Estuvimos en el concierto de despedida de Playa Gótica en la Blondie. Las fotos son de Jaime Carrera.

Playa Gótica
Blondie
Domingo 4 de agosto, 2019

Fanny Leona se preocupó durante todo el concierto de reiterar que este sería el último, nada de bromas. Aclaró que sus anteojos de sol no eran para tapar que había llorado, para que no quedaran dudas. Se mostró juguetona y seria a la vez, ocupando todo el espacio del escenario mientras que la banda iba agarrando cada vez más intensidad y mayor distorsión para entregar esa oscuridad que nos encanta(ba) en la música de Playa Gótica.

Con una Blondie ocupada hasta la mitad, el público comenzó a soltarse de a poco en esta fiesta final en que no había cómo escaparse del baile. A ese espíritu contribuyó Los Jerjeles, un trío de bronces que le dio un toque latinoamericano al panorama y Yaney -compañera de sello- que hizo una dupla magnífica con Fanny en voces, resaltando los agudos y graves, mientras que se acoplaba a la perfección con Cris y Charly en las cuerdas, dándole así más textura al lado más rockero del grupo. Algo más etéreo es lo que le aportó la llamada “queen” Bárbara Pérez de Arce (ex Velódromo). Hacia el final Gepe se unió para cantar a dúo el single “Foerte” y luego retornaría como segunda batería para interpretar “Vacaciones” haciendo un solo largo y fascinante junto a Pipa, mientras Fanny se bajó al público a compartir con los fans de las primeras filas con micrófono en mano.

Anunciada como la canción que los vio nacer “Reptil no gentil” fue tal vez la mayor catarsis de toda la noche. La interpretación se veía realmente caótica pero completamente manejada, mientras Fanny luego de cantar, hacía salir aullidos de su boca, recordándonos a una Yoko Ono setentera.

Una despedida perfecta, que deja con tanto a gusto a poco que es penoso pensar que no se repetirá algo así. El ritual ha sido grande, a la altura de sus presentaciones en vivo que nunca dejaron indiferente a nadie, porque el carisma que tenían en los shows no es fácil de encontrar. Playa Gótica dio el concierto de su vida. “Triste, alegre. Ya se fue”

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