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Creemos en las entrevistas como canales alternativos de la experiencia musical. Es la oportunidad para conocer a los músicos, saber qué piensan de su obra, de sus propias vidas y de las nuestras. Todos nuestros esfuerzos intelectuales, lo que se diga y escriba, palabras, gestos, grafías, sólo son perspectivas para acercarnos a una vivencia interior: la subterránea conexión de emociones, sensaciones e ideas que giran en torno a un registro grabado, reproducido y finalmente poseído. Estas palabras a continuación deberían entenderse como una introducción musical, pues cualquier explicación corrompería las intenciones originales de la obra.

Como un fósil que acumula siglos de historia, sudor y muerte, las mejores composiciones proyectan emociones y vivencias arquetípicas. El francés Sylvain Chauveau (1971) se ha empeñado, sin mayor ruido, en la articulación de estos recuerdos globales y profundamente humanos. Tras una década de trabajo sin desviar la mirada intuitiva, su obra es un registro elegante y de suaves bocanadas, conectándonos con fracturas remotas donde brota un dramatismo enrarecido o la serenidad más placentera y bucólica.

Su estilo se ha caracterizado por un uso discreto de los recursos electroacústicos, la dirección fina de instrumentos de cámara, especialmente cuerdas y piano, y la intervención fragmentada de voces propias y grabadas, enmarcadas en diminutas piezas que muchos han inscrito en la llamado “música neo-clásica???, haciendo alusión al cruce de nuevas tecnologías con el corazón de la música clásica, desde una sensibilidad vanguardista. Quizá sea una etiqueta muy docta para Chauveau, quien no tiene estudios musicales: comenzó con el bajo y la guitarra, aprendió sus primeros acordes de guitarra a los diecinueve años y se declara incapaz de escribir o leer música.

-¿Cuáles son las principales motivaciones de tu proyecto personal?
-Desde el comienzo de mi trabajo en solitario, mi motivación fue ???crear la música más bella en el mundo???. Ambicioso, ¿no? Y totalmente imposible de formular con sonidos. Pero después de diez años de trabajar con cuerdas y pianos, realmente siento la necesidad de moverme hacia otra cosa, algo más abstracto, por lo que no estoy muy seguro de que “lo bello??? sea lo que esté buscando ahora. Ahora es algo más subterráneo, menos perceptible, pero quizá más profundo. Para contestar tu pregunta en una sola frase, yo hago música porque no tengo alternativa: simplemente no puedo vivir sin ella.

Chauveau se ha convertido en uno de nuestros mejores alquimistas contemporáneos, transmutando lo sólido en algo vaporoso, pescando melodías impalpables en el lago calmo de la conciencia, un bosque borroso bañado por destellos grises y dorados. La transformación ha sido gradual y paulatina, la confirmación histórica de una necesidad propia. “Cuando comencé a hacer música de cámara, a fines de los noventa, me sentía un poco solitario en la escena rock, o post-rock???, recuerda. “Pero creía que era un futuro posible para la música experimental, underground. Diez años después, creo que no iba en la dirección errónea: muchos músicos electrónicos han incluido instrumentos acústicos o eléctricos, especialmente el piano, como Aphex Twin, Fennesz, Alva Noto, Taylor Dupree, y hoy hay una armada de artistas que componen piezas para cuerdas y piano, como Johann Johannson, Library Tapes, Marsen Jules, Max Richter, Silver Mt Zion, Fifths Of Seven y muchos más???, enumera.

-Escuchando tus discos recuerdo películas antiguas en blanco y negro, o tardes perdidas en el patio cuando era niño. ¿Qué es lo que más recuerdas de tu infancia?
-Creo que mis composiciones están relacionadas con una especie de dulce nostalgia. No es algo que buscase, pero mucha gente me ha dicho que tiene esta sensación. Mi propia infancia fue muy tranquila. Dulce y aburrida al mismo tiempo, podría decirse. No ocurrió nada dramático. Y era increíblemente tímido, al punto de ser incapaz de hablar con personas desconocidas. Incapaz de expresarme. Posiblemente eso es lo que hace que uno se convierta en artista: expresarte de otra manera.

-¿Cómo tomaste la decisión de convertirte en un músico profesional?
-Nunca tomé la decisión de convertirme en un músico profesional. De hecho, nunca empecé una carrera. Pero lentamente, entre los 20 y 30 años, la música se torno más y más importante en mi vida. Empecé a hacer más conciertos, grabaciones y finalmente obtuve un sueldo por mi música. Llegué al punto en que era la única cosa que podía hacer. Nunca pensé que eso era posible.

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Actualmente, Chauveau vive en París ocupado exclusivamente de sonidos: “Es el único objetivo en mi vida???, afirma. Ha publicado siete discos: Le livre noir du capitalisme (Noise Museum, 2000; Les Disques du Soleil et de l’Acier, 2002), Nocturne impalpable (DSA, 2001), Un autre décembre (FatCat, 2003), Des plumes dans la tête (soundtrack original, DSA, 2004), Down to the bone (DSA, 2005), S. (Type, 2007) y el soundtrack Nuage (Type, 2007). Se debe agregar su colaboración en otros proyectos de igual valía (“adoro la gente con que toco, no puedo rechazar sus invitaciones???, asegura), como el cuarteto de música experimental 0 (es decir, “cero???), el dúo de tintes shoegaze Arca , que ya va en su cuarto álbum, el dúo minimalista de improvisación On y la colaboración con su compañera Felicia Atkinson, con quien lanzó su más reciente álbum y debut, Roman anglais (O Rosa, 2008; ver recuadro).

Considerando el carácter “cinemático??? en la música de Chauveau, muy afines han sido sus colaboraciones en bandas sonoras junto al director francés Sebastien Betbeder, quien le pide usualmente que componga la música de sus films. Y así, la creatividad de este multi-intrumentista se ha esparcido a otras áreas: ha colaborado con coreógrafos como Pierre Rigal, Aurélien Bory y Serge Ricci, y en performances literarias como músico de apoyo, con los escritores Mark Z. Danielewski, Félicia Atkinson y Joris Lacaste. También ha tenido la oportunidad de compartir escenario con Sigur Ros, Christian Fennesz y Bernhard Günter, entre otros. Es así como la integración de distintas influencias y plataformas sonoras ya se vislumbrada en su primera creación personal.

-Tu primer álbum, Le livre noir du capitalisme (“El libro negro del capitalismo???, 2001), es una búsqueda bien especial. En algunos momentos se conecta con delicadas atmósferas postrock, como Labradford o Mogwai en “Geographie intime???. Hay secuencias dramáticas dominadas por violonchelo, piano, vientos y loops electrónicos en “Hurlements en favour de Serge???, incluyendo cuotas irónicas en los títulos, como la silenciosa “Ma contribution à l’industrie phonographique???. ¿Qué pasaba por tu mente en esos primeros años?
-Durante los noventa estaba aprendiendo a tocar rock. Cantaba y tocaba guitarra con bandas que imitaban los grupos norteamericanos o ingleses. Pero entonces empecé a saturarme con toda esa cosa de la imitación. ¡No podíamos ser los anglo-saxons. Nosotros éramos franceses! Tenemos un mal acento y el rock no fue bien asimilado por nuestra cultura, así que en 1998 empecé a componer tan sólo como Sylvain Chauveau, sin banda alrededor. Ese es el gran comienzo para mí, el verdadero punto de partida. Decidí crear un tipo de música que fuese diferente de la música rock que me gustaba. Algo que estuviese más relacionado con la cultura francesa.

“Elegí instrumentos que hubieran sido usados por los últimos músicos franceses mundialmente famosos: el piano y las cuerdas, como en la música de cámara de Ravel, Debussy y Fauré??? continúa Sylvain. “También usé electrónica, como los pioneros de la música concreta, Pierre Shchaeffer y Pierre Henry. Todo eso se convirtió en mi música: notas suaves y lentas de piano, arreglos simples de cuerda, y tejidos vacíos de electroacústica, en piezas pequeñas y simples, como en la música rock. Los títulos eran todos en francés y gasté muchos meses en crear esos nombres, como si fuesen poemas de una línea. En mi primer álbum solista traté de poner todo lo que había en mi interior, como si tuviera que morir después de que fuese lanzado al mercado, y ese fuese mi mensaje final al mundo. Por supuesto, no morí y por tanto sigo haciendo discos???.

Como muchos músicos instrumentales, los títulos en Chauveau son portadores de ideas poéticas y muchas veces del tono buscado. Por ejemplo, en el citado Le livre noir du capitalisme destacan “Y poco a poco las ondas respiraron como un llanto???, “Yo estoy vivo y ustedes están muertos???, “El marino rechaza el mar???. Los títulos ganarían una elocuencia distinta en Nocturne impalpable (2001): “Lentamente, el grano de su piel???, “Nocturno urbano???, “Este infierno milagroso???; y la pasión invernal de An autre decembre (2003), donde varios temas llevan por nombre “Granulación???, y resaltan bellas imágenes como “Entonces la luz vacila??? y “Bajo tus ojos probablemente???. En estos dos últimos discos, Chauveau afianzó y depuró su estilo, encontrando “una audiencia pequeña, pero real???, concluye. Lo único que lamenta es que no fuesen grabados en estudios adecuados: “Eso crea una diferencia en la calidad del sonido, especialmente en el piano???, explica. “Después de eso, siempre he grabado en estudios profesionales, y se ha acercado más al sonido que deseo escuchar???.

Otro hito importante de su carreta fue el álbum Down to the bone, a tribute to Depeche Mode (2005), un quebradero de cabeza al orquestar composiciones originales de Martin Gore con una hueste de por lo menos once músicos, repartidos en clarinete, piano, contrabajo, viola, violonchelo, electrónica y guitarras acústicas y preparadas. Siendo el álbum “menos Chauveau??? de todos -y quizá por eso el menos certero en su afán experimentador, con Sylvain como vocalista muy sentido y de largas entonaciones, sin llegar a forzarse- es un hallazgo interpretado con emoción honesta y una meticulosidad lejos del tributo ramplón.

-Down to the bone parece un pequeño quiebre en tu estilo. ¿Cómo nació este proyecto? ¿Recibiste comentarios de Depeche Mode?

Down to the bone no fue un quiebre realmente. Fue un proyecto de mucho tiempo, ¡y me tomó ocho años hacerlo! Yo lo veo más como el clímax de mi búsqueda hacia la música melódica con cuerdas y piano. Es muy similar a mis otros álbumes, excepto que canto y no escribí las composiciones originales. La idea nació en 1997, cuando decidí hacer un álbum completo de Depeche Mode, porque sus canciones fueron tan bien escritas que podían ser interpretadas acústicamente o en el estilo que quisieras. Pero fue muchísimo trabajo y sólo pude terminarlo en 2005. Los chicos de DM nunca lo escucharon, yo creo. Pero Daniel Miller, el jefe de Mute, ¡lo disfrutó y me lo dijo!

-Tu música nos invita a habitar el tiempo, sintiendo los silencios que hay entre una nota y otra. ¿Cómo es tu percepción del tiempo cuando creas música?
-Tengo una conciencia muy fuerte del tiempo en mi composición. Exactamente el opuesto de Morton Feldman, uno de mis compositores favoritos. Conmigo el paso no se mueve y tu sabes exactamente donde estás, aunque sea bastante lento. Mi técnica es crear una pieza lo suficientemente larga para no sentir aburrimiento dentro de ella. Por eso es que he estado haciendo piezas muy breves, de dos minutos. Sólo están los elementos esenciales en ello, y cuando no hay nada más, me detengo.

-¿Crees que tu música funciona como una resistencia a nuestros hábitos actuales, rodeados por el ruido y la extrema velocidad?
-Absolutamente. La mejor manera de escuchar mis cosas es estar sólo en una pieza, y si es posible de noche. O incluso mejor: estar en una pieza y hacer el amor, porque es dulce y tranquilo. Por supuesto me preocupa que vaya en contra de los formatos estándar de la música popular, de la televisión y la radio, pero es lo que me gusta. Y por cierto va muy en contra de la acumulación de velocidad y ruido que implica el día a día, porque la música lenta va contra el flujo continuo de información que nos invade constantemente. Y el nivel bajo de mi música tiene que ver con que hay muchos sonidos innecesarios alrededor y yo no quiero añadir más violencia de la que ya existe.

-¿Cómo vives entonces en una ciudad como París?
-Adoro estar en ciudades grandes como París, donde ocurren un montón de cosas, y estar tranquilo en mi casa, leyendo o escuchando música. Para mí, eso es lo más agradable: ser capaz de salir y ver muchas cosas, pero también de estar en calma en medio de la tormenta. Por eso es que necesito cierta clase de soledad y concentración para hacer mi trabajo musical. No sé si París es el mejor lugar para vivir de la música. Puedes conocer mucha gente que está relacionada con el medio, pero por otro lado, la ciudad se ha vuelto muy cara, ¡especialmente las rentas!

-¿Cuáles son tus preferencias, de ayer y hoy?
-Depende del día que me preguntes. Hoy me gusta mucho Richard Chartier y su Re’Post’PostFabricated (2005) es justamente lo que compré. Una canción de Nico Muhly, y una de Tangtype que descubrí hace poco. Town And Country, todo el tiempo. Trapist. Los británicos AMM de la segunda mitad de los noventa y comienzos de 2000. Y canciones folk de Mariee Sioux y Alela Diane, ellas tienen voces fabulosas. (Sugerimos consultar el Playlist que publica Chauveau en su web aquí)

-¿Cómo te gusta interpretar tu música en vivo?
-Necesito un buen piano, un lugar muy tranquilo en que la gente pueda sentarse, en lo posible, y una buena acústica en la sala. He estado tocando en diversos contextos. Siempre cambia. Tocar en vivo se ha convertido en algo importante para mí, ahora que el concepto de álbum y grabación está desapareciendo. (Recomendamos ver este concierto de cincuenta minutos aquí)

-Desde S. (2007) has comenzado una nueva derivación en tu música, dejando el querido piano, las cuerdas y las melodías para la segunda mitad, y más concentrado en el pulso y las resonancias. ¿Te sientes cómodo con esta clase de trabajo?
-Eso es muy cierto. S. es un punto de giro en mi trabajo musical, a pesar de que nadie parece prestar atención a este trabajo. Es el comienzo de una nueva dirección que estoy tratando de encontrar. Aunque se mantienen los elementos que hacen la esencia de mi música hasta ahora (el piano tranquilo, electrónicas discretas, largas resonancias y bajo nivel), está dirigido a un nuevo horizonte. Por eso es un disco muy importante para mí. Me tomó meses y meses enlazar la textura de estos sonidos. Me dirijo a la abstracción. Ya no está más enfocado en las melodías, sino en la textura de los sonidos. Como en la pintura, no se trata de mostrar cosas que existen, como personas o grandes espacios. No más. Pero también es sobre colores y sombras, y el grano de la tela para pintar.

-Al echar una mirada a tu biografía musical, pareciera que simplemente sigues tu instinto, haciendo música para películas, performances literarias y obras coreográficas. ¡Sin contar tus otros proyectos de bandas! ¿Cuál es el próximo paso? ¿Qué tienes en mente?
-En el futuro estoy enfocado en encontrar mi nueva dirección musical. Esa es la gran gracia con el álbum que estoy trabajando hace un año. Es tiempo de ir a otro lugar. No me quiero empezar a repetir. Quiero hacer algo más creativo, algo que sea el único capaz de hacer. “Ir donde nadie más va???, como en la vieja canción de Jacques Brel. El próximo álbum será el resultado de esa búsqueda. Más abstracción, mayor experimentación, más voces. Puede ser un poco árido y disperso, pero todavía físicamente placentero. Quiero alcanzar mi estilo clásico, como Rothko en 1949 o Mondrian en 1919. No importa a quien le guste.

www.sylvainchauveau.net

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La última colaboración de Chauveau: los espacios perdidos de Felicia Atkinson

Sylvain Chauveau no está solo, y su compañera íntima es la artista Felicia Atkinson, quien terminando sus cursos en la Escuela de Artes de París comenzó a crear junto a Sylvain. “Ella estaba leyendo poesía y yo estaba haciendo loops ambientales de guitarra???, recuerda él. Felicia reconoce que se enamoró rápidamente de Sylvain al conocerlo en un bar. Llevan cuatro años tocando juntos, y Roman anglais (O Rosa, 2008) es su primera grabación juntos. Felicia la define como una carta de amor: “Estaba escuchando mucha música de Low. Quería algo misterioso y preciso al mismo tiempo, como la foresta que cruzábamos juntos???. La complicidad que nace de este precioso álbum, donde la poesía lacerante de Felicia descansa en los tejidos fantasmagóricos de Chauveau, es un pequeño puñado de canciones de gran evocación que puedes escuchar aquí.

Felicia es una chica inquieta, amante de los sonidos, la pintura, las performances y la poesía, “¡Pero también de cocinar, caminar y danzar!???, apunta. Ella participa además en otras dos bandas, Stretchandrelax y Louisville, donde le interesa, como en todo su trabajo, integrar distintas artes. Felicia nos responde las siguientes preguntas.

-Pareciera que la música de Sylvian se adapta muy bien a otros estilos musicales. ¿Qué fue lo que más disfrutaste de su colaboración en Roman anglais?
-Es muy fácil, porque nos conocemos mucho, todo nace espontáneamente. Adoro la forma en que toca guitarra y crea horizontes sonoros con sus loops.

-Por lo que se ve en tus blogs, te gusta mucho la pintura. Hay una frase tuya bien particular: “Dibujar es un estilo de vida de baja fidelidad???. ¿Cómo conectas la pintura y la música?
-Me gusta ser espontánea y trabajo con materiales baratos para crear un espacio divertido, tan simple como una canción. Uso papeles transparentes, acuarelas, uso el dibujo como una plataforma ficticia de música imaginaria.

-¿Qué temáticas exploras en tus letras?
-Me gusta hacer cut-ups de viejas entrevistas de bandas de los noventa, como Pavement y Nirvana. Las letras son una forma de llamar fantasmas y hacer que las cosas aparezcan del vacío de una página en blanco.

-¿Podrías contarnos del título de tu álbum y como nacieron las canciones?
-Tengo un nombre inglés, Atkinson, que viene de mi abuelo. Me gusta la idea de crear una novela ficticia hecha a partir de la música, pues mis libros favoritos han sido escritos en Inglaterra o Estados Unidos. América ha creado una ficción de Inglaterra, y yo hago una ficción que toma raíces de los dos. Para mí estas canciones son nuestros espacios mentales, todos los lugares que hemos cruzado en el tiempo físicamente y que ahora están creciendo profundamente en nuestras mentes. Estas canciones están dedicadas a lugares perdidos.