La banda local más refrescante del 2004 ha cosechado favorables críticas de todos los sectores. Sus emocionantes shows en vivo los disfrutan desde intelectuales de la música hasta simples rockeros y su debut El brillo que tiene es lo humano que le queda es una de las pocas producciones chilenas que figuran entre las preferencias de lectores de Super 45. Ellos están felices…

Foto: Aldo Benincasa

Ver actuar al dúo Taller Dejao puede ser una experiencia gratificante. A través de rítmicas y emotivas composiciones con elementos de raíz popular, Daniel Riveros (batería y voz) y Javier Cruz (bajo) nos descubren cosas simples y espontáneas. La tremenda energía vital que transmiten no puede ser si no positiva.

Su inusual formato de batería-bajo atrae de inmediato por el fiato. Más si el baterista canta y al mismo tiempo ejecuta energéticos movimientos y veloces patrones chinchineros mientras el bajo construye armonías e intensidades desdoblando las posibilidades de su instrumento. Es difícil permanecer insensible.

Esa misma impresión fue la que se llevó Katafú -guitarrista de Familea Miranda y “gerente” de Miranada Discos- cuando los vio por primera vez.

A fines de 2003, Taller Dejao terminaba su presentación en una destruida casa del barrio Brasil de Santiago, cuando un personaje calvo y tambaleante se acercó a Daniel Riveros para proponerle algo. Era Katafú. “Él estaba raja de curado –recuerda Daniel–. Conversamos un rato y me dijo que tenía una plata por ahí que estaba dando vueltas y que podríamos hacer un disco. Le di el mail, pero pensé que no se iba a acordar”. Pero al lunes siguiente Katafú tomó contactó con ellos, se juntaron y a las pocas semanas ya estaban en un estudio registrando sus canciones. Trece en un solo día.

Ese pequeño “empujoncito” resultó determinante para el futuro de Taller Dejao.

La invitación a grabar El brillo que tiene es lo humano que le queda en febrero de 2004 y su posterior edición por el sello de Familea Miranda en julio del mismo año, le permitió al dúo presentarse ante un público más amplio y tocar seguido, la mayoría de las veces invitados por otras bandas que querían compartir con ellos.

Dicha frecuencia más la sorprendente aprobación por parte de la gente, músicos y periodistas (un disco muy comentado en la prensa) califican a Taller Dejao dentro de lo más saludable de 2004.

Compañeros

Daniel y Javier (actualmente estudiantes de Diseño) fueron compañeros de curso desde la educación básica y compartieron banda por primera vez en una presentación para el cuarto medio del sanmiguelino Liceo Miguel León Prado. Un par de años después se juntaron a hacer canciones y el 2003 “agarraron la onda”, como dice Javier Cruz, principalmente tocando en pequeños lugares, hasta el mencionado encuentro con Katafú y la edición de su disco.

Javier: Nos demoramos caleta en llegar a esto. Antes improvisábamos instrumentales, pero no tuvimos pudor en mostrar nada. Empezamos a tocar y lo que saliera era lo que había que hacer. Hay una confianza familiar muy fuera de algo predispuesto, fuimos al mismo colegio, nuestras mamás son amigas.

Daniel: El Javier vive a una cuadra de mi casa y ensayamos en la mía. Entonces vivimos absolutamente en la misma realidad y es como ir a un almuerzo familiar, donde hasta lo más vergonzoso es familiar, no hay nada que te de pudor.

He tenido muchas bandas –continúa Daniel– y nunca me gustaron o no lo suficiente, pero ahora me siento súper cómodo por primera vez. La buena onda es recíproca y esa confianza que tenemos es bien sana, como que nadie se odia. Bueno, no somos muchos y nos conocemos hace 16 años.

Caminito propio

La hermandad de la que hablan Javier y Daniel es uno de los motivos para que la música de Taller Dejao sea tan particular y espontánea, que hable de lo que comparten y tienen cerca. Si a eso le sumamos trotes nortinos, melodiosas tonadas, modismos locales y una evidente influencia de Violeta Parra y Los Jaivas, tendríamos algo parecido al folclore, pero tocado con la mitad de una banda de rock.

Daniel: El folclore se murió cuando salió del campo, entonces nunca vamos a hacer folclore porque nacimos en la ciudad y estamos cagados. Y tampoco es mi interés. Creo que hay aspectos formales de la música en Chile y en el mundo que no están explotados y yo encuentro que estoy buscando, o estamos buscando algo, por la vía intuitiva.

Luego Daniel, quien también es conocido como Gepe por su otro interesantísimo proyecto solista, nombra a Glenn Branca, William Basinsky y Velvet Underground. Dice que le gusta la música contemporánea: No Neck, Gastr del Sol y David Grubbs

Daniel: Todas esas cosas tienen algo que son de la realidad de donde salieron. Es muy personal mi opinión, pero creo que hay tres hitos generacionales en la música chilena: primero la Violeta, después Los Jaivas y después Tobías Alcayota. Folclore pero que no es folclore, porque Violeta hizo folclore al principio, pero lo que hizo después fue algo súper personal, ya no folclore.

Mientras Daniel o Gepe teorizaba, su compañero Javier espera hasta intervenir.

Javier: Pa’ mi es súper cuático lo que hacemos porque esas relaciones que salen son solo porque Daniel las conoce. Yo no las escucho regularmente.

Daniel escucha caleta de música, me va mostrando bandas, pero yo soy todo lo contrario, escucho más tradicional (rock del tipo Metallica y Iron Maiden). Quizás soy menos abierto o me doy menos tiempo. Soy más simple.

Daniel: Al momento de tocar, el Javier deja lo suyo de lado y yo también y empezamos a sorprendernos de lo que sale.

Yo había tocado con gente que escucha la misma música que yo y se vuelve como una cofradía, pero el Javier viene de una parte musical totalmente distinta, entonces eso es rico porque cuando tocamos juntos dejamos de lado nuestras influencias y lo que sale es Taller Dejao.

Asimilando y proyectando

Los dos de Taller Dejao agradecen mucho la excelente acogida que ha logrado su música y están felices por eso. Según ellos han tenido suerte en rodearse de gente buena que tiene conciencia de su entorno y se está organizando para salir adelante

Daniel: Yo creo que la única forma de surgir o de hacer algo que de verdad tenga un peso es agruparse, entonces eso de ser un grupo de grupos te ayuda a hacerte notar. Nosotros obviamente somos amigos de Familea Miranda, de los Guiso, etc. Por ejemplo en Jacobino (sello de Gepe) somos todos amigos, hacemos diferentes formas pero en las tocatas tocamos todos juntos. Es la única forma de salvarse.

Su prioridad es seguir tocando y aprender de otros. Tienen claro que para lograrlo deben dejar de lado antiguas aprensiones. Por eso se declaran abiertamente desprejuiciados y dispuestos a presentarse en cualquier sitio y a compartir escenario con quien les pongan al frente

Daniel: Antes uno era más seudogrungeidealistapunkie que es como “a mi me gusta solo la gente que escucha Sonic Youth”. Ahora no, ahora me da lo mismo.

Yo quiero tocar música porque creo que soy más útil en ese sentido y hay que ir ampliando y abarcando otros espacios.

Por lo pronto, Taller Dejao está terminando su clip para el primer sencillo ‘Caminito’ con la Productora Nerco, a cargo de videos de El Otro Yo y Amongelatina. Más entrado el año esperan concretar un segundo video totalmente en animación 3D y grabar y editar su segundo disco, ojalá con mejor distribución que el primero, para llegar más lejos.

Taller Dejao tantea el terreno, lo asimila y sigue su camino.