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Shellac viene por primera vez a Sudamérica y se presentará en nuestro país el próximo jueves 27 de marzo. Su guitarrista, Steve Albini, militó en legendarias bandas de post punk como Big Black o Rapeman, pero es también un reconocido ingeniero de grabación, responsable de un sonido muy propio que ha plasmado en clásicos como Seamonsters (The Wedding Present), Rid of Me (PJ Harvey), In Utero (Nirvana) y Surfer Rosa (Pixies). Afable y sencillo, el ingeniero y músico está lejos de creerse su propio mito y a años luz del personaje arisco descrito por la crítica. Días antes de emprender la gira que lo trae a Chile, contestó nuestras preguntas desde su estudio en Chicago, Electrical Audio.

Shellac es una banda que cuenta varios álbumes desde su debut. At Action Park, de 1994, mostró un sonido contundente y desquiciado, donde el trío pasaba de la repetición letárgica al ruido dinámico, explorando sin cesar texturas y atmósferas. Resulta difícil separar los siguientes discos, Terraform (1998) y Excellent Italian Greyhound(2006), en etapas o sonidos. Todos suenan a Shellac, una banda en la que los tres instrumentos (bajo, guitarra y batería) poseen su propio espacio y personalidad.

¿Consideras que los discos de Shellac suenan similares?
-No me preocupa mucho que nuestros discos suenen parecidos y que no tengan grandes diferencias. La verdad es que es un estilo propio con el que nos sentimos cómodos. Como no cambiamos nada de los arreglos entre el sonido que tenemos tocando los tres juntos en ensayo y el sonido del álbum, la verdad es que es fácil reconocer lo que hace cada uno de los instrumentos. Es un esquema de un trío de rock. Si fuéramos diez, a lo mejor el auditor tendría más dificultad en discernir lo que hace cada uno.

Esta obsesión por el sonido ‘real’ se refleja también en el trabajo de Albini como ingeniero. Por su estudio, que comparte con Bob Weston, el bajista de Shellac, han circulado bandas como Low, Dirty Three, Mogwai y June Of 44, las que han elegido grabar allí buscando las guitarras y bajos precisos, eléctricos y poderosos, los bombos profundos y los platillos como tocados en vivo. Steve Albini es conocido porque en cada sesión les sugiere a los grupos dejar las prácticas habituales del estudio, como grabar instrumento tras instrumento (lo que a menudo tiene resultados rígidos), y los insta a que se toquen como si estuvieran arriba del escenario, errores incluidos. Es ahí cuando la magia comienza.

“Lo prefiero de esa manera??? explica Albini. “Me gusta que la gente se comporte normalmente, como cuando están arriba de un escenario o en una sala de ensayo. Es a través de dicha naturalidad que se crea una complicidad y una comunicación entre los músicos, que es lo que a mí personalmente me atrae de la música y lo que quiero extraer de las sesiones. Si va a ser algo maqueteado, o sobre actuado, pues no tiene ningún sentido???.

¿Qué criterios de selección usas cuando una banda te requiere para grabar su disco?
-La verdad es que no soy muy selectivo. A priori, cuando alguien me pide grabar su disco, mi primera respuesta siempre será un sí. A veces, me desplazo hacia donde viven los grupos (España, en el caso de La Habitación Roja; Suiza, en el de Toboggan y Honey for Petzi, por ejemplo), aunque resulta mucho más económico y acogedor que vengan a grabar aquí en mi estudio en Chicago, Electrical Audio.

Aparte de grabar bandas de Touch & Go, trabajas mucho con grupos de Temporary Residence, como Mono y Explosions in the sky…
-Considero que Jeremy Devine, el dueño de Temporary Residence, es una persona muy dedicada y que merece mi más absoluto respeto. Su esfuerzo es muy valioso y las bandas con las que trabaja son todas muy interesantes, con un sonido muy propio e intenso.

¿Cómo te sientes respecto a las obras maestras que has grabado: In Utero, Seamonsters, Surfer Rosa?
-Sabes, siempre es agradable y reconfortante escuchar que, luego, alguien alabe tu trabajo. Pero la verdad es que cuando estoy en el estudio grabando no tengo idea ni me preocupa lo que opinará el público después. Tan sólo me apasiona lo que hago. Y me gusta hacerlo bien. Ahora, si eso es reconocido, tanto mejor, pero no es lo que me da vueltas al momento de cumplir con mi empleo. Más allá de la reputación que gane y todas esas cosas, soy alguien que ama lo que hace, sin cuestionamientos posteriores.

¿Sientes que el último tiempo ha estado ausente de obras maestras y revolucionarias, como Daydream Nation (Sonic Youth), Spiderland (Slint) o Millions Now Living Will Never Die (Tortoise)?

-La particularidad de todas las obras que citas, aparte de ser grandiosas, es que fueron reconocidas mucho tiempo después, tal vez diez años. Es cierto que una cierta cantidad de gente estaba atenta en la época y pudo reconocerlas rápidamente, pero aún así sigue siendo una porción ínfima del universo de oyentes. Mi opinión es que las grandes obras de hoy no las conocemos, y sabremos de ellas de aquí a diez años más, tal como ocurrió con grandes bandas que fueron reconocidas incluso lustros luego de haberse disuelto, como es el caso de Slint.

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Hace un par de años, Shellac fueron los curadores del festival indie más importante del hemisferio norte, All Tomorrow’s Parties (ATP). Es un fin de semana de ensueño en Inglaterra, que tiene la particularidad de contar con bandas muy destacadas y de mantener su calidad, convirtiéndose en lugar de culto y peregrinación. Los electrónicos Autechre, los rockeros experimentales de Slint y los eclécticos Tortoise han sido otros de los elegidos para curar esta fiesta selecta.

En algún momento dijiste que era una de las tres cosas en el mundo que respaldas… ¿Qué opinas de ATP?
-All Tomorow’s Parties ya no es algo único. Lo que sí, fue el festival que empezó la tendencia de aplicar estándares muy altos de calidad en la selección de bandas y en otorgarle la posibilidad de ser curadores a grupos elegidos con pinzas, demostrando una exigencia sin igual. Hasta entonces los festivales (Lollapalooza, Reading, Glastonbury) eran más bien entes comerciales que no demostraban un muy buen grado artístico. Ahora, luego del éxito de All Tomorrow’s Parties, surgieron varios otros festivales donde la organización corre por las manos de grandes bandas. ATP mantiene, sin embargo, una serie de facilidades que lo hacen atractivo: un entorno bello y agradable, con residencias muy cómodas y una variedad satisfactoria de comidas. Además de haber sido verdaderamente el primero, lo que suma a su atractivo.

Has sido un gran cultor del sonido del vinilo ¿Qué opinas de los MP3 y de internet?
Es una manera muy conveniente de obtener música. Ello le ha permitido a las personas tener acceso a una cantidad impresionante de artistas y de crear un eclecticismo inexistente hasta ahora en los gustos de cada cual. Además, creo que le ha permitido a las personas establecer relaciones significativas de ‘fan’ con artistas que de otra manera, a lo mejor, nunca habrían podido descubrir, y por ende agregar un valor considerable a sus propias vidas, si acaso les llegó lo que descubrieron.

“Para mí??? -continúa Albini- “es normal bajar música gratis. No lo considero, entiéndeme bien, ilegal en lo absoluto. Si le das la opción a alguien de tomar algo sin pagar, es tan obvio como la condición humana de que así lo hará. Y no me importa un carajo quienes reclamen, pues sólo se preocupan del negocio. Para mí, internet es una herramienta fabulosa de difusión, que, a la larga, es lo que realmente importa: que la música pueda y sea escuchada. Eso es lo que le da sentido a todo. No tengo absolutamente ningún reparo en ello, para mí es tan gratis y legal como escuchar una canción en la radio, así de simple???.

¿Con qué ojos ve Shellac esta experiencia latinoamericana?
-Hacía tiempo que queríamos venir, simplemente nunca antes se había dado la oportunidad. El ir allá ahora ha sido un asunto de sincronía.

A pesar de que Shellac nunca visitó nuestro continente antes, el público de Santiago tuvo la ocasión de degustar a una banda perteneciente al “sonido Albini???. Fue cuando el trío instrumental Dianogah, de Chicago, se presentó en el desaparecido Club Mondo, en 2000. “Son muy buenos amigos??? dice Albini. “Aunque aparentemente se ven en receso, la verdad es que preparan un nuevo álbum. A ellos les preguntamos acerca de su experiencia de haber tocado en Santiago y nos dijeron que fue excelente, que se quedaron con la mejor de las impresiones y la pasaron de maravillas, así que luego de consultarles dijimos: ¡Let’s go to Chile!???

¿Qué hay de tu manía por degustar comidas nuevas cada vez que viajas?

-Me encanta probar las comidas típicas de los lugares que voy conociendo porque siento que es acercarme a algo que representa un aspecto único de cada sitio que visito. Mi favorita hasta ahora es la italiana, por la manera en que se encuentra inserta en la cultura y por cómo la gente allá tiene una manera especial de ???vivir??? la gastronomía.

¿Eres muy asiduo a visitar las tiendas de discos?
-No en el último año. No porque no haya nada que descubrir, sino porque he estado muy ocupado trabajando.

¿Cómo será el set de su show en Santiago?
Habrá algo de todos los discos, ya que tenemos una larga lista de canciones acumuladas a través de los años. La mayor parte del tiempo lo que hacemos es construir sets improvisados sobre el escenario, que incluyen versiones de los temas construidas ahí mismo, con las variaciones y ambientes que nazcan en el momento. No es muy distinto lo que hacemos en los ensayos a lo que hacemos en disco o sobre el escenario. Son ideas simples manipuladas a través del tiempo.