En nuestra cruzada por combatir el comercio ilegal, la prostitución, los flacos con bigote que andan en bicicletas onderas y las descargas ilegales de internet que están matando la música (así como la mató en su momento la doblecasetera), hoy valoramos y apoyamos la propuesta de ley (Boletín 7665-07) de los diputados Cristi, Moreira y compañía que pretende llevar a la justicia criminal a quienes compren entradas revendidas en la calle.

Como se sabe, el submundo de la reventa de entradas es sólo el primer eslabón de una cadena delictiva que pone en serio riesgo el negocio de los promotores de shows y, fundamentalmente, el de esos precarios emprendimientos llamados Ticketmaster y Feriaticket. Es gracias a la reventa que se producen no solo robos sino también manoseos en los accesos y las odiosas tarifas de los cuidadores de autos del Caupolicán y el precio de la Coca Cola Light.

Quisiera que nos detuviéramos un segundo en el tema de los manoseos. Sabido es que los manoseos son provocados por las aglomeraciones, las aglomeraciones a su vez son provocadas por la reventa, la reventa es provocada por los precios de las entradas, los precios de las entradas son responsabilidad de la inflación y la codicia, la codicia es gracias a vaya usted saber qué, pero la inflación se produce gracias a medidas erráticas del Banco Central. El Banco Central es dirigido por un consejero, quien a su vez es nombrado por el Presidente de la República. El manoseo, mis amigos, es causado por el Presidente.

Los legisladores, respecto del proyecto de ley en comento, explican así la conexión entre reventa y muerte:

b) Porque, si así fuera, se provocarían mayores aglomeraciones de personas, caldo de cultivo para generar disturbios en la vía pública, con el consecuente peligro inminente de resultar personas dañadas en su integridad física o síquica, o incluso poner innecesariamente en peligro la vida de asistentes y vecinos del recinto donde se desarrollará el espectáculo.

La noble tarea de criminalizar la lacra de la reventa debiera evitar que nos detuviéramos en detalles, como los procedimientos y la técnica legislativa. Chaqueteros son quienes pretenden echar por tierra el encomiable esfuerzo de nuestros políticos en el Congreso por detallitos, nimiedades, como son confundir artículos del Código Penal. Multas, cuasidelitos, presidio, muerte. Todo vale para conseguir lo correcto, la perfección.

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Este es un proyecto que debemos apoyar y promover porque, además de luchar contra diversos flagelos, se hace cargo de los problemas reales de la clase media. Proteger el negocio de esos negocitos familiares llamados Ticketmaster y Feriaticket debiera ser prioridad no sólo de nuestro poder legislativo sino también de nuestra policía y nuestros tribunales. Es un asunto de interés general, de seguridad nacional. La apoyamos, en definitiva, porque creemos firmemente en el bien común, en dios y en el orden público, el mercado y la familia.