Uno de los artículos más comentados por los lectores de Super 45 el año pasado fue el que denominamos Buena música y buenos comerciales, que por su éxito incluso tuvo una segunda versión donde muchos lectores hicieron llegar observaciones respecto de música utilizada en comerciales chilenos.

Ya han pasado varios días, pero la página 4 del cuerpo B de El Mercurio del 15 de Mayo pasado publicaba en un cuadro minúsculo una noticia que a alguno de los editores de Super 45 les pareció historia conocida.

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La nota del diario sostiene que la agencia de publicidad encargada de la campaña de Pisco Campanario para la Compañía Pisquera de Chile S.A. ha sido demandada por los representantes del sello Sony por la utilización indebida de un tema del grupo “Architecture in Helsinki” en un spot, sin pagar derechos y sin conseguir la debida autorización por parte de los titulares de derechos de autor. La causa hoy se encuentra en el 23º Juzgado Civil de Santiago y pretende resarcir los perjuicios civiles y morales derivados de la explotación no autorizada de la canción en un spot que además pretende promover el consumo de una bebida alcohólica. En efecto, además de esta demanda civil, Sony ha anunciado acciones criminales por los delitos de piratería y estafa en contra de la compañía de publicidad.

Bueno, todos nos hemos percatado como en spots televisivos nacionales es común la utilización de canciones de grupos lejanos al mainstream, pero no conocíamos que los titulares de derechos de autor finalmente decidieran llevar el asunto a tribunales.

Dos cosas dignas de anotar. La primera, es que según la nota de El Mercurio Sony se habría enterado del asunto a través de un blog. Cosa rara. Lo segundo, es mostrarles el famoso comercial

Y ahora el original:

Quizás sea el momento en el que nos tomemos en serio los derechos de propiedad intelectual, toda vez que no somos el público quienes en realidad provocamos perjuicios económicos por las bajadas de Internet sino que los asuntos son ligeramente más complejos. Tomarse en serio los derechos de autor implica entenderlos en su real dimensión: como protectores de los derechos de los autores, pero también como garante de de los derechos de acceso del público.