Kate Bush: Let The Weirdness In Edmundo Velosoagosto 26, 2014Blog1 comentario The Knife anunció el 21 de agosto recién pasado que las próximas fechas de su tour serían las últimas fechas en vivo de su historia. Hoy, tan sólo 5 días después, una de las artistas que ejerció influencia crucial en Karin Dreijer, Kate Bush, volverá a los escenarios. 22 shows repartidos entre el 26 de agosto y el 1 de octubre conforman el tour Before the dawn. Las entradas para los shows se vendieron en menos de 15 minutos. Y es que 35 años han pasado desde el 14 de mayo de 1979, el último show en vivo de Dame Kate Bush. (“Dame”, es el femenino de Sir, por si se están preguntando qué demonios es.) El llamado Tour of life, gira promocional de sus dos primeros discos The kick inside y Lionheart (ambos editados por EMI en 1978), terminó siendo el único. El 2 de abril de 1979, en un show preliminar, muere por accidente el director de iluminación Bill Duffield. Un mes después de eso, el 14 de mayo de 1979, Kate dio su último show en vivo. El registro audiovisual Live at the Hammersmith Odeon (posteriormente editado junto a un CD) es el único registro oficial de la gira. Muchos bootlegs existen, en especial del concierto del 12 de mayo de 1979, que contó con la participación de Peter Gabriel y fue hecho a beneficio de los familiares del fallecido Bill. En todo este tiempo, siempre se ha especulado que, junto con el perfeccionismo de la artista por ensayar y montar los shows (nótese que fue la primera en utilizar un micrófono headset para poder moverse y cantar a la vez), su miedo a volar y otras obsesiones varias, este acontecimiento fue clave para que la artista no volviera a aparecer frente a sus fans. Al año inmediatamente siguiente, en su disco Never for ever (EMI, 1980), ella incluyó la maravillosa “Blow away”, una canción sobre el más allá y los rockstars que nos esperan al llegar (Bolan, Sid Vicious, Keith Moon, Sandy Denny, Buddy Holly), dedicada especialmente para Bill Duffield. Desde entonces, los adjetivos de “ermitaña”, “loca” y “reclusa”, se hicieron recurrentes al hablar de Kate. Una práctica que se hizo común entre los críticos de música, y que los intervalos de tiempo casi exponencialmente crecientes entre sus discos siguientes, no hicieron más que alentar. Al mismo tiempo, las generaciones de músicos que crecían y deambulaban por el mundo mientras ella permanecía encerrada (excepto para ocasiones puntuales y en los video clips), se nutrían de sus discos y se multiplicaban. Entre algunas de sus alumnas se cuentan: Björk, Tori Amos (cuyo debut Little earthquakes, tiene una portada muy similar a la edición estadounidense del debut de Kate), Happy Rhodes, Alison Goldfrapp, Bat For Lashes, Karin Dreijer (The Knife/Fever Ray), Joanna Newsom, Florence Welch (Florence + The Machine), iamamiwhoami, Lia Ices, Katie Stelmanis (Austra), St.Vincent y un largo etc. No sólo mujeres la cuentan entre sus influencias: Thom Yorke, Prince, Big Boi, John Lydon, Tricky, Rufus Wainwright y Andy Bell son algunos de sus admiradores, y sus temas han sido versionados por bandas como The Church, Wolfmother, Angra, The Futureheads, Wild Nothing y Placebo. Y es que el legado innovador de Kate no sólo yace en mezclar el pop con elementos experimentales (de forma tan camaleónica como Bowie), sino que sus letras le deben mucho a la cualidad conceptual del rock progresivo, inspirándose tanto en la literatura como en el cine al momento de contar sus historias. No hay que olvidar que fue David Gilmour, guitarrista de Pink Floyd, quien intercedió para que EMI la incluyera en sus filas, a la edad de 15 años. Hubo que esperar 4 años más para la salida de su debut The kick inside, y la banda que la acompañó en sus dos primeros discos es nada menos que David Paton, Stuart Elliott e Ian Bairnson: la base rítmica y el guitarrista estrella de The Alan Parsons Project. Algunas de las canciones que ella había escrito a los 13 años fueron incluídas en su debut, como el single “Wuthering heights” (inspirado en una adaptación cinematográfica de la novela de Emily Brontë del mismo nombre), el cual llegó directo al número 1 en UK, y que convirtió a Kate en la primera mujer en la historia que llegaba a ese puesto con una canción fruto de su propio puño y letra. Tricky dijo una vez que no creía en Dios, pero que lo más cercano sería Kate Bush. Cuando hoy 26 de agosto a las 20 horas se abra el telón del Hammersmith Apollo, será lo más parecido al segundo advenimiento para sus seguidores. A pesar de estar construído en su mayoría con canciones poco conocidas, este playlist no es sólo para los conversos, sino que en especial para los sedientos de su palabra. Como dice ella misma en “Leave it open”: “we let the weirdness in.”