Lollapalooza 2016: seis años no pasan en vano Rodrigo Herbagemarzo 22, 2016Blog0 Comentarios Fotos: Rodrigo Ferrari – Música sin flash En esta ocasión se ha notado como nunca el desarrollo del Festival desde su primera versión el año 2011. En aquel momento, nombres como The National, Flaming Lips, Devendra Banhart o Cat Power estaban presentes y en puntos interesantes de sus carreras, lo que llamó la atención de quienes disfrutamos del espíritu independiente a tomar en cuenta la propuesta de este festival. Durante el anuncio de los artistas de este año, hubo disconformidad con el criterio de los programadores, echando de menos a artistas de la talla de Björk o Arcade Fire liderando el cartel, siendo lo más cercano la inclusión de Florence + the Machine. Tras el anuncio de Brandon Flowers o Noel Gallagher’s High Flying Birds, hubo extrañeza ante un cartel que parecía algo anacrónico al presentar a sus nombres más connotados. Pero el anuncio de Alabama Shakes y Jungle, iba en la línea de amortiguar un posible desaire de los cabeza de cartel. Por su parte, la talentosa Brittany Howard y compañía hicieron un show preciso, alejado de las propuestas más bulliciosas lograron encantar al público al ritmo de su última publicación, Sound & Color (ATO, 2015) con el legado del soul y el blues que llega a cualquier posible espectador. Jungle, quienes con su primer LP homónimo (XL, 2014) podríamos presentarlo como un revival funk bajo una producción del corte de James Murphy, una fiesta al estilo Manchester cuya actitud hipnótica no encantó a quienes rescatan la faceta más arriesgada del baile, pero suficiente para el público general que rondaba el Parque O’Higgins. En esta edición de Lollapalooza Chile, el rock de corte más pesado fue haciéndose a un lado para dar lugar al dubstep, trap y sus variantes electrónicas como la alternativa favorita de los asistentes más jóvenes, enfocado en el Perry’s Stage. Algunas bandas como Eagles of Death Metal (para quienes ya es inevitable referirse a su dramático episodio en París), Bad Religion o Ghost parecían ir casi en incompatibilidad con el resto de la programación. Caso distinto es el Tame Impala, un nombre que probablemente sigamos viendo en los próximos años en diversas ocasiones, con un buen show que ya se ha visto a menudo y no parece bastarle a sus seguidores. Es indiscutible la preponderancia que han alcanzado los shows electrónicos. Los DJs han pasado de presentarse en escenarios más periféricos, a tener shows protagónicos en los escenarios principales como es el caso de Jack ü, el proyecto de Diplo y Skrillex, quienes ocuparon el Itaú Stage para desplegar su pirotécnico espectáculo, que no pasó desapercibido por su sobrestimulación visual y lo compulsivo de su frenesí por los clímax de las canciones que revisitaban. Dentro de este cúmulo de artistas electrónicos, es necesario destacar la espectacular presentación de Die Antwoord, quienes sobresalen del resto con un show con menos luces, pantallas y parafernalia que otros (como A-Trak o Matthew Koma) mostraron en el Perry’s Stage. Con una apuesta explosiva, juguetona y obscenamente naif, los sudafricanos ganaron amplia popularidad tras la publicación de Ten$ion (Zef, 2012), y se encargaron de mostrar un repertorio que no dejó pies en el suelo ni vestuario en el escenario. Hace un par de ediciones atrás, vimos como Gepe inaguraba la jornada y ya se podía percibir su orientación más masiva, lo cual se confirmó tras el lanzamiento de Estilo Libre (Quemasucabeza, 2015) con un sonido definidamente más carnavalesco y orientado al baile, tomando buena distancia de sus primeras composiciones. Su presentación de este año, cerrando el Acer Stage, es una prueba más de su creciente popularidad, con un público de toda edad acompañando los coros en gran parte del show. La creciente popularidad acompañó también los shows de Javiera Mena y Ases Falsos, quienes inauguraban la jornada del día sábado y el interrumpido acceso no logró frenar al público fiel que los acompañó desde temprano. En el ámbito local, destaca La Guacha, quienes llevaron un buen número de personas a la Cúpula a dar un paseo por los ritmos latinos, invitando incluso a interpretar “Cariño Malo” a la mítica Palmenia Pizarro. Además, Planeta No llevó lo más festivo de su repertorio, teniendo una muy buena recepción por parte del público que se encontraba en el Lotus Stage apoyando algunos de sus nuevos himnos del pop nacional. Querámoslo o no, los años no pasan en vano y Lollapalooza Chile en esta ocasión presenta más escenarios, mejor accesibilidad (con una muy fuerte campaña del Lolla Inclusivo) y constante en su propuesta de sustentabilidad ecológica. Pero para quienes la experiencia queda por detrás del criterio de la parrilla musical, es evidente que cantidad no es calidad y que el desafío de sorprender con la programación de shows internacionales es cada vez más alto.