Junior Boys puede ser una banda de cabecera si buscas una combinación inexacta entre el ritmo y las voces íntimas, cálidas o sensuales, siempre con el pop como punto de partida. Llorar bailando, aunque suene gastado, es a veces posible con el sonido de los canadienses, que a través de cuatro álbumes de estudio, más un puñado de EPs y remixes, tienen una amplia gama de seguidores alrededor del planeta.

Y nosotros, sus simpatizantes locales, tendremos una preciada oportunidad para verlos en vivo en nuestro país, este fin de semana. Excusa suficiente para realizar un 5fav un tanto arbitrario, con algunas de las canciones del dúo que más suenan en nuestros reproductores. Sin más preámbulo los dejamos con el 5fav a Junior Boys, una operación conjunta entre Carmen Duarte, Cristián Araya, Pato Urzúa, Rodrigo Ferrari y Freddy Olguín.

Parallel lines

Escribir una canción sobre el silencio debe ser una de las empresas más inevitablemente destinadas al fracaso. Junior Boys se ayudan en la tarea con “If you found the words, would you really say them?”, los versos que abren esta composición minimalista y de aire kraftwerkiano, y que ayudan a trazar, desde afuera, por los bordes, esa distancia insalvable que suele separar a las personas, y que todos los días los simples mortales rellenamos con manojos de palabras que cada vez importan menos. Extraído de su tercer álbum, Begone dull care (Domino, 2009),este es un pequeño y estático himno a la desolación. (PU)

When no one cares

El único cover que registra Junior Boys en sus álbumes -hasta el momento- es la elección menos pensada. Originalmente grabada en 1959, “When no one cares” representa bien el período más introspectivo de Frank Sinatra. Pero, según el mismo Greenspan, no fue esta la razón principal para reinterpretarla en su segundo disco So this is goodbye (2006), sino que más bien admiraba “la intensidad que se le confiere a los espacios vacíos”.

Con esto en mente, la versión de Junior Boys  tiene una ambientación casi fantasmagórica, donde una afectadísima voz que va deslizando las palabras a cuenta gotas hace sentido. Emoción digitalizada de la que el mismo David Sylvian estaría orgulloso. (CA)

In the morning

En la ambigüedad sensual de Junior Boys, entre ese sonido de gélido pop europeo transplantado a Canadá y ese ímpetu pasional siempre subyugado por los beats, hay un espacio para pensar que lo que se está escuchando no es tan limpio como la producción perfecta que suena tan suave en las orejas. En “In the morning” (también del So this is goodbye) una voz susurra entre gemidos entrecortados, sobre una chica que es invitada a una oportunidad única de tener toda la noche por delante:

“En la mañana, ¿me dirías si esto ha terminado?/ Piensas que te iría mejor quedándote con alguien más viejo/ Porque somos tan jóvenes”

Una propuesta tanto a lanzarse sin recriminaciones o consecuencias y al mismo tiempo un noctámbulo coqueteo con la fantasía del underage. Junior Boys clásico. (CD)

High come down

“Nena pon tu confianza en mí”, le dice Greenspan a su amante, mientras el ritmo cadencioso de “High come down”, uno de los temas que en un conienzo ayudaron a confiar en la imaginería de Junior Boys, suena descuadrado, hasta fuera de contexto. Sin embargo, escuchando completo Last exit (2004), el disco con más figuras two-step y soul electrónicas de los canadienses, todo parece encajar perfecto.

Beats quebradizos y atmósfera hedonista cortesía de Johnny Dark, junto a las voces de dormitorio a cargo de Jeremy Greenspan. En apariencia nada especial, pero ya sabemos que Greenspan puede otorgar profundidad a cada palabra y traer el drama cuando menos se espera. “High come down” es tan enorme que hasta sirve para improvisar unos pasos de baile, con la luz bien tenue. (FO)

When i’m not around

Seguimos en Last exit, debut de Junior Boys. Para el final del álbum, Greenspan ya casi no canta, en “When i’m not around” todo es susurro y detalles, baterías que sirven de albergue para un tipo que con nostalgia recorre clubs recordando amores perdidos.

“My feels seem cruel” suspira en medio de la canción, como si tuviera la fórmula para convertir la soledad en paz, siempre con el mismo tono y rítmica como telón de fondo. Y cuando parece que todo va a ser súplica o queja, la parte final (saxofón o algo parecido incluido) nos deja dormir -o morir- tranquilos, con un breve pero irresistible cierre instrumental que ya lo quisieran haber firmado James Blake, The Weeknd o Gang Colours. (FO)

5fav Junior Boys by Rodrigo Ferrari on Grooveshark