The Drums en Chile
Club Chocolate
Jueves 25 de octubre

Fotos por Andrés Lagos

Menos teatralidad y más cercanía mostró The Drums en su segundo concierto en Chile. Menos extranjeros y más locales, también. Seguidos por un ruidoso concierto de los chilenos Parallel, que dio en el clavo con su estilo indie rock y en inglés, el grupo norteamericano entró al escenario sin hacer alarde con “What you were”, de su segundo disco.

La guitarra, el bajo y la batería iban con velocidad digna de hípica, mientras Jonathan cantaba “Best friend” y el público prendía como pasto seco. Apenas se podía avanzar a través de la gente. Todos iban hacia adelante, todos cerca de uno de los grupos más aclamados por la prensa inglesa en los últimos años.

“Vamos a tocar algunas canciones de Portamento”, y así se lanzó Jonathan a cantar sus temas con letras desgarradas de finales tristes, mientras todo el resto lo estaba pasando bien. La banda le daba una cortina de intensidad, y el público bailaba, se empujaba y cantaba lo que viniera. Es un público que no fue por “Best friend” y “Let’s go surfin”, sino que por todas las canciones, famosas, trilladas o no. Por eso el cantante agradeció por cantar las de Portamento.

Cuando volvió al disco debut, le dio el micrófono al público eufórico con “I need fun in my life” y para seguir dando alabanzas a la audiencia, Jonathan conquistó a todos reconociendo que Chile era el mejor lugar que habían pasado por la gira, la cual ya estaban por terminar. El comentario fue seguido por una ovación y mientras que la cara del vocalista demostraba una emoción genuina y hasta humilde, de no poder creer tanto fans enclaustrado en el Club Chocolate cantando todo de memoria.

Luego “Let’s go surfin” daría paso a un breve bis con reverencias varias. Después de tanto baile y frenesí cerraron con la canción más esperada de los fans: “Down by the water”. The Drums, a estas alturas, ya no parece una exitosa banda extranjera, sino que un grupo que vuelve a su ciudad natal a regocijarse con sus logros.