Apple: La culpa es de las discográficas Claudio Ruizfebrero 8, 2007Blog13 comentarios Luego de los largamente documentados problemas de Apple en Europa, el ubicuo Steve Jobs tuvo que salir en público a decir el parecer de su exitosa compañía, by the way, dueña de iTunes una de las mayores tiendas de venta de discos en Internet. La postura de Jobs, que se vende como un gurú tecnológico buena onda, fue publicada en el sitio de Apple y seguramente leeremos varios comentarios respecto del tema en los próximos días. En pocas palabras, las ideas clave de lo que señaló Jobs son: 1.- No es cierto que los DRM sirvan para amarrar a los usuarios a usar determinados artefactos, sean iPods, sean Zunes, porque según los datos que maneja la compañía sólo el 3% de la música que tiene cada iPod está sujeta a los DRM de Apple. A contrario sensu, más del 90% de la música que llevan los usuarios de iPods es música que no tiene ningún tipo de restricción de uso. 2.- A pesar de lo que muchos quisieran entender, no es del todo claro que Apple se la juegue por sistemas abiertos. En ninguna parte de la carta Jobs toma partido en este sentido. Lo que hace es simplemente evidenciar el fracaso de estos sistemas para evitar la “piratería” y se muestra obligado como compañía a añadir DRMs a las canciones que vende por la presión de las discográficas multinacionales. De más está decir que el negocio de Apple ha sido mantenido precisamente a partir de medidas restrictivas en este sentido. Y el iPod es el caso paradigmático: no es posible agregarle programas adicionales al aparato a menos que esos programas sean los de Apple. 3.- Dado que son las multinacionales discográficas quienes obligaron a Apple a agregar DRMs a las canciones que venden en iTunes, deben ser ellas y no Apple los presionados por el público a cambiar su política respecto de los sistemas de protección anticopia. Tanto es así que un porcentaje importante de la propiedad de las mayores discográficas está en manos de Europeos. Es importante señalar que esta no es una declaración de principios respecto de los DRM, sino una respuesta frente a las presiones que ha recibido la compañía en Europa para vender música sin restricciones de DRM. De hecho, para muchos son más bien declaraciones de buenas intenciones para pasarle la presión a las discográficas, siendo que quienes en definitiva ponen a disposición de los usuarios archivos protegidos es Apple y no las discográficas y eso es fundamental para la presión que está ejerciendo Europa. Y a pesar que era esperable una respuesta como esta, pareciera que el momento es clave, sobre todo cuando muchos ya se estaban movilizando en contra del DRM de Apple llamado FairPlay. Y quizás se cumple la premonición y el 2007 se corona como el año de la muerte de los sistemas de protección anticopia en la industria de la música. A lo menos en palabras de Jobs esa parece ser la tendencia. Me parece que más que una decisión corporativa, esta parece ser la respuesta políticamente correcta que tiene Apple para pasarse al lado de los consumidores a pesar de su histórico apoyo a sistemas como estos, incluso en su hardware. En cualquier caso, son buenas noticias. Actualización: Las respuestas a las palabras de Jobs no se hicieron esperar. Y hablaron todos. Como explica Mariano, Mitch Bainwoll, CEO de la RIAA señaló que “No tenemos dudas que una empresa de tecnología tan sofisticada e inteligente como Apple puede trabajar con la comunidad musical para que eso [la interoperabilidad de canciones compradas en iTunes en cualquier reproductor de MP3] sea una realidad??? Hasta el Director de Marketing del criticado Zune de Microsoft, un poco haciendo eco de lo que muchos han intuido, llama a Jobs “el maestro de lo obvio. La industria está cambiando y ahora quiere quedar como el líder del cambio“. Si es obvio o no, en verdad da un poco lo mismo. Lo que no debiera interesar en definitiva es si esta pelea de gatos nos va a llevar a una mejor posición como consumidores respecto de los DRM. Todo parece indicar que así será, pero ojalá que no sea utilizando el fin del DRM como una estrategia publicitaria más sino como un sentimiento y acción real.