Este sábado 12 de noviembre se realiza la sexta versión del Festival Fauna Primavera 2016 y en Super 45 estamos haciendo una cobertura especial para uno de nuestros festivales favoritos.

Fotos: Rodrigo Ferrari – Música sin Flash

“El que se va sin que lo echen, vuelve sin que lo llamen”. Y el resto es silencio, que diría Shakespeare. Así, manos en jarra, mi abuelita derrochaba esas píldoras de sabiduría, que funcionaban como charlas TED en el siglo pasado. Mejores que charlas TED, si me apuran, que acá me pueden ver años después serio, firme, gallardo y escribiendo rápido para un compromiso ya tomado y mal calculado.

Pero, se sabe, que de si de algo sirve la sabiduría ancestral es para iluminar la realidad. En este caso, la de quienes se repiten el plato (de humitas y cazuela) y vuelven a pisar tierra nacional en este Fauna Primavera. No esperen realidad, eso sí, sino la mitología, que ese es el alimento central de estas crónicas. Por acá hablaremos de la lisergia escocesa, la parquedad francesa y el temple sosegado norteamericano. Agregamos un chileno y tenemos un chiste clásico de esos que nos han arrebatado en los últimos años tanto stand up comedy escrito con los pies.

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1. Primal Scream (1998, 2011): Avísenme cuando volví.

A riesgo de saturar el personaje, ya en una crónica anterior nos ufanamos en hablar del perfil celebratorio del bueno de Bobby Gillespie, vocalista de los escoceses Primal Scream. Y vaya que lo repetiremos que, al final, el hombre ni se entera. Si bien es difícil que Gillespie y amigos (los más fieles, Andrew Innes y Martin Duffy) sigan en aquello de la fiesta interminable, porque a los 50 ya no es tan fácil; no me cabe duda alguna que hace 18 años atrás, así como tan veganos y abstemios no andaban de gira. Menos aun por los terrenos ignotos y salvajes de Sudamérica donde presentaban un rehabilitador “Vanishing Point” (Creation, 1997), mucho más ligado al dub que a ese nuevo intento a la Rolling Stones llamado “Give out but don’t give up” (Creation, 1994).

Como la jornada tenía ribetes de importancia por la presencia en Chile de una banda que había hecho historia en la misma década (lo que, digamos, no pasaba con regularidad por aquella época), es ya se han contabilizado unos 45 mil asistentes en los relatos posteriores a esa noche de Abril de 1998. Digamos que unos 44 mil estuvieron en las sombras y sólo 1000 mostraron las caras en una jornada marcada por la solidez de un grupo que pasaba sin problemas de la electrónica experimental al rock tipo The Faces y de un vocalista que no tenía problemas en ceder el protagonismo a la otra estrella de la noche: Mani Mounfield, ex Stone Roses y flamante adquisición en bajo, arengas al público y perfil hooligan. Para una audiencia acostumbrada a las visitas ilustres en versión “Dj” (bonito eufemismo utilizado para venir a posar en fotos y poner un par de discos), todo ello sonaba, ciertamente, a gloria.

Una segunda visita de la banda, ya con Mani de regreso a su banda madre y en versión auto homenaje ocurriría 13 años después, en 2011, cuando la banda celebraba los 20 años de “Screamadelica” (Creation, 1991). Con un perfil más alto y mayor reconocimiento masivo, la cita fue en el Teatro Caupolicán y aunque fue impecable el repaso por uno de los mejores discos de las últimas décadas, el setlist se ciñó casi estrictamente al álbum referido siendo bastante egoístas con el repertorio extra. El par de bises habituales en la gira en forma de homenaje a Rod Stewart (“Rocks” y “Jailbird”) cerraron una buen actuación, aunque algo rácana en tiempo.

Para la visita de esta semana, Primal Scream tiene un nuevo disco bajo el brazo con el bien criticado Chaosmosis (Ignition, 2016). Asiduos y sabios invitados a festivales, Gillespie y compañía, han tocado una cantidad limitada de sus nuevas canciones en los últimos meses, combinadas con viejas glorias y obviando casi todos los Hit and Misses de los 15 años recientes.

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2. Air (2010): Cherry Blossom Boys

Comentábamos en un posteo anterior que en la línea evolutiva de la diversión y el desparpajo rockanroleros tenemos en un extremo a GG Allin y en el otro, solitos, tomándose una taza de té (con brandy, los pillines, no tengo dudas) a nuestros paladines de la banda sonora sintetizada: Air. Veinte años y ni una gota de sudor avalan su esfuerzo por quitarle todo el roll al rock y quedarse bien ufanados con sus hermosas melodías y romántica simpatía.

Bastante de eso pudo comprobar una atiborrada Cúpula del Parque O´Higgins en 2010 cuando el dúo de Nicholas Godin y Jean-Benoit Dunckel vinieron a presentar Love 2 (Virgin) su álbum de 2009 y dar una buena ración de sus anteriores éxitos. Profesionales y talentosos como son, el sonido fue una maravilla, desplegaron un sonido que difícilmente hacía pensar que eran sólo tres personas en escena y no se guardaron ni “Sexy Boy” ni “Kelly watch the stars”. No es que la interacción haya sido una locura precisamente, ni que Chile sea el candidato para el nombre del nuevo hijo de alguno de la banda, pero si nos van a poner un espectáculo de música evocativa con un ligero riesgo de escucharse de fondo en un coctel que, por favor, sea el de los franceses.

Considerando que sus dos últimas producciones han sido un soundtrack para el clásico del cine mundo “Le voyage dans la lune” y la música de un proyecto museístico, hay claras posibilidades de que el setlist ahonde poco en las aventuras recientes y, más bien, se fije en lo reconocido de su repertorio de dos décadas. Más aun si, justamente, acaban de editar Twentyears (Parlophone), recopilación de grandes éxitos hace unos meses. Ojalá repitan los últimos setlist y toquen esa maravilla llamada “Playground love”

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3. Kurt Vile and the Violators (2012): De los slackers será el reino de los sueños

Este último relato es el más contemporáneo y es desde la vereda aburrida de un país que bien puede tener el conflicto de decidir el mismo día de la semana si ir a Mayhem, Wilco o Ricky Martin (cuando claramente debiesen de juntarlos en un Festival y nos evitamos problemas de este estilo). Es en ese contexto cuando, hace 4 años, el flamante viudo de verano (y de las estaciones posteriores, al parecer) Thurston Moore, se aparecía por Chile como solista en el Teatro Oriente con Kurt Vile como telonero de lujo.

En un show que no lo tenía como plato central y desplegando ese carisma exitosamente escondido bajo greñas y pedales, esta suerte de J Mascis millenial, mostró a una audiencia muy receptiva las canciones de las que era su cuarta referencia solista, pero sólo la segunda con The Violators como banda de acompañamiento. Aquel era un momento pivote en su carrera, ya que comenzaba a estar efectivamente alejado de The War on Drugs, su banda madre, y con ello la gira de promoción de Smoke rings from my halo (Matador, 2011) representaba el salto definitorio de su exitosa carrera posterior. Además como nadie iba a cantar hits precisamente aquella noche (Thurston no araña aún el repertorio Sonic Youth en sus conciertos solistas), Vile pudo hacer su trabajo en paz, dejando una buena sensación tanto con su material más reciente como con las alusiones a Childish prodigy (Matador, 2009) y un par de covers con bastante gracia de The Feelies y Bruce Springsteen.

Casi un lustro después, el panorama es diferente para Kurt Vile, aunque greñas y pedales sigan estando ahí como muralla con el público. The Violators se mantiene más o menos estable con el ingreso del veterano Kyle Spence (Harvey Milk) en la batería, mientras que el éxito (indie, pero éxito, carajo) de Walkin on pretty daze (Matador, 2013) y Blieve i’m going down… (Matador, 2015) lo tiene girando por el orbe mostrando cómo se puede mezclar Tom Petty y Songs:Ohia cuando la goma de pegar se llama Neil Young. Además, es un mundo en el que el último disco de The War on Drugs ha estado entre los 20 primeros a ambos lados del Atlántico y en cualquier momento algún programador despistado de radio puede poner “Red Eyes” de su banda madre o “Pretty Pimpin” de su última referencia discográfica. Está como para dormirse de pura felicidad, diría el bueno de Kurt.

Festival Fauna Primavera 2016
Sábado 12 de noviembre 2016
Día: Espacio Centenario (Av. Las Condes 12110, Vitacura)
Noche: Espacio Riesco (Av. El Salto 5000, Huechuraba)
Entradas http://bit.ly/FP2016PuntoTicket
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