A cuarenta años de su debut, una línea de color blanco atraviesa la historia de The Stooges. Como toda épica de guitarras, esa línea sigue serpenteante la visión creativa, el deseo de lograrlo y la imposibilidad de llegar a donde querían estar. Es un relato de drogas y traiciones, que al final dan como resultado un legado agridulce más grande de lo que imaginaron cuatro rockeros pelilargos del medio oriente norteamericano. Sombría y a veces divertida, la The Stooges es una historia de perdedores. De esos que terminan reivindicados, a punta de sangre y autodestrucción. Una historia de rock and roll.

Ann Arbor, Michigan. 1965. Con 16 años, Ron Asheton (1948-2009) y su amigo Dave Alexander (1947-1975) deciden visitar Liverpool, Inglaterra. Estudiantes problemáticos y adictos a la Invasión Británica, su sueño es ver a The Beatles caminando por las calles. No ven ni rastros de ellos, pero sí a Pete Townshend de The Who destruyendo su guitarra en The Cavern. Es un momento de iluminación: Ron, ex boy scout, ex acordeonista y ahora guitarrista en ciernes ha descubierto su vocación.

De vuelta en Estados Unidos, se juntan con su hermano Scott (1949) -en vías de ser delincuente juvenil- y deciden formar una banda, con Ron en guitarras, Scotty en batería y Dave en bajo. Una bastante mala hasta que Jim Osterberg (1948) se les une en 1967. Osterberg había sido el chico cool de la secundaria y ahora trabajaba en la mejor tienda de discos de Ann Arbor -donde los Ashetons mataban el tiempo tirando piedras- y que ya había estado en un par de bandas: The Iguanas -donde Jim sacó su apodo de Iggy- y Prime Movers.

Metido fuertemente en el blues, Iggy también tiene su momento de claridad. The Doors dan un recital en la Universidad de Michigan para puros estudiantes que quieren escuchar “Light my fire”. Ante el abucheo, Jim Morrison los manda a todos a la mierda. Después Iggy recordará que The Doors le parecieron unos maricones, pero esa actitud in your face era lo que estaba buscando.

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Ensayando en el subterráneo de la mamá de los Ashetons, nacen The Stooges. Tratando de mezclar música tibetana, Sun Ra, John Coltrane, The Rolling Stones y muchos micrófonos de contacto en los lugares más inverosímiles. Consiguen una casa en Ann Arbor y la bautizan como la Fun House, que será su futuro centro de operaciones. Combinan fuerzas con los MC5 de Detroit, coincidiendo en el mismo circuito de tocatas, y empiezan a ser conocidos como sus hermanitos chicos.

Pero la puesta en escena en The Stooges era muy diferente. Claro, comparten la práctica de tocar con los Marshalls a 10 y sonar tan fuerte como les fuera posible. Pero en 1968 The Stooges incluyen a Iggy bailando como si estuviera teniendo un ataque y quedando en pelotas, con micrófonos en galones de bencina, e insultos a una desprevenida audiencia. Que deja a la gente con la boca abierta de espanto y con ganas de más. Un combo al que el sello Electra le ve potencial y los ficha para su primer álbum.

The Stooges (Electra, 1969)

The Stooges apenas sabían tocar. Esa es la verdad. En Nueva York, John Cale de Velvet Underground -en su primer trabajo como productor para Electra- les tiene paciencia y acorta su puesta en vivo más cercana al drone a un formato de canciones que terminan sonando como música pop experimental. Por eso la crudeza y locura sus shows casi ni asoma en el disco, aunque The Stooges tenga grandes temas (“I wanna be your dog”, inspiración para el collar de perro de Iggy, “No Fun” o “1969”) .

Y ese aire juvenil, de estar lográndola sin mucho esfuerzo es evidente. Algunos temas se crearon en una tarde y las letras tienen ese sabor añejo de macho man de los sesentas sediento de mujeres. Veinteañeros, lo suyo era impactar y quedarse con la chicas. Algo que le resultó bien a Iggy: después de la grabación, Nico de Velvet Underground se fue a la Fun House como su amante (no duró mucho) y sus shows de The Stooges empezaron a ganar repercusión por su locura. En Nueva York, Patti Smith y Alan Vega de Suicide los ven tocar. Y ellos también tienen su momento de iluminación.

Pero las ventas no acompañaron a The Stooges. Sus puestas en escena se vuelven más extremas: Iggy empieza a saltar encima del público (y se anota el crédito de inventar el stage diving) y a embadurnarse de mantequilla de maní o brillantina. Y la reacción pasó del asombro al miedo cuando Iggy empezó a rodar encima de vidrios, chorreando su propia sangre en el escenario y poniendo su pico en el micrófono. Classy.

VIDEO: Iggy Pop – “I wanna be your dog” (1979)
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Fun House (Electra, 1970)

Para su segundo disco grabado en L.A., la premisa era rescatar su sonido crudo y su actitud “esto es una mierda y pueden irse al carajo, porque lo hemos pasado mal”. Como un puñete en la espalda, Fun House se sigue escuchando como un disco rabioso que agarra por sorpresa. La voz de Iggy suena como un perro, las guitarras de Ron le darán años después ganas de patear amplificadores a cientos de guitarristas espinilludos alrededor del mundo y la inclusión de un saxofón hasta hoy divide a los fans. Un aura de peligro, que Iggy ya casi no controlaba arriba del escenario, se cuela en Fun House entre esos ritmos drone opresivos. “T.V Eye”, hoy sobresale como un emblema del grupo y la narcótica “Dirt” muestra a una banda que está entrando en lugares mucho más oscuros que la promesa que trae consigo el segundo álbum.

Iniciada la gira -donde ahora Dee Dee Ramone los ve tocar y también algo le parece único- Dave Alexander es despedido por borracho y es reemplazado por Jimmy Recca (1953). Y casi al mismo tiempo la banda descubre la heroína. Al menos Iggy, Scotty y el recién llegado James Williamson (1949), ex alumno de un reformatorio y guitarrista a lo Stones. Y no entraron a la heroína como turistas: lo suyo fue el paquete completo. Con Iggy vomitando arriba de la audiencia –porque ya no podía contenerse ni disimularlo detrás de los amplificadores – y dedicado al microtráfico con Scotty. El único que conservó cierta lucidez fue Ron, relegado a tocar bajo por Williamson y viendo como la banda se caía a pedazos entre las gotas de sangre de las agujas que cubrían las paredes de la Fun House.

Fun House no vendió bien y Electra decidió que ya era suficiente: se acabó el contrato y por casi dos años The Stooges estuvieron en el limbo.

VIDEO: The Stooges – “T.V Eye” (Cincinatti Pop Festival’70)
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Raw Power (CBS, 1973)

Hasta que en 1972 Iggy conoció a David Bowie, a.k.a Ziggy Stardust, que vio en él esa credibilidad rockanrolera que le faltaba. Su manager les ofreció a él y a Williamson llevarlos a Inglaterra a grabar un disco, y mandaron a la punta del cerro a los hermanos Asheton. Llorando abrazado un árbol después de recibir la noticia, Ron recordará ese como uno de los peores momentos de su vida. Meses después recibe un llamado de Iggy diciéndole que han probado docenas de bajistas y bateristas, que ninguno resulta y que los quieren de vuelta. Humillados, aceptan porque, a diferencia de Iggy, ellos siempre creyeron en la banda.

Grabado en Londres, Raw Power fue mezclado por Bowie. Iggy declarará que quería que la música saliera de los parlantes, te golpeara la cabeza contra la muralla y te matara. Su voz se toma el disco y sólo resaltan las guitarras de Williamson. Del bajo y la batería, muy poco. Por eso a pesar de ser un disco muy potente hay algo aséptico en su sonido. Grandes temas, como “Search and Destroy” y “Gimme Danger” muestran a Iggy en su cúspide de hombre ansioso de comerse el mundo, ahora sonando como él y una banda de apoyo.

Terminado el disco, viajan de vuelta a L.A a una mansión con piscina, chicas sin ropa y muchas drogas. El sueño orgiástico del rock and roll, que no dura nada: el sello decide no seguir con The Stooges y los botan a la calle. Tocan hasta el hastío Raw Power en lugares de segunda, con puestas en vivo cada vez más peligrosas: más cortes, más sangre, más ataques del público, mas frustración. Iggy estaba tan metido en drogas que era usual verlo botado inconciente en las calles o bares. Lamentablemente ya a nadie le importaba: se habían convertido en un chiste. Raw Power no vendió bien tampoco y The Stooges llegó a su fin.

VIDEO: Iggy Pop – “Raw power”
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El Epílogo

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Dave Alexander murió a los 28 años de pancreatitis. La Fun House fue demolida para construir una autopista. Iggy Pop fue continuamente rescatado por su amigo Bowie durante su carrera solista hasta convertirse en la figura icónica que es hoy. Ron y Scotty Asheton tuvieron proyectos con miembros de MC5 que fueron pequeños hitos del underground (Destroy All Monsters y Sonic’s Rendezvous Band respectivamente).

En 1998 apareció Velvet Goldmine, película que inmortaliza la relación Bowie-Iggy Pop, que nada le gustó a Bowie, pero mucho a Ron. El 2004 los hermanos se reunieron con Iggy para resucitar a The Stooges, sacando el 2007 The Weirdness (Virgin). En enero de este año, encontraron muerto a Ron en su casa de Ann Arbor, e Iggy ya tiene planes para reemplazarlo por Williamson, convertido en un exitoso ejecutivo. Y hoy -a cuarenta años de su primer disco- The Stooges son indiscutidamente reconocidos como los padrinos del punk.

T.V. Eye On You

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The Stooges no son parte del Rock and Roll Hall of Fame estadounidense. Sí están Velvet Underground, David Bowie, The Ramones y Patti Smith. The Stooges han estado siempre en un segundo plano en los recuentos de la industria, pero si hubiera que medir influencia, estarían a la delantera. Acá , The Ganjas, Tío Lucho, Sensorama 19-81, Guiso y No Age nos dan su opinión sobre los rockeros de Michigan.

The Stooges y su influencia en sus propias bandas

Samuel Maquieira, The Ganjas: “Siempre me rayó el sonido sucio de Ron Asheton, nunca faltaba el vacilón de ‘T.V. Eye’ en los ensayos. El descaro al cantar de Iggy es siempre una inspiración.”

Aldo Benincasa, The Ganjas: “La influencia no es tan evidente en lo musical, aunque existen temas menos conocidos que dejan ver nuestra admiración y gusto por el combo de Detroit. Más que nada va por la actitud del cuarteto. Hace menos de una semana estaba viendo la reunión del grupo y me parecía raro sentir nuevamente ese sentimiento punk de quinceañero. Son de esas bandas que te dejan con ganas”.

Rafael Casanova, Sensorama 19-81: “A pesar de que ya no los escucho tanto, The Stooges fue una banda importante cuando más chico. Yo los descubrí por medio de la Velvet y me acuerdo nítidamente del impacto que me causó escuchar una canción como ‘We will fall’. Si bien ‘1969’ era un manifiesto muy potente cuando venías de Pink Floyd, Hendrix, Janis Joplin y la música hippie en general, ese tema era perfecto para una orgía satánica. Tiempo después vi El Bebé de Rosemary y cuando Mia Farrow tiene sexo con el diablo, pensé al tiro en ‘We will fall’ como música de fondo”.

Enfer, Tio Lucho: “Desde un comienzo en Tio Lucho siempre nos fijamos en grupos punk que dieran mucho espacio para improvisaciones largas energéticas y ruido vertiginoso. Las presentaciones en vivo de la Iguana son realmente impactantes, dado su desplante escénico y calidad vocal. Siempre nos inspira y sorprende ver los shows de Iggy y The Stooges.”

Randy Randall, No Age: “Amo a The Stooges, creo que son la banda más influyente en el género punk. La actitud con que tocaban en sus shows, con el acercamiento de Iggy a la puesta en vivo salvaje: sexy, carismático, peligroso. Está todo en la actitud; esa energía catártica, es muy inspiradora para nuevas generaciones”

Álvaro Gómez, Guiso: “En lo personal demasiado (risas). Como lo he dicho muchas veces, gracias a Raw Power dejé de estudiar, me dediqué a la música y fundé mi sello junto a mi hermano. Me demostró que si 4 infelices se proponían hacer algo tan radical como lo que hicieron ellos, todos podíamos tener una oportunidad”.

Disco Favorito

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Sam, The Ganjas: “Me gustan todos , pero tengo debilidad por Fun House, album único en su estilo, con el saxo de Steve Mackay dándole un toque demencial que lo abre a una dimensión sónica ultra bizarra.”

Aldo, The Ganjas: “Sólo puedo decir que he pasado por todos: más joven estaba pegado en el walkman el Fun House con esos saxos tóxicos incluídos. Después me mató el Raw Power, ahora sólo puedo decir que me gusta TODO.”

Pitufo, Tío Lucho: “La verdad es que en los tres primeros discos dejaron una huella muy profunda en la música con actitud desenfrenada. Me impacta la simpleza que utilizan en la música y lo sofisticado que resulta al combinarla con la interpretación de Iggy, que pese a ser desprolijo, posee una gran riqueza expresiva. Si tengo que quedarme con uno decidiría por The Stooges.”

Randy, No Age:Raw Power. Es el primero que escuché, cuando tenía 14. Mi hermano lo tenía, y me encantó. Para mí es la definición de un gran disco de rock. Se siente como rock and roll muy simple, casi desvestido. Y las guitarras con esos power chords, es tan poderoso. Y el arte del disco, donde sale con esa pantera en la espalda, es tan cool. Con esos pantalones plateados, los dientes de drácula, el maquillaje, la androginia, es muy cool. Fun House, no sé. No soy un gran fan de los saxofones”.

Dean, No Age: “No me gustan los saxofones. Fun House para mí está arruinado por los saxofones. No puedo tomarlo en serio cuando aparecen. No soy un gran fan de The Stooges, supongo que es esa cosa de rock setentero, de rock muy simple y eso no me llama mucho la atención. Creo que The Stooges son mejores que Iggy Pop, hay algo en sus letras que me cargan, es tan como “eeeh,” (sonido gutural), como un poco lleno de mierda. Yo creo que si le sacas a Iggy y sólo dejas la música, estaría más interesado”

Influencia de The Stooges en Bandas Chilenas

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Matta, Tío Lucho: “El desenfreno y la energía musical de los Stooges, directa y rompe oídos, han sido una muy buena escuela. Es increíble la fuerza y lo pervertido de sus temas, con arreglos realmente sutiles que se asoman entremedio de todo ese desorden.”

Sam, The Ganjas: “Va más por el lado de la actitud que por el lado musical. El hecho de poner las guitarras a todo volumen y rockanrolear endiabladamente. Recuerdo al Víbora de los Fiskales sacando ese sonido desbocado.”

Aldo, The Ganjas: “Tengo la certeza absoluta que la influencia de The Stooges, al igual que la de MC5, surgió en Chile con un desfase tremendo, 20 a 25 años después de editados sus discos. Sé que Yajaira los tenía entre sus preferidos, y lograron emular su sonido en muchas canciones: Stooges tiene un sonido muy particular, además de la simpleza y crudeza de sus canciones. Luego podemos encontrar ese sonido en alguna medida en Trancemission, Guiso o Hielo Negro”.