El próximo 12 de noviembre se realizará la sexta versión del Festival Fauna Primavera 2016 y en Super 45 estamos haciendo una cobertura especial para uno de nuestros festivales favoritos. Aquí te contamos la historia entre Primal Scream y Creation Records, el sello que los llevó a la cima.

En varios documentales de la BBC sobre la música indie, bandas como The Smiths y Oasis se llevan el protagonismo por sus carreras mágicas, seguidas de un rápido ascenso comercial, para culminar finalmente llenando estadios. En cambio, otras como Jesus and Mary Chain, The Pastels o Primal Scream aparecen en pantalla apenas un par de minutos.

De ahí la importancia del estupendo libro The Creation Records: my magpie eyes are hungry for the prize (2010), donde el periodista irlandés David Cavanagh escribe sobre uno de los sellos fundamentales de la escena indie de Gran Bretaña con lujo de detalles. Y aprovechando el regreso de Primal Scream a nuestro país como parte del festival Fauna Primavera nos enfocaremos en contar la historia de amistad que unió a Alan McGee (fundador de Creation Records) y Bobby Gillespie (vocalista de Primal Scream) en torno a la música. En ella hay egos, dependencia, admiración, búsqueda, pérdidas, peleas y cualquier otra cosa que contiene una buena narración en el mundo del (indie) rock.

La anécdota es conocida. En 1976 Bobby Gillespie quería ir a ver a Thin Lizzy, pero era muy joven. Entonces fue a la casa de Alan McGee para pedirle que lo acompañara. Mucho mayor no era, apenas estaba un año más arriba en el colegio. Este fue el primero de muchos shows a los que asistieron juntos. A veces Gillespie hablaba tanto y con tal intensidad, que McGee se bajaba dos estaciones de tren antes para caminar solo hasta su casa.

En 1977 la municipalidad de Glasgow prohibió los conciertos punks hasta que The Clash consiguió romper el boicott. Fue entonces cuando Gillespie se transformó en un fan acérrimo del género. Armando una banda con McGee, éste se dio cuenta que su amigo tenía todo el talento para ser una estrella, pero faltaba mucho para eso todavía.

Alan McGee sabía que tenía que estar en la industria de la música y buscó su rol en ella experimentando varias opciones. Después de una fallida audición para tocar en Simple Minds, se instaló en Londres y comenzó a manejar al grupo The Laughing Apples. Inspirado en subvaloradas bandas sicodélicas garage de los 60s como Creation y en el punk de su generación, creó el fanzine Communication Blur. Los estilos musicales y las actitudes de ambos movimientos serían los pilares de su futura casa disquera. Eso estaba clarísimo para él.

Bobby Guillespie y Alan McGee

Bobby Guillespie y Alan McGee

Mientras tanto, Bobby Gillespie había formado grupos como Captain Scarlet o Mysterons y también fue roadie de Altered Images (banda satélite de Postcards Records en Glasgow). Recién a comienzos de 1983 formó Primal Scream, el grupo de su vida.

Alan McGee empezó a hablar de la nueva banda de su amigo hasta que los invitó a tocar a su nuevo club The Living Room en Londres. Fue ahí cuando McGee empezó a hacerse un nombre en la escena local, sobre todo por el entusiasmo que ponía en cada banda y proyecto. Todo el tiempo estaba obsesionado con encontrar el sonido del futuro.

El inquieto Gillespie también era por ese tiempo el baterista de Jesus & Mary Chain y se los presentó a McGee, por supuesto. Fue uno de los grupos que le voló la cabeza, de manera que muy pronto comenzarían a trabajar juntos en su naciente sello, Creation Records.

El modus operandi de McGee se repitió con varias bandas. Primero los promovía con unos singles ganadores. Luego, si tenían suerte, llamaban la atención de una discográfica más grande y finalmente se realizaba la transacción entre ambos sellos. Así sucedió con The Jesus & Mary Chain, quienes tras despegar con “Upside down” en los rankings locales, fueron fichados por una subsidiaria de Warner llamada Blanco y Negro (a la que también pertenecía McGee). Años después acordaría un traspaso de House of Love con el sello Fontana.

El primer hit y algunas caídas

Primal Scream se transformó en la cara más representativa del sello, pues tenía todo lo que McGee esperaba de una banda: peinados sesenteros, botines tipo Chelsea, tenidas negras, más un sonido muy melódico enraizado en la psicodelia de los 60s.

Después de un single mal logrado, a comienzos de 1986 se editó “Cristal crescent”, cuyo lado B —“Velocity girl”— se convirtió en el primer hit de la banda. Desde ahí las cosas buenas comenzaron a sucederse distribuyendo con gran éxito la industria independiente británica. Todos los fanzines los querían entrevistar, llenaban todos los locales donde se presentaban y hasta se creó un culto en torno a la figura de Gillespie. El single fue incluido en el famoso compilado C-86 que publicó la revista NME y que definió el sonido del pop de guitarras de su tiempo. Muchos de los grupos de la recopilación consiguieron contratos discográficos, algo que también añoraban Primal Scream. “Si Warner o una disquera así nos ofreciera fichar, decimos que sí inmediatamente”, decían en las entrevistas. Estaban en la misma página que Alan McGee.

 

Entonces McGee los llevó a Elevation, otra subsidiaria de Warner de la cual también era parte y donde Primal Scream tuvo una pésima experiencia. Por ejemplo, el productor de su primer disco, Stephen Street —que había trabajado con The Smiths— tuvo problemas con el ego de Gillespie. Un día, y luego de muchas tensiones, el cantante rompió parte del estudio a lo que Street respondió atropellando los masters con su auto a modo de venganza. El grupo salió de allí rescatado por un fiel McGee y meses más tarde regrabaron todo para convertirse en Sonic flower groove (1987), el debut que igual terminaría fracasando en la crítica y las listas de ventas.

Éste álbum, como varios otros de Creation Records, no tuvieron los resultados esperados para la multinacional Warner lo que terminó en un cese de contrato y el fin de su alianza. Todo parecía estar llegando a su fin. Por un lado, McGee quería vender el sello y en el intertanto se hundió en el alcoholismo y depresión. Por otro, Bobby Gillespie despidió a Beattie, uno de los fundadores del grupo. Con él se iba también el sonido sesentero del primer disco, así que se entusiasmaron con ser un trío garage tipo MC5 o New York Dolls, mientras consumían ácido. “Estamos muy entretenidos”, dijo el cantante en una entrevista, pero el público no pensaba lo mismo.

El camino estaba en Manchester

Cada fin de semana el club Haçienda de Manchester daba fiestas donde reinaban el acid house, la euforia y la amistad debido al éxtasis y Alan McGee no tardó en fijarse en este nuevo movimiento. Como era de esperar, primero se rindió ante esta pequeña nueva droga y luego se interesó en la música, aunque su entusiasmo no siempre iba acompañado del mejor filtro. Sus amigos se daban cuenta que siempre elegía los discos equivocados de acid house cuando quería “evangelizarlos” con este estilo. Iba tan seguido a Manchester que terminó arrendando un departamento allá.

Jeff Barret—publicista de Creation Records— contó en algunas publicaciones que les costó a él y a McGee convencer a Primal Scream para que se involucraran en esta nueva escena, que empezaba también a multiplicarse en Londres. Bobby Gillespie partió asistiendo tímidamente, mientras que su compañero de banda Young se resistía. Pero de a poco el cantante fue absorbiendo esta música hasta ser un asiduo visitante a los clubs.

En tiempos en que Creation no sacaba ningún disco o single importante, el sello se dedicaba a pasarlo bien, dando fiestas a sus artistas y amigos periodistas, donde el acid house y el soul se iban mezclando perfectamente. Por supuesto, que la relación entre Creation Records y la prensa especializada se hizo más estrecha.

Poco tiempo después apareció el disco homónimo de Stone Roses y toda Inglaterra cayó rendida a sus pies. Muchos vieron la obvia influencia que tenía de Primal Scream y Gillespie se sentía honrado, en realidad.

McGee había estado en lo cierto: Manchester estaba dictando la agenda. Una noche ambos fueron a buscar a Andy Weatherall, un DJ y productor que mezclaba tracks impensados. Él estaba encantado con el álbum homónimo de Primal Scream de 1989 que estaba pasando increíblemente desapercibido. No fue difícil así que este DJ comenzara a trabajar en la mezcla de una de las baladas de ese disco “I’m losing more than i’ll ever have“ y luego en un nuevo track llamado “Loaded”.

El grupo mostró esta canción en vivo en lugares donde nunca habían tocado, haciendo un verdadero crossover. En el camino, eso sí, desilusionaron a varios de sus viejos fans con este nuevo sonido. “Loaded” fue lanzada finalmente en 1990 y alcanzó un éxito sin precedentes tanto en la historia del sello como de la banda misma. La canción sonaba en los clubes del este de Londres; los DJs lo pedían con anticipación en todas las tiendas y hasta sonaba de día en la BBC 1 (algo muy difícil de lograr para los grupos indie). Creation no se esperaba una demanda tan alta de este single y en poco tiempo ampliaron su rooster a más de 20 artistas, algo que por fin se podría solventar con tranquilidad.

 

Desde la fundación de Creation Records, McGee apostó por varias sonoridades, bandas y estrategias y encontró el éxito definitivo en Primal Scream, la más cercana de todas. La perseverancia había dado sus frutos.

En septiembre de 1991 se publicaba Screamadelica.  Pocos días después recibió un llamado telefónico desde Glasgow. Era Norman Blake de Teenage Fanclub. Le contaba que había estado en tres fiestas y en todas ellas habían puesto el álbum.

Festival Fauna Primavera 2016
Sábado 12 de noviembre 2016
Día: Espacio Centenario (Av. Las Condes 12110, Vitacura)
Noche: Espacio Riesco (Av. El Salto 5000, Huechuraba)
Entradas http://bit.ly/FP2016PuntoTicket
Evento en Facebook