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Por Rodolfo García

Yann Tiersen forma parte de aquellos músicos que refutan la tesis general de que Francia es incapaz de producir rock de calidad. El mismo John Lennon declaró alguna vez que pedirle buen rock and roll a ese país era como exigirle vinos magníficos a Inglaterra. Músico de conservatorio en sus inicios, Tiersen asimila luego su herencia clásica junto a lo más interesante de la escena independiente americana e inglesa. De gira por Chile, mostrará su lado más rock.

¿Qué hacer cuando creces en un medio saturado por las canciones con olor a tinto añejo de un Jacques Brel repetidas al infinito, con el pop ochentero de Vanessa Paradis y con el hard rock de motoquero Harley Davidson de Johnny Halliday (el Bon Jovi francés)? Reaccionar, pegarte un tiro o abandonar la opción de escuchar y componer música para retirarte en un ostracismo monacal. Lo que cualquier chico haría en caso de vivir en la Francia de los años ochenta y noventa.

Para alegría del común de los mortales, Yann Tiersen, de fama mundial gracias a su banda sonora para Amélie, optó por la primera opción, y junto a Dominique A o Arthur H, forma parte de la escena gala más interesante de la última década.

Aunque fue la musicalización de la conocida cinta Amelie la que lo llevó al estrellato, la carrera de Tiersen comenzó mucho antes. Nacido en 1970 en la septentrional y fría ciudad de Brest (conocida por sus frecuentes tormentas invernales), desde pequeño el joven manifiesta interés por proseguir estudios musicales, tras lo que cursará violonchelo, piano y composición en los conservatorios de Nantes, Rennes y Boulogne.

Desde entonces, lo clásico será un elemento más en la atractiva propuesta de Yann, la que es conjugada con raíces populares al ritmo del acordeón y rock, siendo la guitarra eléctrica el instrumento preferido de este cantautor en vivo, a pesar de ser un virtuoso multi-instrumentista. Desde su debut en 1995 con La Valse des Monstres (1995, Icid’ailleurs), el francés demuestra una cercanía mucho mayor con la sensibilidad de grupos como Rachel’s en el “rock de cámara” o de Pj Harvey que con sus connacionales.

Video: Summer78, Yann Tiersen:

Salto al vacío

Fue en un disco de Third Eye Foundation donde tuve el placer de descubrir a Tiersen, I Poo Poo On Your Juju (Domino, 2001). El tema en cuestión, ‘La dispute’, remezclado por Matt Elliott en su fase drum and bass destroy, logra crear una atmósfera misteriosa y atemporal con un piano impregnado de un romanticismo decadente y algo mórbido. Algo así como Erik Satie luego de la mordida letal de algún vampiro, con su amante virginal ensangrentada en los brazos (no se puede olvidar el intenso erotismo de la pieza).

El hallazgo no fue menor: Tiersen, al igual que Diabologum antes que él, o que sus amigos de The Married Monk -con los que grabó un disco con ellos de backing band- le debe el genio de sus composiciones a un alejamiento, a una ruptura radical con el pop francés y con la chanson tradicional.

¿Cómo? A través de un viraje en 180 grados hacia la herencia minimalista e impresionista de los clásicos galos (la divina trinidad: Satie, Debussy y Saint-Saëns), hacia la vanguardia más experimental de la fundación del tercer ojo y las estrellas del sello Domino (la disquera alternativa más importante del Reino Unido), el indie rock con aires de cabaret western fronterizo de Calexico y el pop etéreo de Cocteau Twins. No es casualidad que Liz Fraser de estos últimos sea invitada en su último álbum de estudio, Les Retrouvailles -Los reencuentros- (Virgin, 2005). Tampoco sorprende la presencia de Stuart Staples de Tindersticks o de Jane Birkin. Todos pertenecen a la familia de un pop sofisticado y elegante en la que Tiersen se siente cómodo, del mismo modo en que no tuvo dificultades en componer en un par de semanas un disco a dúo con la intensa y abrasiva cantautora norteamericana Shannon Wright el 2004.

El desfile de invitados ilustres no termina aquí: Lisa Germano aparece en su disco 2001, L’absente junto a Dominique A, y The Married Monk serán los encargados de ser la banda de apoyo de Tout est calme (1999, Labels).

video: Comptine d’un autre été l’après-midi. Yann Tiersen.

Sólo música

Existen momentos en los que te das cuenta que cualquier acercamiento distinto, como una entrevista o una conversación, se revelan innecesarios con determinados artistas. Cuando los ves en vivo, su implicancia es tal, que te das cuenta que cualquier cosa que tengan que decir la han dicho arriba del escenario. Yo La Tengo, Tortoise y Mogwai son buenos ejemplos de ello. Y Tiersen. Alguna vez, un músico dijo que sus creaciones hablaban por él, ya que no sabía comunicarse de otra manera para poder expresar lo que sentía.

La mirada ultraconcentrada con los ojos puestos en el instrumento (un steinway, un acordeón, un violín o una guitarra eléctrica) que está tocando, el rostro transfigurado y cada mecha de su pelo castaño en complicidad con el ritmo y la armonía, la interpretación de Tiersen es única y especial. Simplemente NO te dan ganas de hacer más preguntas. No vale la pena. A menos que seas un intruso que quiera entrar en su vida privada o un melómano imprudente que busque discutirle alguna corchea. ¿Para qué?

Existe algo trágico, de drama y nostalgia en las composiciones de este bretón pálido. Una fibra sensible que dice de inmediato: “No molestar???, frente a un hombre que por lo visto ha sentido bastante. Ya el hecho de tenerlo al frente sacando notas con una intensidad impresionante es un regalo, un bálsamo para el alma. Basta apreciar su tema ‘Sur le fil’ en vivo para darse cuenta de ello: pocos pueden ‘abusar’ de un violín de esa manera. Warren Ellis, integrante de Dirty Three y los Bad Seeds de Nick Cave, debe ser otro de los escasos elegidos, o tocados por la gracia.

Video: ‘Sur le fil’, en vivo en (Madrid, 2006)

De gira

Desde hace un par de años, el intérprete se ha vuelto hacia un formato más rock, con batería, bajo y guitarras eléctricas arriba del escenario. Además, los temas instrumentales que tanto le caracterizan dan paso a una voz cada vez más segura y presente. On tour (2006, Virgin) es el álbum en vivo que registra esta etapa del músico que es la misma que lo traerá a Sudamérica.

Fue luego del éxito mundial de Amélie y la consecuente notoriedad del artista que éste comenzó a presentarse cada vez más arriba de las tablas. Si bien su etapa de la Black Session en la radio (1999) y de C’était ici, un disco en vivo con más de 35 músicos arriba del escenario del 2002, testimonia aún de un artista intimista, a partir del 2005 y Les Retrouvailles nos encontramos frente a canciones de un rock más convencional.

Video: ‘Le banquet’, en vivo.

Un virtuoso que redime cualquier asomo de ego con una cuota enorme de sinceridad, Tiersen tiene preparada más de alguna sorpresa en su tour latinoamericano. Con escala en Santiago y Montevideo, su show no será muy distinto al que presentará luego en el prestigioso festival All Tomorrow’s Parties en Inglaterra, bajo invitación de los curadores de este año, Dirty Three, y en la Scala de Londres el 29 de abril, según notifica su casa de discos.

Discografía Recomendada

Revisión por Maira Mora

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La Valse Des Monstres (1995)
Como una composición de música docta, el primer álbum de Yann Tiersen, La Valse Des Monstres, se divide en dos movimientos. Y es que los temas que reúne este álbum fueron originalmente compuestos para dos obras de teatro: las primeras doce canciones corresponden a la obra Freaks, mientras que las restantes pertenecen a Le Tambourin de Soie.
El álbum se construye sobre la herencia musical de sus estudios en el conservatorio, la mezcla de música popular y una originalidad compositiva que se transformará en el sello de Tiersen, un sonido particular –delicado y emotivo, lleno de belleza- que se repetirá en todos sus discos.
Tiersen introduce múltiples arreglos en sus composiciones, los que él mismo ejecutará cual hombre orquesta: piano, guitarra, violín, carillón, banjo, clavicordio, acordeón y melódica están entre sus dominios. La Valse Des Monstres es el punto de inicio de una prolífica carrera y a partir de aquí, Tiersen comenzará a citarse a sí mismo una y otra vez.

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Rue de Cascades (1997)
Dos años después de su debut, Yann Tiersen arremete con otro álbum lleno de delicados momentos y evocadoras imágenes acústicas. En Rue de Cascades también se atreve a incursionar tímida y escasamente en la composición de letras, a excepción de ‘Naomi’, texto tomado de un poema de Allen Gingsberg. Dentro de los temas cantados, destaca la participación de la suave voz de Claire Pichet en dos tracks del disco.
A pesar de la virtuosidad de sus canciones, la belleza presente en cada una de ellas, la creación de un ambiente onírico y a veces tiernamente infantil, -como sugieren los títulos ‘Comptine d’été’ (canción infantil de verano)- este segundo disco pasó tan inadvertido como su predecesor.

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Le Phare (1998)
Dicen por ahí que la tercera es la vencida, y en el caso de Tiersen el dicho tiene sentido. Le Phare es el disco que lo lleva al reconocimiento generalizado dentro de las fronteras de su país, sacándolo de la oscuridad en la que había estado sumido. Pero muy injustamente, este salto a la fama no se debió tanto a la calidad musical de sus composiciones –que mantuvieron el alto nivel al que nos tenía acostumbrados- sino a la participación del conocido Dominique A en la composición y vocalización de dos de las canciones del álbum: ‘Monochrome’ y ‘Les Bras De Mer’, el primero de ellos astutamente escogido como single promocional. Aunque Le Phare le significó a Tiersen la entrada al mainstream francés, por estos lados seguía siendo un completo desconocido.
‘Sur le fil’ es quizás el tema más enérgico del disco, donde toda la intensidad emotiva e interpretativa se concentra en el solo de violín que abre esta canción, vigor que se aplacará de manera radical y definitiva al adentrarse en la suave melodía del piano.
Si bien Tiersen es de por sí un compositor innovador, en Le Phare da un paso más allá al incluir el sonido de máquinas de escribir, ruedas de bicicleta y cacerolas a la amplia gama de instrumentos utilizados.

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Tout Est Calme (1999)
Paradójicamente y a pesar de su nombre, Tout Est Calme es reconocido como el disco más rockero de Yann Tiersen y es que aquí las guitarras eléctricas y baterías hacen su aparición, comenzando a convivir de manera armónica con los tan característicos violines y banjos. Ciertamente, el disco abre con un tema que de buenas a primeras no se reconocería bajo el aire tierseniano, pero basta que aparezca el sonido del piano y una suave voz en el segundo track para que volvamos a sentirnos en un terreno conocido. Sin duda, el giro en la orientación de su música se debió haber visto influenciado por la constante participación del grupo francés The Married Monk en todo el disco, pero la tendencia más dulce aún se conserva y ejemplifica en la nueva colaboración de Claire Pichet en las voces. A pesar de ser un alto en su estilo más característico, Tout Est Calme presenta una atractiva combinación de dos polos no excluyentes entre sí: la intensidad del rock y la profundidad emotiva de los instrumentos clásicos.

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Soundtrack – Le Fabuleux Destin D’Amélie Poulain (2001)
Es cierto: el uso y abuso y la repetición hasta el cansancio de los temas que conformaron la banda sonora de Amélie hizo que en algún momento deseáramos no tener que escucharlos nunca más cada vez que en la tele aparecía una imagen de cualquier cosa. Pero hay que entender el fenómeno: la película encantó a millones y lo mismo logró su acompañamiento musical, que parecía acoplarse de maravillas al mundo onírico que proponía Jean-Pierre Jeunet en su cinta.
Sin embargo hay que destacar que la mayoría de las canciones de esta banda sonora no fueron compuestas para la película, sino que fueron tomadas de todos los discos anteriores de Tiersen. ‘La decouverte’, ‘J’y suis jamais allé’ y ‘Sur le fil’ son algunos ejemplos. Este álbum entonces, funciona como una buena retrospectiva de la trayectoria musical de Yann Tiersen, quien de la noche a la mañana pasó de ser un completo desconocido en Chile a ser el autor de un montón de emotivas y entrañables melodías. Ya era hora.

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L’absente (2001)
Poco tiempo después de haber cosechado el reconocimiento mundial gracias a Amélie –cuya banda sonora solo en Francia vendió más de 200.000 copias-, Tiersen arremete con un nuevo disco. Notablemente dotado de una prolífica capacidad compositiva, pareciera como si la única forma de expresarse de este hombre fuese a través de su música. Para algunos, L’absente sería un disco de madurez en el sentido de que aún conservando todas sus influencias tanto doctas como populares, Tiersen logra realizar un sonido netamente personal, alejándolo definitivamente de todo tipo de odiosas comparaciones. En este sentido, ‘Qu’en reste-t-il?’, un solo de viola lleno de intensidad y energía, destaca especialmente entre el conjunto de canciones que componen el disco.
En L’absente están también presentes sus colaboradores habituales: Dominique A y Neil Hannon (vocalista de The Divine Comedy, quien ya había cantado para Tiersen en el disco Black Session aparecido en 1999), pero también destaca la aparición de la suave voz de Lisa Germano, completando así un grupo de distinguidos invitados que contribuyeron a realzar las habilidades de songwriter de Tiersen.

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Les Retrouvailles (2005)
Les Retrouvailles tiene un potente comienzo: ‘Western’, el tema que abre el disco, retoma el lado más rockero anteriormente enunciado en Tout Est Calme, pero el francés es un tipo fundamentalmente quitado de bulla, por lo que a continuación aparece la aterciopelada voz de Elizabeth Fraser (Cocteau Twins) para calmar las aguas.
Este es un disco que combina de manera equilibrada sus melodías distintivas de acordeón y piano junto a otras donde la guitarra y el bajo adquieren preponderancia, dotando a su sonido por momentos de un cierto toque áspero. El álbum es una continua sucesión de calma y energía, melodías exquisitas y un arranque de rudeza, pero claro, todo en términos tiersenianos, es decir, bajo una pátina de nostalgia y un sonido agridulce, evocador de tristeza y alegría a la vez. ‘Les Retrouvailles’, canción que da nombre al disco, bien podría pensarse como una muestra representativa de la música de Tiersen: luminosa, evolutiva, armoniosa, evocadora y de gran ejecución.
Por cierto las colaboraciones vocales son otro de los destacados del disco, pues además de la ya mencionada Elizabeth Fraser también están presentes Jane Birkin, Stuart A. Staples (Tindersticks), Christophe Miossec y el ya habitual Dominique A, los dos últimos cantando a dúo en ‘Le jour de l’ouverture’.