que nadie podía bailar. Básicamente, era muy sobreproducido. Todavía estoy tratando de reducir los elementos de mi música.

-Gilles Peterson (acuñador del término Acid Jazz) dijo una vez que Compost era el mejor sello de Europa. ¿Estás de acuerdo con él?
-En este tipo de cosas, es una cuestión de gustos. Compost es un sello muy variado, pero por mucho tiempo fue conocido por editar cosas con influencias latinas y música para clubs de gente adulta. No era el tipo de sello experimental como Warp, pero encajaba muy bien en el ambiente lounge, que era muy popular en esa época. Ahora las cosas han cambiado un poco, pero para mí siempre será esa base que me ayudó a partir.

-¿Y te sientes parte integral del sello?
-En general, tiendo a hacer lo opuesto a lo que hace la otra gente, y ahora Compost está muy enfocado al house. A mí me gusta el house, pero lo encuentro un poco predecible. Me gusta mucho esta actitud rave que se encuentra en los clubs ahora. Me gusta mucho la música indie con guitarras. Me gustan canciones con 140 ó 150 BPM. Me gusta que dejen todo para expresar cosas y satisfacer al público. Creo que esa energía no se puede lograr tan bien con el house. Le agradezco a Compost por hacer lo imposible por lanzar mis cosas, pero creo que ahora estoy en otra parada y tratando de llevar mi mensaje de una manera más personal. Está relacionado con el crecimiento personal. Es como cuando creces de la mano con tus papás y te dan plata, pero llega el momento en que ya no los necesitas, porque sabes cómo funciona el sistema. Ahora yo tengo que hacerme mis contactos alrededor del mundo y eso no es algo que tenga que hacer mi sello.

El bit-hop

Las colaboraciones han estado siempre presentes en la carrera de Beller. Al principio de su carrera trabajó con Jazzanova y, para su último disco, Hit the bit (2007, Compost Records), invitó a participar a gente como Capitol A, Jemini y Kate Wax, experiencia que lo dejó más que satisfecho.

-Has colaborado mucho con otra gente alrededor de tu carrera. ¿Qué nos puedes contar acerca de esto?

-Jazzanova son una especie de mentores, como mis hermanos mayores. Pero los vocalistas con los que he trabajado han sido elegidos muy minuciosamente. Estaba consciente de que quería gente reconocida en lo que hiciera. Al final, trabajar con ellos fue muy exitoso, porque no había que discutir los detalles. Les mandaba las pistas y ellos hacían lo que querían y me encantaba. Se llevan el 50% de todo el crédito. Trabajar así fue lo mejor para todos: se llevaron su parte, contribuyeron haciendo lo mejor posible. Jemini es increíble en la palabra hablada, desde un punto de vista humorístico. Capitol A tiene una voz con un flow increíble. Lo que él hace es llenar los espacios. No necesitan percusión porque su voz la cubre, lo mismo con los bajos. Me di cuenta de que tener buenos vocalistas da buenos resultados, porque te da otro approach. Trabajé mucho con mis conexiones en Facebook o MySpace.

-¿Quedaste conforme con los resultados en Hit the bit?
-Totalmente. Mucha gente me dice que Capitol A tiene el mismo mensaje en todos sus rapeos y es mucho de lo mismo. Como “hey, ésta es la nueva mierda. O estás con nosotros o no???. Las cosas cambian y tal vez la próxima vez quiera tener letras un poco más indie, pero lo que ellos hicieron fue justo lo que quería para ese álbum.

-¿Cómo han influido los viajes en tu música y tu carrera?
-En términos de influencias musicales, poco y nada. Para mí, y sé que es diferente para cada uno, viajar es una oportunidad de ampliar tu mirada. Viajar para mí significa relajo y no trabajar en mi música, sólo discjockear. Me sirve para sortear diferentes situaciones que me muestran quién soy realmente y mi personalidad. No ando recogiendo distintos sonidos ni nada. Simplemente viajo para relajarme, comer buena comida, conocer gente nueva, conocer nuevos estilos de vida, eso es lo realmente importante para mí. En mis viajes debo estar un 10% al frente del computador, lo que encuentro muy bueno. En el fondo, recupero energía para volver a Berlín y trabajar de nuevo en mi música.

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-¿Cómo fue tu experiencia en Brasil?
-Es muy interesante. Al principio estaba un poco intimidado, por ser un país distinto y mundialmente conocido por los ritmos como las batucadas o la samba. Pero luego toqué y me di cuenta de que la gente que encontraba en los clubs no era muy distinta a la gente del resto del mundo. Después de cinco o seis shows entendí mejor su carácter. Cada show era mejor y al final, en Porto Alegre, fue genial y lo pasamos muy bien. No parecía estar fuera de Europa. La gente que conozco allá es igual a la que conocí en Brasil. Todos buscamos música en los mismos lugares, la bajamos de donde mismo y leemos las mismas cosas en Internet. Me llamó la atención que las escenas gay y artísticas eran las que más me apoyaban y las que más sabían de lo que yo hacía. Antes de ir pensaba que era todo fútbol, samba y tal vez sexo. Esta vez conecté mejor con la gente y me integré perfecto y al final estar en Sudamérica no era muy distinto a estar en Europa.

-Ésta es tu primera vez en Chile. ¿Qué te trae hasta acá?
-Siempre me ha gustado viajar y había escuchado muy buenas cosas sobre Chile. Cuando estaba preparando lo de Brasil, los chicos de Beats Collective me contactaron y me preguntaron cuándo venía acá. Les dije que iba a Brasil y que hiciéramos que resultara. Rápidamente empezamos a ver los detalles del vuelo y todo eso. Les dije que me pagaba mi pasaje y que después arreglábamos. Tenía mucha curiosidad de ir a un país que no conocía. Y a pesar de que está muy lejos y que es invierno, pensé que valía la pena venir. Y así también surgió la posibilidad de ir a Argentina después. Me ha llamado mucho la atención estar tratando con gente seis o siete años menor que yo y que saben muy bien lo que están haciendo. A ésa es a la gente que hay que apoyar. Y tal vez ellos sean quienes puedan ayudarme a mí después.

-¿Cómo fue la experiencia de tocar el miércoles en Valparaíso?
-Me dijeron que esperaban que llegara más gente, pero el público fue excelente. Gritaban, levantaban las manos y estuvo muy divertido.

-¿Cómo funcionan tus sets en vivo? ¿Los vas cambiando según la reacción de la gente?
-Creo que captar las vibras hoy en día y catalizarlas en un set es todo un desafío. Todas las noches trato de entender lo que pasa al frente mío, para meterme en el estado de ánimo y dirigir la música hacia ellos. No veo un motivo para tratar de “educarlos el ambiente???. Creo que es al revés: ellos me educan a mí. Tocar en vivo hace que crezca y que vaya entendiendo mejor el ambiente, para conectar mejor con la gente. Para mí no sería entretenido tocar todo lo mío sin obtener una respuesta. Voy a ser el mejor DJ cuando la gente me entregue ese feedback y me diga que le gusta lo que hago. Mis sets se vuelven cada vez más locos, pero todas las noches son distintas.

-Hablemos de tu estilo musical. Tú mismo lo etiquetaste como “bit-hop???, ¿de dónde viene esta mezcla de minimal y break beat con hip-hop, funk, soul y música de los ‘80?
-De cierta forma sentí que mi música era muy compleja en cuanto a la estructura y la cantidad de ingredientes. Quise usar la fórmula del hip-hop para mi nuevo álbum porque quise reducir los ingredientes y desnudar las partes vocales. Sentí que era un desafío hacer música un poco más lenta que funcionara igual. Si escuchas canciones house en downtempo, pueden llegar a ser muy aburridas. Bit-hop fue mi idea de usar el estado de ánimo del hip-hop, pero incorporarle elementos que tienen raíces en los ’80 como los sintetizadores y partes más electrónicas. Pero el hip-hop me daba cierta “credibilidad callejera???. Así que sentí que tenía que ser bit-hop, porque yo no soy un tipo que tenga sus raíces en el hip-hop. Haberlo llamado así sería una gran estafa. También pasa que es típico que cuando vas a sacar un álbum, la gente te pregunta por un género en específico. Yo quise partir por el género y a partir de ahí empezar a hacer la música.

-Estás experimentando con muchos ritmos más lentos, pero la escena actual está haciendo lo opuesto. Grupos como Justice o Klaxons, que mezclan elementos electrónicos con música rápida como el punk. ¿Qué opinas acerca de toda esta movida nü rave?
-Me encanta el nü rave porque es muy intuitivo, fresco y energético, algo que siempre voy a apreciar. No es tanto sobre controlarte a ti mismo, sino que tiene un approach muy humorístico y de no tomarse tan en serio. Uno nunca sabe, tal vez de aquí a seis meses la gente esté bailando melodías de entre 95 y 110 BPM, lo que no me sorprendería en lo absoluto. Y tal vez mi próximo álbum sea entre 140 y 160. Sólo sentí la necesidad de hacer algo que no encajara tanto en la escena y después mantenerme vigente teniendo remixes cool desde todo el mundo, que pudieran funcionar en la pista de baile. Tal vez sea muy viejo para relajarme con esto del nü rave, que tiene una forma bien agresiva que admiro mucho. Pero quién sabe lo que venga después. Tal vez lo próximo que haga sea más rockero. Por ejemplo ahora, que estoy pasando mucho tiempo tocando guitarra en la banda Monk, así que es probable que pase más tiempo haciendo eso que discjockeando como Ben Mono. Siempre hay que actuar paso a paso, porque hacer lo que la gente espera de ti no lleva a ninguna parte.

-¿Cuáles son tus próximas metas en la música?
-En general, mantenerme independiente. Tengo una tendencia para adaptarme y he aprendido lo que funciona y lo que no. Espero tener la energía para hacerlo de acuerdo a lo que yo considere necesario. No hago esto por dinero. Por ejemplo, en Alemania no pago impuestos porque por concepto de ventas gano mucho menos que la media, casi a niveles de pobreza. Pero me quiero mantener en ese nivel artístico en que no tengo que satisfacer a nadie en particular más que a mí mismo. Me gustaría hacer más soundtracks y acercarme al mundo de los videojuegos, me encantaría eso. Y bueno, también aspiro a poder tocar en el Reino Unido. He viajado por muchas partes distintas, pero allá nunca he podido ir. Y es raro, porque la mayoría de mis influencias vienen de ahí y yo creo que inconscientemente hago música para esa escena.

-¿Qué podemos esperar para los shows de este fin de semana?
-Básicamente, en las noches no estoy promocionando mucho mis discos. Creo que la gente tiene que pasarlo bien, da lo mismo la música que les ponga. No es como un show de Ben Mono, sino un show de lo que considere que necesite la gente. Puede que no haya ninguna canción mía. Van a ser noches enfocadas a la pista de baile, con una buena selección de música de alta calidad con la que se pueda bailar. Creo que será más enfocado a las mujeres que a los hombres, porque ellos van a seguir lo que sea (risas). En realidad nunca me preparo con anticipación, es un tema mucho más intuitivo.

-Finalmente, Paul. A Chile te trae Beats Collective, que es una entidad dedicada a difundir el trabajo artístico, musical y de diseño de jóvenes innovadores. ¿Qué opinión te merece esta iniciativa?
-Es algo muy cool, porque pienso de la misma manera que ellos. Yo también trato de empujar a nuevos artistas y de conectarlos con los catalizadores correctos. Tal vez vaya un poco más adelantado que ellos, pero justamente ésa es la razón por la que estoy aquí. No es para ganar plata, sino para apoyar este tipo de iniciativas y poder ayudarlos de la mejor manera posible.

Ben Mono se presenta el viernes 15 en el Galpón 9 de Chucre Manzur y el sábado 16 en el Bar Constitución.

www.benmono.de