Inedit 2019 (I): Hear to be heard: The Story of The Slits Macarena Lavinabril 22, 2019Blog0 Comentarios Este jueves comienza el festival Inedit que celebra su edición nº 15 en Chile. Aquí destacamos nuestras apuestas y partimos con Here to be heard: the story of the Slits. “Typical girls don’t rebel Who invented the typical girl?” Cuando la ebullición del punk pasó y su historia comenzó a escribirse en tiempo pretérito la banda londinense The Slits fue dejada de lado. En este nuevo documental hay una imagen que lo ilustra muy bien. La bajista de la banda, Tessa Pollitt, abre el cuaderno de recortes de prensa que aún guarda. Lee algunas reseñas como entrevistas y se ríe, recordando todo. Luego lo cierra y lo guarda. Como si esos pocos años hubiesen sido un paréntesis. Uno de esos recortes podría haber sido una entrevista donde la vocalista Ari Up decía: “Por supuesto, a nosotras nos pusieron en un exilio, fuimos totalmente saboteadas, odiadas. La mayoría de las reseñas venían de la rabia como: ‘oh, estas chicas se ven asquerosas y ni siquiera pueden tocar, no saben hacer nada’”. Here to be heard viene a decir con mucha fuerza que las integrantes de The Slits no eran solo parte de la escena nocturna o del público, sino que fueron totalmente protagonistas, que sí se tomaron el escenario y lo hicieron con todo. The Slits celebraba lo que estaba mal, la fealdad y la incomodidad. Eran chicas irreverentes. Si las insultaban, ellas contestaban de vuelta. Una de las voces del filme incluso comenta que ellas hacían ver a los Sex Pistols como chicos tímidos. Si tomamos un pasaje de la biografía de la guitarrista Viv Albertine, nos damos cuenta de esto. Estando en un hotel durante la gira White Riot junto a The Clash -ella dice en primera persona-“corremos por los pasillos, golpeando puertas, orinando en los zapatos que quedan en el pasillo, tocando música a todo volumen, gritando, maldiciendo y escupiendo”. Funcionaban como un colectivo y la auto confianza las definía. Por eso, The Slits tenía claro para dónde ir. Con dos años de carrera, en 1979 quisieron diferenciarse de sus pares y la apertura musical era el camino. Su amor y curiosidad por el reggae y el dub les otorgó mayor libertad musical. Ahí lo instintivo pesaba más que las estructuras y cualquier clase de virtuosismo. Lograron un contrato por miles de libras con Island Records que les entregó independencia artística y editaron Cut, su primer LP. Pero no fue suficiente para que el público general las tomara demasiado en serio. Muchos pensaron que el productor Dennis Bovell había tocado todos los instrumentos en vez que las mismas Slits. Por su lado, la prensa puso más ojo en la atrevida carátula que en la música. Ellas no querían seguir ninguna etiqueta. Siempre querían romper todo. The return of the giant Slits (CBS, 1981) daba cuenta de una búsqueda hacia un sonido tribal, experimental, incluso de world music, antes de que la industria acuñara aquel término. La prensa se desorientó y no sabía cómo etiquetarlas. El punk iba en retirada y las chicas The Slits se fueron cada una por su lado. El viaje había terminado. Sin sospechar que la memoria histórica sería tan ingrata. Here to be heard: The story of The Slits Dir: William E. Badgley Inglaterra, 2017 86 minutos Viernes 26, 22:30, Centro Arte Alameda Lunes 29, 20:00 hrs, Sala Cine UC