Courtney Barnett: Darse un gusto Macarena Lavinmarzo 4, 2019Conciertos1 comentario Fotos: Rodrigo Ferrari Se echó de menos la memorable frase “Girls in the front boys in the back” que Kathleen Hanna de Bikini Kill solía decir a comienzos de los 90. Sobre todo, en uno de los momentos más increíbles de la noche: “Nameless, faceless”. Un verso que dice “Men are scared that women will laugh at them (…) women are scared that men will kill them”. El moshpit se hizo territorio masculino y la canción cobró un sentido tan fuerte y abrumador que se hizo extremadamente necesaria de corear, necesaria de que siga vigente por siempre. Para qué decir en “Pedestrian at best” una cita al rock alternativo noventero en que apenas se podía ver lo que pasaba en el escenario. La euforia era clara, eso sí. Courtney Barnett se notaba feliz en este escenario, mientras escuchaba a muchas personas corear, mientras trataba de mirar a las personas a los ojos. En especial en “A little time” donde dice que no sabe mucho de nosotros, pero, que, al parecer, nosotras sí la conocemos. O “Sunday roast”, donde nos sabemos todas sus historias, pero no nos importa que las repita.Dos joyas de su segundo largaduración Tell me how you really feel (Milk! records). Con una carrera consolidada, la australiana echó mano a canciones de discos anteriores que no eran ni cercanas a singles “comerciales”. Esa bien cargada “Small puppies” o una media ganchera como “Acqua profunda”, más un guiño a su álbum junto a Kurt Vile con “Let it go”. Son gustos que ya está en posición de darse. Y darnos, por supuesto. Su soltura con la guitarra era extraordinaria, como siempre, pero más que la última vez en fauna Primavera. Ahora no tenía que demostrar nada. Ni correr, ni saltar. Solo tocar como si no se esforzara. El carisma, parte de su piel. Dice que no tardará tanto en volver, genuinamente emocionada. Cuento aparte Yaney, que abrió el concierto. Nos mostró parte de 1992 un disco hace poco tiempo publicado y que dio todas esas luces distintas de las que está hecha su música. Desde un rock más fuerte hasta el shoegaze con sus guitarras alargadas que se podrían escuchar por tiempo indefinido.