Valentina Fel tiene listo su primer disco, uno que sencillamente tiene su nombre como título y su rostro como carátula. De cómo llegó a grabarlo junto a Cristián Heyne, sobre el parecido que hay entre cantar y hacer deportes olímpicos y más, habla la ganadora del pasado Concurso de Nuevos Sonidos de Super 45.

Por Pato Urzúa

“La canción correcta en el lugar correcto funciona. Yo creo que eso es un disco al final: una colección de canciones en el lugar indicado??? dice Valentina Fel mientras revuelve su café y se arregla los lentes oscuros. Cuesta creer que es la misma persona que sobre el escenario es capaz de contorsionarse con movimientos propios del flamenco al tiempo que lanza rimas agudas sobre una música que recuerda por partes iguales al hip-hop o a la música tribal africana, y que por lo mismo desafía cualquier clasificación.

Si hacer un disco es algo así como la traducción a música de la experiencia de un artista, pocos como Valentina Fel han sido capaces de reproducir en sonido lo que significa vivir en Chile a principios del siglo XXI. Una nación mestiza donde puede sonar pop en la radio, pero cualquiera en su casa puede estar oyendo música vietnamita. Donde las empanadas y las hamburguesas comparten un viaje en el Transantiago. Donde hay programas de TV basura, políticos distantes de sus electores, contaminación ambiental y gente con ganas de bailar.

De todo eso, y sobre todo del baile, se trata el debut en largo de Valentina Fel, un disco que sencillamente lleva su nombre. Valentina Fel. Una de las ganadoras de la última versión del concurso de Nuevos Sonidos de Super45 habla en la antesala de la edición de su disco debut, que debería ver la luz en septiembre

-¿Cómo empieza la historia de estas canciones?
-Tuve un proyecto electrónico que no funcionó, y llegué con eso donde un productor, Erasmo Parra, y armamos “Alienación???, una canción que al final quedó en el disco, en las primeras sesiones. Creo que sigue siendo una de las mejores canciones. Pero también tiene que ver con todo lo que yo hago: yo hago poleras, y mis poleras, por ejemplo, son lo mismo que una canción, de alguna manera.

-¿Qué participación tuvo exactamente Cristián Heyne (alias Shogún y productor de Javiera Mena, Supernova, Pánico y Luis Jara, entre muchos otros)?
-Decidimos juntarnos con él para que fuera el productor ejecutivo, y de ahí salieron seis canciones nuevas. Grabamos todo en tres meses súper intensos, corriendo para terminar todo. Lo importante es que resultó todo, y eso me tiene muy contenta.

-Me imagino que debe ser fascinante la experiencia de tener el control de una producción.
-Sí, pero también tenía algo así como un peso encima: el tener que aprovechar hasta el último minuto de todo, Para mí lo que hago es de vida o muerte, y al final me quedé escuchando cada sesión, cada grabación de una guitarra, sabía cuando algo no sonaba bien para mí y me preparaba para llegar con argumentos para decir qué no. Yo no sé si mis canciones pertenecen a algún estilo o no, para mí, y esto es algo que escuché mucho, mi música es muy “Valentina???.

-¿Y seguiste haciendo canciones? ¿Ya podemos pensar en el próximo?
-Yo no sé si voy a seguir haciendo discos. En mi mente cada cosa la hago por última vez. Es como estar en las Olimpíadas: hay que hacer todo bien, y al final de la carrera, llegar con la certeza de que uno lo dio todo. Puede ser mi personalidad, puede que para otras personas no sea así, pero para mí fue bien al límite. Yo no pienso que vaya a haber una “próxima vez??? en la que pueda arreglar las cosas.

-Has estado lejos de los escenarios últimamente, pero me imagino que vas a lanzar el disco como corresponde.
-La última vez que toqué fue en el Gran Central el año pasado. Y sí, no he estado tocando ahora, porque para el lanzamiento quiero marcar un antes y un después: canciones nuevas, ropa nueva, todo nuevo.

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Ciudadana del mundo

El disco de Valentina Fel contiene canciones que exploran una y otra vez la misma fórmula. Y la estrujan hasta sus últimas consecuencias. Percusiones infecciosas que provienen de su interés por cualquier estilo de música, sin importar cuán anacrónico sea o de dónde provenga; melodías sencillas que pueden venir de un sintetizador o de una guitarra eléctrica y su voz encima de todo, rimando a veces más allá de los límites de la gramática, sobre micros, sobre gente, sobre lo que pase por su cabeza.

Es una especie de testimonio, es un atentado a veces para los oídos. También es imposible escucharlo sentado: es un disco que pide a gritos una respuesta corporal del auditor, y que no da respiro hasta el final.

-¿Estás tranquila ahora que todo acabó y el disco está listo?
-Cuando el disco está listo hay como una calma, sí. Hay lo que podríamos llamar tranquilidad estilística, porque ya no tengo la urgencia de comunicar mis inquietudes. Ahora, eso sí, viene la gestión. Un disco listo es como un bicho que no te deja dormir. Puede llegar a ser bastante difícil.

-¿Hubo un mapa claro desde el principio o las cosas fueron saliendo así no más?
-Yo soy bien abierta musicalmente, no siento que tenga el deber de escuchar algo porque está de moda, y Erasmo también tienen una visión bien cosmopolita, aunque más hip-hopera. Creo que eso se nota en el resultado final. Hay canciones que se hicieron con mucho tiempo, pero hubo otras que nacieron durante este proceso acelerado del que te hablaba. Por ejemplo, cantar “El fuego de tus ojos??? fue algo que me dio mucha vergüenza al principio.

-A propósito de tus letras, ¿Hay una búsqueda consciente de cantarle a lo que pasa en la calle o el proceso es espontáneo?
-El disco refleja absolutamente eso, el vértigo que se vive todos los días, las cosas que perdemos a cada segundo, cómo cambian las relaciones sociales. Creo que es muy contemporáneo en ese sentido.

-Sí, creo que tiene bastante que ver con la vida cotidiana en la ciudad…
-¿Tú crees? Yo no. Para sentirme viva, creo que tengo que salir de lo cotidiano.

-Pero es una mirada distinta de lo cotidiano. Rimar sobre política y el medio ambiente es tener un punto de vista sobre algo que vemos todos los días.
-Sí, puede ser. Igual es una mezcla en la que hay folclor, hay música gitana, tiene ambientes que son bien universales. Creo que lo que hago tiene un sonido local muy claro, porque de alguna manera es una mezcla que sólo podría ocurrir en Chile, pero también tiene algo que podría sonar perfectamente bien en Nueva York o e Brasil.

-¿Te sientes parte de algo así como una escena o una generación? Tu música parece tener demasiado elementos personales como para incluirla en el mismo saco que otros artistas que dan vueltas en estos días.
-Chile me parece un buen lugar para crear, sí, pero no creo que pertenezca a alguna escena. Me parece que no soy políticamente correcta para este circuito. Tal vez llegue algún productor o musicólogo que diga “por qué hiciste esto así, esto no suena perfecto???, y la verdad yo cuando hago música no pienso en si le va a ir bien o si la van a tocar en la radio.

www.myspace.com/valentinafel