El próximo 12 de noviembre se realizará la sexta versión del Festival Fauna Primavera 2016 y en Super 45 estamos haciendo una cobertura especial para uno de nuestros festivales favoritos. Hoy nos enfocamos en The Brian Jonestown Massacre y cómo fueron retratados en el documental Dig! (2004)

Dig! es la historia de las bandas The Brian Jonestown Massacre y The Dandy Warhols, dos grupos unidos en la busqueda de “romperla” en el mundo de la música. Por 7 años -1995 a 2002- la directora del documental, Ondi Timoner, los siguió cámara en mano retratando el backstage, los ensayos, viajes, escenarios, reuniones, encuentros con la policía y las peleas, siempre incorporando cuñas reveladoras.

La idea inicial que presentó a MTV consistía en un documental de 5 episodios. Cada uno de ellos sería protagonizado por dos grupos y su experiencia en la industria musical, pero el proyecto fue desechado por el canal en el que antes veíamos videos de música. Interloper Films, la productora en que trabajaba Timoner redujo el proyecto solo a dos bandas y logró conseguir fondos para la etapa de la edición. El documental fue premiado en el festival Sundance en 2004, en una época donde este género ganaba popularidad gracias a Spellbound de Jeffrey Blitz y Bowling for Columbine de Michael Moore. También el formato docureality comenzaba a imponerse, lo que le dio notoriedad y espacio este tipo de filmes. Junto con Some kind of monsters sobre Metallica, Dig! se transformó en una pieza de estudio para la academia de música popular y cinematográfica.

Académicos vinculados a la música como Rob Strachan, Matt Stahl o Keith Beattie han situado a Dig! como un documental punk, no solo por tratarse de bandas independientes, sino también por el modo que se hizo la película donde predomina la estética y espíritu DIY (hazlo tú mismo). Fue la propia directora quien tuvo que conseguir los medios y tomarse el tiempo necesarios para finalizarla. Tampoco contó con mucho apoyo de Capitol, sello de The Dandy Warhols, quienes no mostraron mayor interés en el material que estaba registrando Timoner y, a diferencia de aquellos filmes que son financiados por las propias casas disqueras a modo de promoción de una gira o un álbum y a pesar de las buenas relaciones con el estudio, los Dandy Warhols no eran de los artistas que les interesaba promocionar por esta vía. Esta indiferencia se tradujo en la completa autonomía editorial con que contó la cineasta.

“En el filme -escriben Rob Strachan y Marion Leonard- los dos líderes de la banda son símbolos de la autenticidad rock en diferentes aspectos. Newcombe, por rehusarse a comprometer su visión artística y condenando ese romanticismo con el abuso de drogas y autodestrucción; y Taylor en su torpeza de realizar actividades de promoción para su banda”.

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Anton Newcombe, líder de The Brian Jonestown Massacre (y con quien hablamos hace algunos meses), es descrito en el documental como un artista “verdaderamente real”, “un genio” o que “siempre está tres años adelantado en lo que hace”, entre otros halagos en ese tono. No lograba empatizar con la industria discográfica tradicional como para mantener el control de su trabajo. Su lucha era contra lo comercial y el poder que pueden ejercer los sellos una vez que estás dentro. Para él lo más importante es siempre hacer canciones y siempre ha sido muy prolífico en ese sentido. De hecho, muchos lo veían como un alma hippie de los años 60s, inmensamente creadora pero que claramente no encajaba bien en esta época. Haciendo alarde de su talento y libertad, Newcombe se jactaba de hacer discos con un presupuesto bajísimo, tocando muchos instrumentos él mismo sin necesidad siquiera de ir a un estudio de grabación.

Por su parte, la lucha de The Dandy Warhols, era dentro desde dentro de la industria. Ahí querían hacer valer sus principios de autonomía sin vender el alma en ese intento. Tal vez, sin ser retratados de genios como los Brian Jonestown Massacre, sí contaban con el talento para ser tomados en cuenta por el negocio musical, aunque nunca lograrían llegar a ser realmente masivos como ellos soñaban. Una de las cosas con que chocaban era la falta de compromiso que el mismo sello tenía a la hora de gestionar la promoción en radios cuando sacaban un single. Incluso cuando lograban esa atención, de igual manera había incomodidad. Al grabar el video de “Not if you were the last junkie on earth” con David La Chapelle y un presupuesto de 400 mil dólares, se sintieron poco representados en esas imágenes. Sin embargo, estando insertos en el mercado podían hablar fuertemente sobre el hedonismo y las drogas.

Dig! relata una secuencia de momentos de crisis, como dice el académico Keith Beattie, a través de la rivalidad de las dos bandas. Si en un principio se admiraban y pasaban el tiempo juntos, esto se va echando a perder. Newcombe sintió un poco de envidia por el hit “Bohemian like you” que había compuesto Courtney Taylor-Taylor (vocalista de los Dandy Warhols) sin comentarle nada. Luego la banda escribió “Not if you were the last junkie on earth” sobre el abuso de drogas fuertes y cuentan que los de Brian Jonestown Massacre no se dieron por aludidos. Pero no sería tan así, ya que de vuelta, TBJM compondrían “Not if you were the last dandy on earth”. La guerra se había declarado y comenzaron a alejarse.

La carrera de Brian Jonestown Massacre no despegaba por zancadillas propias de Anton Newcombe como las peleas sobres el escenario; porque no le gustó alguna actitud o comentario o por no llegar a las reuniones con nuevos sellos que estaban dispuestos a apoyarlos. Tampoco colaboraban muchos los comentarios que hacía en cuanto a que él era único talentoso de la banda, menospreciando al resto de los integrantes. Uno de ellos, Matt Hollywood le espetó incluso: “en cada una de las tradiciones espirituales, tú arderías en el infierno por pretender ser Dios”. Por la vereda del frente, Dandy Warhols comenzaban a tener infinitos seguidores en Europa y a presentarse en importantes festivales, alcanzando éxito en países como Grecia y más lejos, Japón.

El documental deja a un herido Anton Newcombe, que quedó muy molesto con su retrato, un hombre sin rumbo, una banda que no pudo despegar. Lo que, paradógicamente terminaría por transformarse en la mejor excusa para ponerse a trabajar para que The Brian Jonestown Massacre se hiciera cada vez más famoso, multiplicando así su público y estatus de culto que ya tenía. En menos de un mes, podrás verlos en vivo en el Fauna Primavera 2016.

Festival Fauna Primavera 2016
Sábado 12 de noviembre 2016
Día: Espacio Centenario (Av. Las Condes 12110, Vitacura)
Noche: Espacio Riesco (Av. El Salto 5000, Huechuraba)
Entradas http://bit.ly/FP2016PuntoTicket
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