Durante esta semana, el staff de Super 45 recomienda los mejores documentales que puedes ver en la quinta versión del Festival In-Edit.

Los padres no tendrían por qué hacerse responsable de sus hijos. Que el muchacho se pinte, use aro y vote nulo, no tiene por qué derivar del asentado caballero de chaleco de rombos empotrado en un sillón. De las cenizas de Sumo, no sólo surgieron Divididos y Pelotas, sino toda una movida de rock del palo, chabón, etc, que colocan potencia y discursos simplistas, por sobre calidad musical. Todos ellos, prenden velas a una figura que las hubiese apagado de estar vivo: Luca Prodan.

Ese italiano de mucho dinero, educación inglesa y buenas conexiones sociales, que paró en una hacienda de Córdoba para curar su adicción a la heroína en 1981. El mismo que caería por la ginebra seis años después, también era un melómano que les mostró a sus nuevos amigos en las sierras los discos de Suicide, Joy Division y Wire; sonidos que al final constituirían la primera banda realmente moderna en el contexto sudamericano. Cuando Charly García, Spinetta y los próceres del rock trasandino estaban enredados en el fango del jazz-rock, Luca proponía un combo de funk, post-punk y distorsión rockera que tomó por sorpresa a una adormilada Buenos Aires. Bueno, en Chile nos debatíamos entre el Canto Nuevo y el metal.

En un verdadero “trabajo de amor???, Rodrigo Espina comenzó este documental 20 años antes de su estreno filmando los últimos conciertos de Sumo y acompañando a Luca en su tránsito directo y predecible a la muerte. Dos décadas se demoró en ordenar un relato que partiese de un punto alejado del mito, sin renegar de él. Un tiempo en el que una obra de teatro, otra película y una larga serie de remeras alusivas a su persona mantuvieron la leyenda en pie. Debido al recelo de los infranqueables Arnedo y Mollo, el guión original trasmutó de la historia de Sumo a la del tano, en la que Argentina es la parada final de esta suerte de road-movie, narrada en buena parte por el mismo protagonista. Mención especial para la matriarca del clan Prodan que, desde Europa, aún no logra comprender la importancia de su Luca por allá pasado el Atlántico. Total, los padres no tienen por qué hacerse responsable de sus hijos.

Luca fue el documental ganador del Festival In-Edit del año pasado. Si se lo perdieron, pueden verlo este lunes 15 de diciembre a las 21:00 hrs en el Cine Arte Alameda.