Tal como anunció, Claudio Salas nos presenta un completo reporte que incluye su reseña para un reciente show de Edward Sharpe & The Magnetic Zeros en Manchester, además de sus comentarios del Festival Tramlines, en Sheffield, UK.

Fotos por Claudio Salas

 

Edward Sharpe & The Magnetic Zeros en Manchester

Manchester y la lluvia. O la lluvia y Manchester. Parecen dos términos inseparables al hacer la fila fuera de la Catedral mancuniana para asistir a la liturgia que Edward Sharpe & The Magnetic Zeros brindarán en un par de horas. Las canciones de Here, su último trabajo, calzan como anillo al dedo -siguiendo con las alegorías religiosas- con el lugar escogido para acometer esta tocata. Gospel, himnos cantables todo el tiempo, americana en todo su esplendor.

Signo de tiempos en que todo es vendible, mayor apertura y relajo mental, lo cierto es que la catedral de Manchester se transforma en local de tocata o venue, como dicen acá, alojando a unos 500 espectadores, con los watts necesarios y venta de alcohol inclusive, algo insólito para mi psiquis chilena.

A las 9.15pm aparece la banda por uno de los costados de la nave central del recinto. Cerrando la fila viene Alex Ebert, sumo sacerdote de esta ceremonia, quien reparte apretones de mano y sonrisas antes de pisar el proscenio.

La que presenciaré será una tocata bien repartida entre sus dos trabajos, que arranca lento con “Carries on” y “40 Day dream”, temas de Up from below, su disco del 2009, y que con “Janglin” hace cantar al respetable como un profe de música a sus embelesadas/os y felices alumnas/os. Entrañable y carismático, recuerda por momentos al primer Devendra por ese look de líder de secta que lleva, basándose en su voz y en las pegajosas melodías de sus canciones. De ahí que no es de extrañar que Here (2012) sea tan o más cantable que el disco anterior.

Con “I don’t wanna pray” y “Fiya wata” aparecen las canciones del disco nuevo, así como la presencia de Jade Castrinos, quien no tendrá el carisma de Ebert, pero cuya voz es simplemente notable, la que se conecta a la enorme tradición de cantantes estadounidenses, y con un timbre que recuerda más de una vez a Grace Slick.

La prensa rosa del indie señala que son pareja. Y eso puede explicar la relación que despliegan en el escenario ambos cantantes, especialmente esta noche, en que se siente cierta tensión y que Ebert, con el ego por las nubes, parece propiciar al dialogar con el público de improviso y por largo rato cuando el resto de la banda ya ha atacado alguna canción, luego de lo cual se acerca a Castrinos y con gestos corporales se hace el lindo y pide excusas a la vez.

“Man on fire”, “Dear believer” y sobre todo, “That’s up” son puntos altos en esta velada, siendo esta última todo un desafío, puesto que si los cantantes mencionados en verdad son pareja y están enojados, o ya no lo son, no es cualquier cosa cantar a dos voces líneas como “forever and always you’ve got my love to lean on darling, all the days”. Al terminar esta canción, el cumpleaños feliz -con torta incluida- para el percusionista reafirma lo del lote de amigos que hacen un grupo, con cantante carismático y polola con tremenda voz.

A esta altura hay que hacer una mención a la instrumentación de los Magnetic Zeros, que tiran a la parrilla el set tradicional guitarras, bajo, batería, más teclados, trompeta, ukelele, marimba y acordeón, los que van pasando de una mano a otra. Todo un desafío para la amplificación, complejidad que adentro de una iglesia aumenta exponencialmente, y en parte hace perdonar las fallas de micrófonos que empezaron a aparecer hacia el final.

Aún cuando Here tiene temas entrañables, los de California dejan para el final “Home”, canción de su primer disco que por ahora sigue siendo su gran himno. A modo de bis y a capella, para finalizar la ceremonia catedralicia, con todos los del grupo abrazados, -salvo Castrinos, ojo- se mandan el clásico “Lean on me”, y todo el púlpito en comunión con el todopoderoso dios de la música, que aunque fuera por un par de minutos, hizo que creyéramos en algo.

Festival Tramlines

En su cuarta versión, Tramlines (Sheffield, UK) se consolida como una propuesta atípica entre la oferta de festivales de verano en Europa. Entre el 20 y el 22 de julio más de 900 bandas se congregaron durante tres días de música gratis desplegada a lo largo de la ciudad norteña.

Plazas, parques, museos, pubs, restaurantes, discotecas. Todos los espacios se ocuparon en un encuentro musical donde conviven propuestas de kermesse, con talentos emergentes y bandas de pergaminos internacionales. Con todo, Tramlines se presta tanto para la navegación despreocupada por una ciudad-escenario como para la degustación selectiva del curador musical.

Los hitos de la versión 2012, que congregó a más de 150 mil personas en una ciudad de 500 mil, fueron Reverend And The Makers, Roots Manuva, Frankie Rose, Ms Dynamite, Field Music, We Are Scientists y 65 Days Of Static.

Reverend And The Makers, ídolos locales con rotación a nivel UK, fueron los cabezas de cartel el viernes en la noche, elevando la temperatura con su pop indie-discotequero.

El sábado la ex Dum Dum Girls, Frankie Rose, presentó un show corto, con poca interacción pero efectivo, el que se basó en su disco 2012, Interstellar. En el New Music Stage, el directo mostró un sonido con claras reminiscencias ochenteras, pero del lado oscuro, a-la The Cure, sazonado con coros mántricos llenos de aaahs, y uo-uo-uoos. En la tarde-noche los seguidores del hip hop tuvieron su momento, ya que el escenario principal cerró con los londinenses Ms Dynamite y Roots Manuva.

Polo de atracción para las ciudades aledañas como Manchester, Leeds y Nottingham, Tramlines dejó sacando cuentas alegres a los comerciantes, que no bajaron los brazos ante la multitud que pululaba por pubs y bares que extendieron su jornada hasta altas horas de la madrugada.

El Main Stage cerró el domingo con Field Music y We Are Scientists. La primera, una de esas bandas improbables para un festival masivo. Esto porque en Plumb, su elogiadísimo disco 2012 y en el que basaron su presentación, la banda de los hermanos David and Peter Brewis profundizan su elegante y detallista pop, entregando episodios que llegan a sonar a Genesis o al Queen más progresivo.

Fue lo que mostraron a un público formado por unos pocos fanáticos y un creciente número de espectadores sub 20 que se acercaban para ver a We Are Scientists, pero que se sorprendían ante la precisión de los de Sunderland y los constantes cambios de instrumentos entre los hermanos Brewis, que se fueron ovacionados por el respetable. We Are Scientists, banda indie rock neoyorquina que ha tenido más éxito en UK que en USA, lució sus pergaminos frente a un público enfervorizado, cerrando de ese modo el escenario principal del Tramlines 2012.