El jueves 21 de agosto los británicos Spiritualized regresan a Chile en una nueva fecha del ciclo S.U.E.N.A., esta vez con su show Acoustic mainlines en el Teatro Municipal. En el marco de nuestro especial por la llegada de Jason Pierce y compañía, esta vez Pablo Meneses comenta la discografía esencial de la banda.

Lazer guided melodies (Dedicated, 1992)

Lo que comenzó como una aventura al margen de unos Spacemen 3 en fase terminal, se convierte acá en el nuevo trabajo a tiempo completo de Jason “Spaceman” Pierce, ya liberado de las constantes tensiones con Pete “Sonic Boom” Kember. Registrado con la primera alineación de la banda (Pierce, su novia Kate Radley en teclados, Mark Refoy en guitarra, Will Carruthers al bajo y Jonny Mattock en batería), este disco es una clase magistral sobre cómo unir estilos en apariencia disímiles para formar un nuevo sonido compacto, hipnótico y seductor.

Cuidando los detalles al milímetro, al mismo tiempo que deja un pedacito de su alma en cada acorde, Pierce crea intensas piezas en donde hay espacio para el minimalismo, la hipnosis del sonido alemán de los ‘70 y el rock primigenio, desde la cabalgata velvetiana de “Run” hasta momentos de auténtica BELLEZA como la sublime “Shine a light”, que nos hacen sentir que levitamos a varios centímetros del suelo. Un disco para disfrutar solo o en pareja, mientras pasamos a nuevos estados de consciencia, de preferencia en la oscuridad, tal como recomienda el sticker del vinilo.

Pure phase (Dedicated, 1995)

Reducidos a trío al momento de publicar su segundo trabajo, la banda depuró acá los logros del debut: la habitual querencia de Pierce por el garage rock psicodélico de los 60’s tomó más relevancia en esta placa, aumentando las dosis de electricidad –recordemos que en este período la banda se presentó como “Spiritualized Electric Mainline”- logrando un sonido más duro pero no por ello menos cautivante.

La inclusión de vientos, tambores, coros y cuerdas (cortesía del cuarteto de Alexander Balanescu) amplió la paleta sonora para embarcarnos en un nuevo viaje a través de las obsesiones de Mr. Spaceman, desde su relación con los químicos y los efectos que pueden tener en quien los usa y los que lo rodean (“Medication”, “The slide song”), tormentas eléctricas que dan paso a baladas desgarradoras (“Electric phase”, “All of my tears”). El blues ácido, algunos recuerdos al sonido ensoñador de las melodías guiadas por láser con“Electric mainline” y “Pure phase”, un intenso cover instrumental de “Born never asked” ( original de Laurie Anderson) y los infaltables momentos de distensión rockera (“Lay back in the sun”, “Good times”). Todas piezas fundamentales de una obra que vale la pena volver a escuchar de vez en cuando, sobre todo si tomamos en cuenta que se convirtió en el punto intermedio entre el debut y lo que llegaría después. Si alguien te pregunta cómo suena Spiritualized, éste es el disco que debes mostrar. La conversión está asegurada.

Ladies and gentlemen we are floating in space (Dedicated, 1997)

Tiempos de desastre para Jason Pierce: Devastado luego de que Kate Radley lo abandonara para casarse con el ex The Verve Richard Ashcroft, mientras seguía integrando la banda durante todo ese tiempo, nuestro héroe debió rearmarse poco a poco, y en un ejercicio de auto sanación en la senda de álbums como Blood on the tracks (Columbia, 1975) de Bob Dylan o Blue (Reprise, 1971) de Joni Mitchell, se despachó uno de los discos más redondos y emocionantes de las últimas décadas.

El tema de la curación quedaba claro desde la presentación del álbum, cuya primera edición incluía un empaque similar a un medicamento, con folleto de dosis, contraindicaciones y efectos secundarios incluido. Tomando su título de una frase aparecida en la novela “El mundo de Sofía”, de Jostein Gaardner, Ladies and Gentlemen… nos muestra a un hombre exorcizando sus demonios a través de canciones con títulos tan explícitos como “Stay with me”, “All of my thoughts” o la demoledora “Broken heart”, aunque también hay espacio para la catarsis rockera con “Electricity” o “Come together”, la búsqueda de la paz interna en “Cool waves” y los experimentos sonoros de la final “Cop shoot cop…”, en un desarrollo que nos hace pasar de la tristeza a la euforia, de la espiritualidad a la hipnosis narcótica hasta que la placa deja de girar y sólo quedan ganas de volver a apretar la tecla del “play”.

Volver a repetir las virtudes de este disco puede llegar a ser majadero, así que sólo queda dejar un par de recomendaciones, tomando en cuenta sus efectos: Escoge bien el momento para escucharlo, y cuidado con subir mucho el volumen: podrías hacer que llueva.

Royal Albert Hall october 10, 1997 (Dedicated, 1998)

Los dos registros oficiales en directo de Spiritualized exploran la faceta eléctrica de la banda. Sin embargo, a diferencia del más crudo Fucked up inside (Dedicated, 1993), este Royal Albert Hall october 10, 1997 se acerca mucho más en espíritu a lo que podremos disfrutar el próximo 21 de agosto.

En un estado de gracia con el que nadie habría sospechado del despido casi total de los músicos al poco tiempo, el reverendo Pierce se hizo acompañar por una sección de bronces, un cuarteto de cuerdas y los integrantes del Coro Gospel de la Comunidad de Londres para desplegar su evangelio psicodélico, basado principalmente en el repertorio del entonces reciente Ladies and gentlemen… , más puntuales rescates de los dos álbumes previos y la clásica “Walking with Jesus” de Spacemen 3 (número fijo de sus sets en vivo), envolviéndonos desde el primer momento en espirales sónicas que nos transportan a lugares que quisiéramos habitar más seguido. Un gran preparativo para amenizar la espera del show, junto con recordarnos a cada momento lo grande que sigue siendo el señor Pierce.

The Complete Works: Volume one (Spaceman/Arista, 2003)
The Complete Works: Volume two (Spaceman/Arista, 2004)

Si la idea de pagar precios “de coleccionista” por algunos discos no está en tus planes, estos dos volúmenes dobles son la forma ideal de completar las piezas del puzzle que Spiritualized han desperdigado a través de singles y EP’s, muchos de ellos de edición limitada.

Entre versiones alternativas de canciones como “Feel so sad” o “Medication”, tomas instrumentales (“Broken heart”, “You know it’s true”), covers como “Why don’t you smile now” de The All Night Workers (la primera colaboración entre Lou Reed y John Cale), o la fundacional “Anyway that you want me” de The Troggs, y uno que otro capricho artístico (¿es necesaria una versión a capella y reducida de “200 bars”, llamada “100 bars”?), los primeros 12 años de la banda quedan cubiertos, formando el complemento ideal para cuando queramos bucear en curiosidades que van más allá de los discos oficiales.