Hoy es el esperado show de Best Coast en Chile, y para que vayan preparados, Tote Valenzuela preparó una nota sobre su breve, pero intensa discografía.

A mediados de 2009, Best Coast era el desconocido proyecto musical de la cantante californiana Bethany Constantino. Ese año, lanza el EP Where the boys are (Blackest Rainbow, 2010), un cassette de 15 minutos con 5 canciones de Lo-fi playero que comienza a ser escuchado con atención por el circuito underground de Los Angeles.

Más tarde, a comienzos de 2010, esta chica de 25 años, gran amante de los gatos y que se ríe de ella misma constantemente, graba junto a su amigo Bob Bruno el disco Crazy for you (Mexican Summer, 2010).

Lo registran en dos semanas y logran un álbum de 13 temas que no superan los 3 minutos, y que transita tímidamente por la baja fidelidad y el desorden refrescante del pop más directo. El trabajo consigue una mezcla de garage noventero con pop californiano, similar a lo que hace su amigo Nathan Williams (Wavves) o -en su faceta más divertida- los californianos de No Age o Crazy. Sin olvidar a Vivian Girls, cuya baterista, Ali Koheler, se integró a Best Coast el 2011. Crazy for you se convirtió rápidamente y casi sin querer, en uno de los discos mejor comentados de 2010.

En el álbum destaca el single titular, tema contagioso que narra con humor ciertas pretensiones y desencantos amorosos de la simpática Constantino. Los arreglos, como en gran parte del disco, se valen de delay y de la baja fidelidad, para crear atmósferas que se deslizan por los límites de la espontaneidad.

En otros momentos, Best Coast se recuesta sobre la arena de la playa y muestra, sin perder intensidad, canciones más reposadas que recuerdan a bandas como Hole. “When the sun not shine” es un ejemplo de ese sonido, rebosante de guitarras simples y cumplidoras que acompañan una melodía que entretiene y evoca una sensación veraniega. Con todo, Crazy for you es un derroche de simpatía y buenas canciones.

Su segunda entrega, The only place (Mexican Summer, 2012), es un álbum que retoma lo hecho en Crazy for you, pero lo hace de forma más prolija y preocupada. El disco, producido por Jon Brion –encargado de la banda sonora de Eternal sunshine of the spotless mind y el Late registration de Kanye West, por mencionar un par de sus trabajos- logra presentar un sonido igual de playero, pero maduro, lejos de la celebrada desprolijidad mostrada en su disco anterior, cercana a lo que hace She and Him: canciones cortas y delicadas, un pop más elegante, con un sonido depurado, a diferencia de la baja fidelidad presentada anteriormente.

Con The only place, los californianos llevan lo audaz a lo sutil, demostrándolo en su faceta más acústica en temas como “No one like you”. También saben sonar más eléctricos en “When I’m whith you”, logrando una consistencia melódica que se construye junto a la voz y encanto de Bethany Constantino, que a través de la breve pero intensa discografía de la banda, jamás deja de ser una cantante decidida e irónica.